Las luchas del viento en el istmo de Tehuantepec
La resistencia ind¨ªgena hace frente a las multinacionales de la industria e¨®lica en M¨¦xico por unos territorios que unos consideran sustento y cuna de sus tradiciones, y otros fuente de energ¨ªa y dinero
En el Istmo de Tehuantepec, donde la geograf¨ªa mexicana se estrecha, el viento ruge con furia durante buena parte del a?o. El potencial de esta regi¨®n para los industriales de la energ¨ªa e¨®lica, es invaluable. Para los ind¨ªgenas locales en pie de resistencia tambi¨¦n lo es, se trata de sus territorios ancestrales fuente de su sustento, cuna de sus tradiciones e historia.
Se dice que eran gigantes, sabios nacidos de las nubes y las ra¨ªces de los ¨¢rboles. Ellos, los primeros hombres, cayeron a la tierra en forma de enormes p¨¢jaros y los colores de su plumaje eran ya todos los colores posibles en la selva. Sus hijos y herederos son los hablantes del didxaz¨¢, o las palabras de las nubes, son los autodenominados binni¡¯zaa. Ellos son el grupo hegem¨®nico de la multi¨¦tnica regi¨®n del istmo de Tehuantepec, la cintura de M¨¦xico.
La ruta m¨¢s r¨¢pida para cruzar el pa¨ªs desde el Oc¨¦ano Pac¨ªfico hasta el Golfo de M¨¦xico, la l¨ªnea imaginaria entre Norte Am¨¦rica y Centro Am¨¦rica, corredor industrial, nicho de explotaci¨®n petrolera, cuna de corrientes de aire ¨²nicas en el mundo. El Istmo de Tehuantepec es todo esto, pero para los locales, m¨¢s que cualquier otra cosa, es origen y hogar de varios pueblos ind¨ªgenas: ikoots, chontales, y Binni¡¯zaa, el pueblo Zapoteca.
Los comunitarios
En Oaxaca, el coraz¨®n comercial y demogr¨¢fico del Istmo, se levanta Juchit¨¢n de Zaragoza, all¨ª cerca y a¨²n en su jurisdicci¨®n hay un pueblo zapoteco con nombre de militar, un pueblo que lleva el nombre del General Invencible. En ?lvaro Obreg¨®n, Gui¡¯xhi¡¯Ro, como le llama el pueblo binni¡¯zaa, desde el 2012 varios hombres y mujeres est¨¢n aposentados en el edificio que hasta hace poco albergaba a las autoridades dependientes de Juchit¨¢n, hoy est¨¢n ah¨ª d¨ªa y noche los comunitarios, los que dicen que su pueblo solo se salva si se manda solo y si consiguen que se reconozca su identidad (ind¨ªgenas y pescadores) como prioritaria a la hora de plantear y ejecutar proyectos en sus territorios.
¡ªNaarune gusse, rina ace vendda nece venddabua.
"Soy pescador, agarramos pescado y tambi¨¦n camar¨®n", dice en zapoteco uno de los comunitarios mientras observa a su esposa enredar hilos en sus dedos para tejer una red.
Aqu¨ª todos, chicos y grandes, dicen que el mar es su banco. Y ese mar al que se refieren, de donde sacan la sal, las lisas, los camarones y las jaibas, son dos enormes lagunas del Golfo de Tehuantepec, dos grandes extensiones de agua dulce y salada de poca profundidad: la Inferior y la Superior separadas por la Barra Santa Teresa, y entre las lagunas y el mar abierto, la Barra del Mar Vivo.
Justo en la Barra Santa Teresa, una extensi¨®n de tierra y mangle, es donde desde hace m¨¢s de cuatro a?os se proyect¨® construir el que para entonces se cre¨ªa ser¨ªa el parque e¨®lico m¨¢s grande de Latinoam¨¦rica.
