Lo importante no es lo que lleves sino c¨®mo lo lleves
Vetements, Balenciaga y J.W. Anderson apuestan por otro lenguaje en la moda: subvertir las reglas del buen vestir para celebrar el todo vale
Lo gritan alto Vetements y su panda con sus provocadoras propuestas. Lotta Volkova, la estilista que trabaja mano a mano con el dise?ador del momento Demna Gvasalia en esta marca y en el nuevo Balenciaga, es la responsable de que esta temporada lo importante no sea lo que uno lleve sino el c¨®mo lo lleve. En una reciente entrevista en la revista 032c, da por muertas las subculturas y habla del remix. Hoy si alguien lleva una camiseta punk ¡°no quiere decir que tenga que escuchar m¨²sica punk o tener un determinado punto de vista pol¨ªtico¡±. Al final, para ella, todo es cuesti¨®n de actitud. Al mando del casting de modelos y el estilismo, Lotta y su equipo han seducido al mercado con su mirada nueva a las prendas de siempre.
"Ll¨¦valo raro" es el enunciado. Sudaderas vestido y capuchas apretadas. Blusas de mangas infinitas mal abrochadas. Chaquetas de vol¨²menes extra?os. Mensajes provocativos. Reciclaje, patchwork y prendas reconstruidas. Logos trastocados. Debilidad por lo feo, extra?o y desubicado. Apropiaci¨®n a precio de oro. Todos los caminos nos llevan a Martin Margiela, uno de los creadores m¨¢s brillantes de los noventa, para el que Gvsalia trabaj¨® durante tres a?os y medio y firma en la que hoy est¨¢ al frente John Galliano. Gvsalia lo aprendi¨® todo all¨ª y dicen de ¨¦l que es su hijo espiritual. Aunque si Margiela conect¨® con los intelectuales en la era pre Internet, Gvasalia y Volkova han logrado hacer llegar al mensaje a las masas con la ayuda de las redes sociales en un camino de ida y vuelta.
La estilista confiesa pasarse horas document¨¢ndose en l¨ªnea y es en Instagram donde recluta a algunos de sus modelos. Y es que el nuevo cool est¨¢ casi m¨¢s en la Red que en la calle. Detr¨¢s de la pantalla, chicos y chicas usan la ropa desde lo performativo creando identidades m¨²ltiples: hoy soy as¨ª, ma?ana ya ver¨¦. Volubles y cambiantes, la improvisaci¨®n se vuelve excitante y las prendas unas buenas aliadas para construir personajes que tienen algo de realidad pero tambi¨¦n altas dosis de ficci¨®n. Y lo mejor de todo es que cualquiera puede hablar esta nueva jerga: no importan las prendas sino la forma de llevarlas. J.W. Anderson, Jacquemus o Toga son otros de los dise?adores que trabajan este nuevo lenguaje de lo nuevo.
Ponerse una camisa del rev¨¦s, sacar el brazo por el escote de un c¨¢rdigan abotonado y comprarse un jersey tres tallas m¨¢s grande con mangas que escondan las manos son solo algunas de las ideas f¨¢ciles de poner en pr¨¢ctica esta filosof¨ªa. En definitiva, el secreto est¨¢ en subvertir las reglas del buen vestir para celebrar el todo vale: vestidos de fiesta para el d¨ªa a d¨ªa, deportivas para la noche, ch¨¢ndal con tacones y trajes chaqueta con camiseta. Fantas¨ªa desde los suburbios y proporciones alteradas en un megamix de c¨®digos y tendencias que invita a la participaci¨®n y a la cocreaci¨®n.
Y es que el estilismo empieza a coger mucho peso para emocionar y narrar nuevas historias en un momento en el que parece que todo est¨¢ inventado. Habitualmente en la sombra ¨Caunque cada vez menos¨C, detr¨¢s de cada gran dise?ador descubrimos un avispado estilista. Carine Roitfeld particip¨® de forma muy activa en definir el tipo de mujer del nuevo Gucci cuando Tom Ford aterriz¨® en la casa italiana a mediados de los noventa. Y Marie-Am¨¦lie Sauv¨¦ junto a Nicolas Ghesqui¨¨re, primero en Balenciaga y ahora en Vuitton, y Katie Grand junto a Marc Jacobs, entonces en Vuitton ahora para la marca hom¨®nima del dise?ador, han creado t¨¢ndems de largo recorrido y muy productivos.
Si en el pasado no se conceb¨ªa a nadie m¨¢s que aun dise?ador al frente de una gran marca, el nombramiento del estilista y editor Nicola Formichetti como director creativo de Mugler en 2011 rompi¨® la baraja y homolog¨® el estilista como creador. Para el dise?ador que vive encerrado en el estudio, el estilista se convierte en una figura necesaria para traducir sus ideas al son del mercado.
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