Un galicismo bajo sospecha
La expresi¨®n ¡°a d¨ªa de hoy¡° ofrece una ¡°implicatura¡±: eso que se deduce sin haber sido dicho
La clase pol¨ªtica espa?ola no se ha dotado de ning¨²n Libro de estilo. Pero le vendr¨ªa bien un manual para pulir su lenguaje y, de paso, asumir algunos compromisos ¨¦ticos relacionados con la palabra.
Si tal Libro de estilo existiera, aconsejar¨ªa algo sobre la expresi¨®n ¡°a d¨ªa de hoy¡±, que el mi¨¦rcoles pasado pronunci¨® y volvi¨® a pronunciar Pedro S¨¢nchez; que repitieron despu¨¦s cientos de comentaristas, que imit¨® Albert Rivera al d¨ªa siguiente en La Sexta y que ya viene desde hace tiempo saltando de se?or¨ªa en se?or¨ªa.
Sin embargo, se trata de una locuci¨®n ajena a la lengua de los hispanohablantes y, por tanto, a la forma en que se comunican y se expresan los votantes a quienes esos pol¨ªticos se dirigen.
La expresi¨®n ¡°a d¨ªa de hoy¡± ¡ªno confundir con la secuencia correcta ¡°al d¨ªa de hoy¡±, como en ¡°el env¨ªo correspondiente al d¨ªa de hoy¡±¡ª es un calco del franc¨¦s aujourd¡¯hui, que en espa?ol significa simplemente ¡°hoy¡±. Y nunca se us¨® en nuestra mejor literatura.
Concretamente, el corpus diacr¨®nico del espa?ol (el CORDE, banco de datos de la Academia que comprende miles de textos publicados desde el origen del idioma hasta 1975) no contiene ni un solo uso en sus 250 millones de registros (palabras). El corpus de referencia del espa?ol actual (el CREA, desde 1975 a 2004, con 160 millones de registros) incluye s¨®lo 29 casos, todos ellos tomados de peri¨®dicos espa?oles (que a menudo recogen declaraciones pol¨ªticas). Y ya en el m¨¢s reciente CORPES (2001-2016: 225 millones), se cuentan 497 ejemplos (n¨²mero muy poco significativo relativamente), con abrumadora presencia de Espa?a (461) y de su prensa.
Por tanto, estamos ante una expresi¨®n inusual en el espa?ol de Am¨¦rica y que crece ahora en el dialecto pol¨ªtico y period¨ªstico de Espa?a pese a que no forma parte del lenguaje com¨²n.
La Academia la desaconseja en su Diccionario panhisp¨¢nico de dudas por considerarla innecesaria, y recomienda en su lugar f¨®rmulas como hoy por hoy, hasta hoy, hasta ahora, hasta este momento, hoy, en el d¨ªa de hoy, hoy en d¨ªa, ahora o en la actualidad, a las que podemos a?adir por ahora y por el momento.
Hasta aqu¨ª, lo que guarda relaci¨®n con la norma; pero podemos analizar tambi¨¦n por qu¨¦ va teniendo tanto ¨¦xito la expresi¨®n ¡°a d¨ªa de hoy¡± entre los dirigentes. Y quiz¨¢ se deba a que funciona como salvoconducto que protege cualquier afirmaci¨®n ante un an¨¢lisis futuro.
¡°A d¨ªa de hoy votaremos no¡± ofrece lo que en ling¨¹¨ªstica se llama ¡°implicatura¡±: eso que se deduce del discurso aunque no haya sido dicho. Si alguien nos cuenta ¡°hoy no voy a jugar al billar¡±, entendemos sin remedio que otros d¨ªas s¨ª juega al billar. Y si afirma ¡°a d¨ªa de hoy no tengo piso¡±, deducimos que lo est¨¢ buscando.
Del mismo modo, con ese ¡°a d¨ªa de hoy¡± se sobrentiende que lo dicho tiene fecha de caducidad y no vale para ma?ana; aunque lo que se ha preguntado es qu¨¦ pasar¨¢ ma?ana, y no qu¨¦ est¨¢ pasando hoy. Lo que pasa hoy ya lo sabemos. Los ciudadanos desean saber qu¨¦ ocurrir¨¢ despu¨¦s. Y a d¨ªa de hoy, nadie se lo explica.
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