Los locales de ?lvaro Obreg¨®n, junto con comunitarios de San Dionisio y San Mateo, conforman lo que ellos mismos llaman el Triangulo de la Resistencia.
"Este es un movimiento de rebeld¨ªa en contra de los megaproyectos e¨®licos que quieren invadir nuestro territorio, que quieren despojarnos de nuestros recursos naturales",?dice Ta Pedro Mati, uno de los 20 que encabezan el movimiento y el consejo de ancianos en ?lvaro Obreg¨®n. (Ta es la expresi¨®n de respeto que en zapoteco se usa para referirse a un hombre. Pedros hay muchos en su comunidad, pero ninguno otro casado con Matilde, por eso y para diferenciarse de los otros con su mismo nombre, a ¨¦l le llaman Pedro Mati)
El viento del istmo
Desde muy lejos pueden verse, como los gigantes originarios, enormes estructuras de unos 70 metros de altura con su titilante ojo rojo que permanece alerta d¨ªa y noche. Son los aerogeneradores girando al ritmo de uno de los mejores vientos del mundo, gracias a que las dos sierras madres que corren a lo largo de las costas de M¨¦xico en el istmo se van diluyendo hasta casi desaparecer.
Con ¨ªndices muy bajos de producci¨®n de gases de efecto invernadero, y como una alternativa a la extracci¨®n de combustibles f¨®siles, la e¨®lica es sin duda la opci¨®n energ¨¦tica limpia para el consumo de pa¨ªses como M¨¦xico, firmante del Protocolo de Kyoto de 1997, referente a la mitigaci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero.
En el istmo, al parecer, la desigualdad ha crecido al ritmo que lo han hecho los parques e¨®licos
Soluci¨®n energ¨¦tica, dicen unos; problema territorial y peligro para la sobrevivencia de comunidades ind¨ªgenas y sus tradiciones, dicen otros.
Desde 1994, y gracias a reformas legales que facilitan la privatizaci¨®n del subsector de la generaci¨®n el¨¦ctrica y de terrenos ejidales y comunales en toda la rep¨²blica (Reforma legal de 1992 y reforma del art¨ªculo 27 de la constituci¨®n), empezaron a construirse en el istmo grandes parques e¨®licos. Desde entonces el plan se ha mantenido en marcha. De los 31 parques e¨®licos en operaci¨®n hoy en M¨¦xico, 24 se encuentran operando en la regi¨®n del istmo de Tehuantepec. Son, seg¨²n datos de la AMDEE (Asociaci¨®n Mexicana de Energ¨ªa E¨®lica), 1.570 aerogeneradores en el pa¨ªs. En cifras, se trata de un negocio sin lugar a dudas en expansi¨®n del que se espera obtener entre 2020 y 2022, 15000 mega watts. La misma Asociaci¨®n suele ilustrar la cantidad de energ¨ªa obtenida en t¨¦rminos de promedio del consumo el¨¦ctrico en hogares, pero lo cierto es que de los 24 parques en operaci¨®n, y los 3 en construcci¨®n en Oaxaca, 21 proyectos son de autoabastecimiento, lo que quiere decir que la mayor parte de la electricidad que se produce en el istmo va destinada a suministrar a grandes empresas privadas como Wal Mart, FEMSA, Heineken, CEMEX y Bimbo, mientras que la electricidad es cada vez m¨¢s costosa para los habitantes de la zona.
?"Est¨¢n haciendo negocio con un bien p¨²blico, con el viento, que es nuestro, que es de todos los que vivimos aqu¨ª", dice en zapoteco un anciano.
Impactos de los proyectos e¨®licos en el istmo
Los comunitarios y varios estudios de expertos independientes dicen que el cable que tirar¨¢n en el lecho del mar, la entrada de grandes barcos que traer¨¢n el material de construcci¨®n y la eterna luz de los ventiladores espantar¨¢ a los peces. Dicen que el mangle morir¨¢ al enterrar a muchos metros de profundidad los ventiladores y que los canales de comunicaci¨®n submarinos entre las lagunas quedaran cerrados.
