Bien pensado
Una de las ideas nucleares que se trabajan en psicoterapia ¨Cen particular en la terapia cognitivo conductual o TCC¨C es que los problemas no son causados tanto por las situaciones en s¨ª como por la manera en que las interpretamos en nuestro pensamiento y el impacto que estas conclusiones tienen en nuestros sentimientos (emociones) y acciones (conductas).
Resulta sorprendente observar hasta qu¨¦ punto lo que sentimos tiene un componente inconsciente, autom¨¢tico y probablemente prejuicioso. Cada d¨ªa tomamos decisiones determinantes que dependen de nuestras experiencias pasadas conscientes o inconscientes, err¨®neas o certeras que median nuestras interpretaciones. Elaboramos juicios de valor que dependen no tanto del hecho en s¨ª como de la elucubraci¨®n que realizamos del mismo. Entonces, ?no deber¨ªamos cuidar m¨¢s la validez de nuestros pensamientos? Al menos tendr¨ªamos que tomarnos un poco m¨¢s de tiempo, pararnos y escucharnos, intentar hacer consciente nuestro di¨¢logo y analizar lo que nos decimos. A esto nos puede ayudar la TCC.
Las situaciones de la vida cotidiana susceptibles de ser comprendidas de manera diferente son numerosas. Del mismo modo que afirmamos err¨®neamente que es m¨¢s corto ¨Cy es que se nos hace ostensiblemente m¨¢s breve¨C el camino que cogemos cada d¨ªa para ir al trabajo por ser el que conocemos ¨Caunque tardemos lo mismo o menos tomando otro¨C, elaborar h¨¢bitos y formas de vernos a nosotros mismos, a los dem¨¢s, el mundo y la vida nos puede ayudar a evitar caer en pensamientos irracionales, cargados de errores ¨Co distorsiones cognitivas¨C, que entorpecen nuestra toma de decisiones. La psicoterapia nos puede ayudar a darnos cuenta de que ¡°actuamos y sentimos por c¨®mo pensamos, y si se piensa de forma correcta, se sentir¨¢ y actuar¨¢ mejor¡±.
La TCC es una corriente de tratamiento psicol¨®gico que, a trav¨¦s de la palabra y el deliberar compartido, ayuda a modificar nuestro ¡°estar en el mundo¡±. El terapeuta y el paciente colaboran mutuamente a construir una visi¨®n m¨¢s acertada de nosotros mismos y del mundo que nos rodea, donde el objetivo fundamental es el bienestar. Resulta ¨²til para todos en el d¨ªa a d¨ªa y fundamental para las personas que padecen trastornos mentales.
El control falaz muchas veces conlleva un sufrimiento innecesario. Espere, tolere la frustraci¨®n y la incertidumbre y despu¨¦s decida.
Por ejemplo, una persona tiene una cita con un ligue que conoci¨® un d¨ªa en un bar y llega tarde. Durante la espera, la mente se dispara: ¡°Esto pasa porque no le gusto nada¡± ¨Catribuci¨®n selectiva¨C, ¡°deber¨ªa haberle dicho que no cuando me lo pidi¨®¡± ¨Clos llamados deberismos¨C, ¡°si es que siempre me pasa igual¡± ¨Cgeneralizaci¨®n¨C, ¡°todos/as son iguales¡± ¨Csobregeneralizaci¨®n¨C. Estos pensamientos cargados de distorsiones conllevan que nos sintamos tristes, decepcionados y despreciados, por lo que probablemente condicionemos nuestra conducta posterior y, cuando finalmente aparece la cita, nuestra actitud estar¨¢ dominada por la sensaci¨®n de inseguridad, respondiendo con antipat¨ªa, incluso reprochando la tardanza de forma desproporcionada, desde un ego herido y desinformado. Todo esto determina nuestra actitud. No ser¨ªa raro que finalmente la persona perdiera el inter¨¦s ¨Ces la conocida profec¨ªa autocumplida¨C y se confirmasen las distorsiones iniciales. La pregunta que deber¨ªamos hacernos en este caso ser¨ªa: ?hab¨ªamos interpretado correctamente la situaci¨®n original?
Con esto no queremos decir que exista una ¨²nica realidad interpretable, objetiva y mensurable, pero s¨ª que existen m¨¢s posibilidades. ?Por qu¨¦ no esperar y atender a las razones de nuestra cita y evaluar a posteriori??Entre otras explicaciones, puede tener que ver con la b¨²squeda de control inherente al ser humano, pero ese control falaz muchas veces conlleva un sufrimiento innecesario y anticipatorio. Espere, tolere la frustraci¨®n y la incertidumbre¡ y despu¨¦s decida.
?Cu¨¢ntas veces hemos o¨ªdo que tomar resoluciones en caliente no es bueno? Hablar de ¡°decisiones emocionales¡± es referirse a aquellas en las que intervienen errores cognitivos autom¨¢ticos y, por tanto, inconscientes. Con la terapia no se pretende pensar de forma objetiva ¨Ccada uno tiene su propia realidad¨C, sino conseguir, a trav¨¦s del debate racional, que se pongan en duda cavilaciones autom¨¢ticas y surjan otras opciones. Actuaremos y sentiremos mejor porque aprendemos a pensar.
Detenernos e identificar qu¨¦ pasa por nuestra cabeza es un buen primer paso. Hagamos una prueba: det¨¦ngase en este mismo momento y escuche lo que nos dice leyendo este art¨ªculo: ¡°Esto nunca podr¨¦ hacerlo, ?qu¨¦ f¨¢cil es decirlo!¡±. Seguramente no lo conseguiremos a la primera, pero probablemente s¨ª seremos capaces de valorar una alternativa y ya estaremos ¡°bien pensando¡± o, como m¨ªnimo, reflexionando m¨¢s y mejor.
- Pensamiento polarizado o dicot¨®mico (todo o nada): interpretar los eventos y a las personas en t¨¦rminos absolutos, sin tener en cuenta grados intermedios: ¡°Le caigo mal a todo el mundo¡±.
- Sobregeneralizaci¨®n: tomar casos aislados y sistematizar una conclusi¨®n para todo. He tenido un problema con mi jefe, por tanto ¡°todos los jefes son iguales¡±.
- Abstracci¨®n selectiva: fijarse solo en ciertos aspectos usualmente negativos y perturbadores.
- Extraer conclusiones precipitadas: asumir lo negativo cuando no hay apoyo emp¨ªrico para ello. Por ejemplo, la ¡°lectura de pensamiento¡±: ¡°Seguro que no me ha saludado porque le caigo mal¡±; o la ¡°adivinaci¨®n¡±, es decir, profetizar el resultado de eventos antes de que sucedan: ¡°No me van a seleccionar¡±.
- Proyecci¨®n: atribuir a otra persona pensamientos o sentimientos que no aceptamos como propios porque generan angustia o ansiedad. ¡°A m¨ª me da que su trabajo no le gusta¡±.
- Visi¨®n catastr¨®fica: imaginar y especular el peor resultado posible, sin importar lo improbable de que ocurra.
- Deberismo: concentrarse en lo que deber¨ªa ser sin dar valor a las dificultades. ¡°No tengo que cometer ning¨²n fallo¡±.
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