Ciencia solo para machos
La investigaci¨®n de nuevos analg¨¦sicos y otros campos fundamentales no incluye suficientes hembras en los experimentos, un problema que afecta a la salud femenina
Si la mayor¨ªa de personas con dolor cr¨®nico son mujeres, ?por qu¨¦ los estudios en este campo se hacen solo con animales machos? Algo parecido pasa en farmacolog¨ªa y fisiolog¨ªa. En neurociencia, por cada estudio hecho con ratonas hay cinco en el que se usan exclusivamente machos.
La falta de hembras en los laboratorios afecta directamente a la salud de las mujeres. De los 10 medicamentos retirados del mercado en EE UU desde 1997 por efectos adversos, ocho eran m¨¢s da?inos para mujeres que para hombres. En enfermedades cardiovasculares, los criterios para el diagn¨®stico del ataque al coraz¨®n se establecieron en funci¨®n de los s¨ªntomas observados solo en hombres, lo que ha hecho que a las mujeres se les diagnostique m¨¢s tarde y tengan un peor pron¨®stico.
El dolor es otro de los campos donde la falta de representaci¨®n del sexo femenino es patente. Se sabe que el mismo f¨¢rmaco, por ejemplo, una dosis de aspirina, tiene diferentes efectos en hombres que en mujeres. Otros trabajos han probado que, en general, las f¨¦minas son m¨¢s sensibles al dolor y lo toleran peor.
El equipo de Jeffrey Mogil, neurocient¨ªfico de la Universidad McGill de Canad¨¢, ha demostrado tambi¨¦n diferencias cuantitativas. Machos y hembras usan diferentes c¨¦lulas del sistema inmune para procesar el dolor en la m¨¦dula espinal. Estas diferencias fundamentales tambi¨¦n existen en los genes que regulan el dolor o los sistemas neurol¨®gicos para memorizar experiencias traum¨¢ticas, explica Mogil en un reciente art¨ªculo de opini¨®n publicado en la revista Nature. El cient¨ªfico critica que, a pesar de las medidas que han tomado algunos pa¨ªses para intentar cerrar esta brecha, la falta de hembras en los estudios de ciencia b¨¢sica sigue siendo alarmante y amenaza con hacer menos fiables los resultados de la investigaci¨®n biom¨¦dica.
En 2014, los Institutos Nacionales de Salud de EE UU introdujeron una nueva normativa para que se considerase el sexo como una variable m¨¢s en los estudios de biomedicina con animales. Pero, seg¨²n Mogil, la ciencia no se ha adaptado al cambio, al menos en lo que toca al estudio del dolor y la b¨²squeda de nuevos analg¨¦sicos. De los 71 estudios con roedores publicados en 2015 en la revista cient¨ªfica Pain, una de las m¨¢s prestigiosas en esta disciplina, solo tres dec¨ªan usar animales de ambos sexos, unas proporciones muy parecidas a las de las d¨¦cadas anteriores a la introducci¨®n de la nueva norma, resalta.
"Estamos fallando en nuestro deber si usamos solo ratones macho, generando resultados que posiblemente solo sirvan a los hombres¡±, denuncia Mogil.
?Por qu¨¦ los cient¨ªficos se resisten a usar hembras en sus trabajos? Seg¨²n Mogil, hay varias razones. Incluir hembras introducir¨ªa mayor variabilidad a los resultados debido a sus niveles variables de hormonas femeninas. Esto, argumentaban, har¨ªa necesarios chequeos espec¨ªficos que har¨ªan los estudios mucho m¨¢s complicados. Por otro lado, los machos se pelean continuamente por ser los dominantes en el grupo, lo que posiblemente genera variabilidad entre animales.
El propio Mogil ha demostrado que la variabilidad no es mayor entre machos y hembras en lo que se refiere al dolor. Y otro estudio m¨¢s reciente ha se?alado que tampoco en neurociencia es as¨ª.
Otros cient¨ªficos piensan que las nuevas normas les obligan a doblar el n¨²mero de animales que usan en cada estudio, lo que aumentar¨ªa el coste de sus trabajos posiblemente hasta hacerlos inviables. Pero seg¨²n el neurocient¨ªfico de Canad¨¢ las diferencias m¨¢s patentes entre sexos se pueden salvar haciendo solo que en cada estudio haya un 50% de espec¨ªmenes de cada sexo.
¡°La mayor¨ªa de pacientes con dolor son mujeres. Estamos fallando en nuestro deber si hacemos nuestras investigaciones usando solo ratones machos, generando resultados que posiblemente solo sirvan a los hombres¡±, denuncia Mogil.
En Espa?a no hay ninguna norma similar a la de EE UU para intentar corregir la situaci¨®n actual, seg¨²n confirma un portavoz del Instituto de Salud Carlos III, el organismo p¨²blico que aglutina buena parte de toda la I+D biom¨¦dica de Espa?a. Ni en el Consejo de Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC). Tampoco la hay en la Uni¨®n Europea, a?aden.
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