Aun cuando los estudios llevados a cabo en los proyectos e¨®licos de Estados Unidos y Europa no han mostrado impactos ecol¨®gicamente significativos, y la Asociaci¨®n Mexicana de Energ¨ªa E¨®lica desmiente da?os, lo cierto es que en el caso del istmo de Tehuantepec, los proyectos se encuentran en un importante corredor migratorio de aves, donde los fuertes vientos las obligan a volar a baja altura. En el bosque de aspas, seg¨²n los lugare?os mueren aves y murci¨¦lagos, y con su muerte se pierden polinizadores y dispensadores de semillas.
Leopoldo Alberto Rodr¨ªguez, presidente de la AMDEE, recuerda que el desarrollo de la energ¨ªa e¨®lica es una forma de cuidar el ambiente y que en general los proyectos se esfuerzan por respetarlo, adem¨¢s de que la autoridad competente, la SEMARNAT (Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales) es muy exigente al otorgar la autorizaci¨®n a proyecto de acuerdo a los estudios de impactos y, en caso de que sean detectadas afectaci¨®n, vigila que se planteen e implementen planes de compensaci¨®n.
¡°En el caso de las aves migratorias y otras especies voladoras como mariposas y murci¨¦lagos, se analiza su perfil de comportamiento y vuelo por la regi¨®n y la SEMARNAT nos dice si en estas zonas pueden o no ponerse aerogeneradores, todo ello sujeto al aprendizaje obtenido por el an¨¢lisis y la experiencia que hay en todo el mundo¡±, afirma Leopoldo Alberto Rodr¨ªguez refiri¨¦ndose aqu¨ª a las estrategias ideadas en otras latitudes para alertar a las especies voladoras de la presencia de los aerogeneradores durante la noche, adem¨¢s de la adaptabilidad de la que son capaces los animales en estas circunstancias.
Los locales hablan adem¨¢s de la degradaci¨®n del suelo por la obra civil que implica la construcci¨®n del parque, de la afectaci¨®n a la actividad ganadera por el polvo que contamina el pasto; de impacto visual y sonoro que afectar¨¢ a todos los seres vivos.
En el istmo, seg¨²n un informe de la ONG Educa y Oxfam M¨¦xico, la desigualdad ha crecido al ritmo que lo han hecho los parques e¨®licos, porque a pesar de que la percepci¨®n de muchos propietarios es que la renta por la instalaci¨®n de los generadores que reciben es bastante inferior en relaci¨®n a otros lugares del mundo, ese pago ha ampliado la brecha entre quienes tienen tierra y quienes no la tienen. Las comunidades suelen recordar que gracias al modelo de negocio no reciben la energ¨ªa que se produce en sus territorios, mientras pagan elevadas tarifas de electricidad. A esto se suma que no hay contribuci¨®n fiscal en los municipios ya que lo que se recauda va a al gasto estatal o federal y no se destina a satisfacer las necesidades de las comunidades.
A otro nivel, los comunitarios perciben que la mayor afectaci¨®n vinculada a los proyectos se relaciona con la seguridad alimentaria y con asuntos en apariencia m¨¢s et¨¦reos, como sus usos y costumbres.
"Cuando Mare?a Renovables [hoy E¨®lica del Sur] quiso entrar, apenas hab¨ªa mandado una maquinaria y ya puso una cadena en la entrada de La barra con dos guardias que estaban cuestionando a todas las personas que quer¨ªan pasar. Ah¨ª fue cuando nos dimos cuenta que ellos no vienen a ayudarnos, no vienen a poyarnos como ellos dicen. Ellos vienen a despojarnos y hacernos a un lado", relata bajo las sombras cruzadas del mango y el almendro un hombre del consejo de ancianos de ?lvaro Obreg¨®n.
