El Bar?a es el ¡®culto a Messi¡¯, no los socios
El club inaugura la etapa caudillista jurando fidelidad eterna a la estrella y buscando enemigos externos
Durante los ¨²ltimos meses la histeria, el complejo de inferioridad y el victimismo han guiado la gesti¨®n del Bar?a. El ¨²ltimo episodio de esta neurastenia ha sido la campa?a suscitada por el club en las redes sociales bajo el lema Todos somos Messi, orquestada para responder a las supuestas ofensas proferidas contra la estrella a ra¨ªz de su condena a 21 meses de prisi¨®n ¡ªque no cumplir¨¢¡ª por delito fiscal. La iniciativa del presidente Josep Maria Bartomeu es conocida y no merece la pena abundar en ella. Produce alarma la pendiente antidemocr¨¢tica, contraria al Estado de derecho de una decisi¨®n tan irracional y manipuladora de la buena fe de los socios.
Pasemos de puntillas ¡ªse explica por s¨ª misma¡ª sobre la obscenidad de defender impl¨ªcitamente conductas tributarias fraudulentas (ingenier¨ªa fiscal de evasi¨®n) y atacar a instituciones b¨¢sicas del Estado como la Hacienda p¨²blica. Cuando, con esa chuler¨ªa tan espa?ola, se proclama eso de que ¡°no vamos a tolerar que Lionel Messi sea tratado como un delincuente¡± la vehemencia de la expresi¨®n evita precisiones relevantes. ?Negar¨¢n Bartomeu y sus directivos que un juez, en el uso de sus funciones, ha determinado que Messi es un delincuente fiscal? Si no lo niegan (y es dif¨ªcil negar los hechos) ?de que forma, c¨®mo, no van a tolerar que el jugador sea tildado de delincuente fiscal? ?Niegan la neutralidad del juez o la validez del proceso? Que lo digan.
Bartom¨¦u y la directiva manipulan la buena fe de los socios llamando a defender a la estrella. Hasta aqu¨ª, no es un caso ¨²nico; v¨¦ase el empleo de Cristiano Ronaldo y la facilidad con que se aceptan sus caprichos y pataletas. Pero el presidente del Bar?a est¨¢ cruzando en p¨²blico fronteras que s¨®lo en privado deber¨ªa atreverse a rebasar. He aqu¨ª su mensaje fundador de la campa?a: ¡°Leo, quien te ataca a ti, ataca al Bar?a y a su historia. Nos vamos a defender hasta el final ?Siempre juntos!¡± De esta soflama hay que destacar: 1. Identifica al Bar?a con Leo en el mejor estilo caudillista; el club no son los socios, como cabr¨ªa esperar en una instituci¨®n democr¨¢tica, sino el jugador que ha sido condenado por fraude, y se instaura as¨ª un orden basado en el culto a la personalidad; 2. Dicha identificaci¨®n es b¨¦lica, schmittiana (amigo-enemigo), rechaza a quien no est¨¦ de acuerdo con la proskynesis al l¨ªder, inclu¨ªdas las instituciones del Estado y promete un G?tterd?mmerung (?hasta el final!) apocal¨ªptico; recuerda aquella necedad proferida por un procurador en Cortes (¡°Quien ataca a la banca ataca al R¨¦gimen¡±).
La directiva actual y la anterior han envilecido la gesti¨®n del club. Si se sigue la l¨ªnea de puntos se encontrar¨¢n decisiones tan da?inas como el contrato a Neymar, ocultado tenazmente a los socios, o el repulsivo pacto con la fiscal¨ªa que exonera a las directivas de responsabilidad en tan estramb¨®tico fichaje a cambio de que el club (los socios) paguen 5,5 millones. Las reglas de la farsa antidemocr¨¢tica imponen que cuando una estructura pol¨ªtica tiene dificultades internas busque un enemigo exterior (los jueces centralistas) y ofrezca un santo o un caudillo (Leo) como imagen de la revuelta.
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