Cuando se instalen, dicen los comunitarios, no podr¨¢n pescar como lo han hecho por siglos en las lagunas sagradas donde, a¨²n hoy, siguen celebr¨¢ndose ritos para comunicarse con el trueno y el mar, donde todav¨ªa puede merodear el m¨ªtico Tileme, aquel animal monstruoso que solo los antiguos vieron.
La resistencia
"Con la llegada de los colonizadores se perdi¨® la religi¨®n ancestral. Con la llegada de los protestantes sutilmente se perdi¨® la tradici¨®n. Con la llegada de los proyectos multinacionales se pierde el territorio. Sin religi¨®n, sin tradici¨®n y sin territorio desaparece una comunidad y los que no emigran, perecen. La resistencia est¨¢ para cuidar lo que nos queda de tradici¨®n y el territorio. Dice Ta Pedro Mati, que en medio de su milpa frota con calma los vidrios de sus anteojos oscuros, esos que ocultan el agujero donde estuvo el ojo izquierdo hasta sus a?os de soldado.
La resistencia (en Juchitan y El espinal), desde el punto de vista de la AMDEE, est¨¢ fundada en desinformaci¨®n y enfrentamientos pol¨ªticos m¨¢s que en unas realidades asociadas a las necesidades y las decisiones de una comunidad que busca ejercer el derecho a decidir sus prioridades de desarrollo.
Los afectados saben que la energ¨ªa e¨®lica puede ser el camino de su desarrollo, pero implementada con pol¨ªticas que consideren sus derechos, cosmovisi¨®n y necesidades
"Los verdaderos propietarios de los terrenos quieren que se haga el proyecto, ven un beneficio en ello, entonces, muchas veces son grupos pol¨ªticos ajenos a la comunidad directa los que est¨¢n desestabilizando o buscando victorias de tipo pol¨ªtico usando informaci¨®n que no es del todo correcta o, que es malintencionadamente incorrecta", asegura Leopoldo Alberto Rodr¨ªguez, presidente de la AMDEE.
Cuando la AMDEE habla de desinformaci¨®n, hace referencia por ejemplo a los riesgos ambientales; a las ideas que Leopoldo Rodr¨ªguez llama m¨ªticas, como las denuncias que han recibido alegando que los aerogeneradores han levantado en vuelo a las vacas; o a la informaci¨®n que circula sobre el pago por los terrenos, tema sobre el que explica Rodr¨ªguez que la diferencia radical con otros pa¨ªses (como Espa?a, Portugal y Alemania) radica en que en M¨¦xico los proyectos se desarrollan determinando pol¨ªgonos, es decir terrenos mucho mas amplios que superan en creces el que est¨¢ destinado para la instalaci¨®n del aerogenerador, esto pensado en maximizar los beneficios entre las comunidades. De esta manera el pago por alquiler se reparte entre mucha m¨¢s gente, pareciendo individualmente que se trata de una menor ganancia.
Aun en medio de la posible desinformaci¨®n, desde el tri¨¢ngulo de la resistencia se hicieron asambleas, radios comunitarias, manifiestos, marchas y se tejieron redes de solidaridad para conversar e investigar sobre el viento y la industria, pero tambi¨¦n emprendieron acciones legales y amparos nacionales e internacionales al entender que el proceso por el cual los parques e¨®licos se han instaurado en el Istmo se saltaba su derecho a la consulta previa contenida en el acuerdo 169 de la OIT en relaci¨®n a cualquier proyecto donde un entorno ind¨ªgena y sus formas de vida resulten impactados.
Despu¨¦s de un largo tr¨¢nsito por diferentes instancias y tras la consulta que en el 2015 result¨® en aprobaci¨®n de la comunidad para el proyecto E¨®lica Sur en la Barra Santa Teresa y con el apoyo de varias ONG que integraron una Misi¨®n de Observaci¨®n se denunci¨® la existencia de ¡°vicios procesales y violaciones a los derechos humanos¡± en dicha consulta. El 15 de septiembre de 2015, 1.166 zapotecas del istmo de Tehuantepec interpusieron un amparo frente al s¨¦ptimo juez de distrito de Salina Cruz, el prop¨®sito era proteger derechos que seg¨²n ellos fueron violados por las autoridades federales, estatales y municipales al aprobar la construcci¨®n y operaci¨®n del megaproyecto de energ¨ªa E¨®lica del Sur.
El 11 de Diciembre de 2015, el juez s¨¦ptimo del distrito otorg¨® la suspensi¨®n definitiva del parque de E¨®lica del Sur que se ubicar¨ªa en la Barra Santa Teresa.
Dicha suspensi¨®n acarre¨® consecuencias en t¨¦rminos de seguridad para los opositores de los megaproyectos, de percepci¨®n de victoria para las organizaciones sociales, y de inseguridad para los inversionistas, como logra intuirse en la reciente retirada del fondo holand¨¦s PPGM del proyecto.
"No puedo hablar por la empresa (E¨®lica del Sur) pero esperamos que el proyecto finalmente salga adelante y en paz con la comunidad, que se haga conviene a todos, o sea a los pobladores que esperan un beneficio, y esperamos que sea en t¨¦rminos de minimizar afectaciones y maximizar beneficios, creo que esa l¨ªnea se est¨¢ trabajando tanto por el lado de la empresa como por el lado de las instancias del gobierno federal, estatal y local", declara Rodr¨ªguez.. Hasta el momento de la publicaci¨®n de este art¨ªculo no se consigui¨® tener declaraciones por parte de E¨®lica del Sur.
Y es que lo que estuvo en juego y estar¨¢ en pr¨®ximas iniciativas de la industria e¨®lica en el territorio zapoteca y otros megaproyectos en M¨¦xico, es el cumplimiento a los principios rectores el acuerdo 169 de la OIT. Es indispensable una consulta con las comunidades ind¨ªgenas porque tienen el derecho a decidir sobre proyectos que no solo funcionar¨¢n en su territorio, sino que afectar¨¢n su vida y costumbres de m¨²ltiples maneras. As¨ª, esta consulta deber¨ªa ser previa, libre, informada y culturalmente adecuada.?
Pervia, pero en el momento de la consulta en Juchit¨¢n ya se hab¨ªan firmado mas de 700 contratos de arrendamiento, y se hab¨ªa generado la autorizaci¨®n bajo modalidad de autoabastecimiento emitida por la Secretaria de Energ¨ªa. Libre, pero los observadores reportaron amenazas de muerte y hostigamiento en los alrededores del lugar de la consulta. Informada, pero se reportaron 75 solicitudes de informaci¨®n que no fueron atendidas por el Comit¨¦ encargado del desarrollo del proceso. Culturalmente adecuada, pero se report¨® durante la consulta falta de traductores certificados, y los lugares donde se desarrollaron las sesiones fueron inadecuados de acuerdo con las tradiciones de la comunidad. Todo, siempre seg¨²n datos aportados por la Misi¨®n de Observaci¨®n para la consulta sobre proyecto e¨®lico en Juchit¨¢n.
Hoy, las localidades del tri¨¢ngulo de la resistencia no solo siguen en medio de m¨²ltiples dificultades andando su camino hacia la autodeterminaci¨®n y la defensa de sus territorios, tambi¨¦n saben que la energ¨ªa e¨®lica puede ser el camino de su desarrollo, pero siendo implementada con pol¨ªticas que consideren sus derechos, su cosmovisi¨®n y sus necesidades. Mientras siguen a la espera de conocer lo que suceder¨¢ con el parque e¨®lico proyectado en sus territorios, ellos planean crear artefactos que les permitan usar el viento para mejorar sus vidas, en sistemas de riego y en el abastecimiento dom¨¦stico, porque la suya no es una lucha contra la energ¨ªa e¨®lica, es una lucha por la pervivencia digna.
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