Las capacidades de los dem¨¢s nos pesan demasiado a la hora de valorarnos
En contextos competitivos y cooperativos, evaluamos nuestro desempe?o influenciados por las habilidades de nuestros aliados o adversarios
La colaboraci¨®n y la competencia son una parte inevitable de las relaciones humanas. Vivimos en sociedad e inevitablemente las acciones de los otros tienen repercusiones en nuestra vida. En el d¨ªa a d¨ªa, evaluamos nuestras habilidades propias, pero tambi¨¦n las de los otros, desde las capacidades f¨ªsicas a las intelectuales. De este modo, construimos jerarqu¨ªas sociales y tomamos decisiones sobre a qu¨¦ grupos sociales unirnos o sobre si es conveniente o no entrar en conflicto con terceras personas.
Un reciente estudio publicado en la revista Neuron destaca que tendemos a valorar nuestras propias capacidades fuertemente influenciados por las habilidades de los dem¨¢s. ¡°Descubrimos que, aunque la gente estimaba sus capacidades bas¨¢ndose en sus propias ejecuciones y de un modo racional, sus valoraciones de s¨ª mismos estaban parcialmente unidas con las ejecuciones de los otros¡±, explica Marco Wittmann, estudiante de doctorado en neurociencia cognitiva en la Universidad de Oxford (Reino Unido) y autor principal del estudio.
Por medio de experimentos de comportamiento combinados con im¨¢genes por resonancia magn¨¦tica, los investigadores han determinado que esa influencia pasa a ser positiva o negativa en funci¨®n del papel de la persona con la que nos comparemos. Esto quiere decir que quienes cooperan con personas especialmente h¨¢biles tienden a juzgarse a s¨ª mismos m¨¢s positivamente. En contextos competitivos, por el contrario, si el adversario realiza muy buenas ejecuciones, uno subestimar¨¢ sus propias habilidades, juzg¨¢ndose m¨¢s duramente.
Las ejecuciones pasadas no son lo ¨²nico que importa
Desde el punto de vista de la psicolog¨ªa, se ha defendido la idea de que las personas basan la valoraci¨®n de sus propias habilidades en su historia de ejecuciones en el pasado. Sin embargo, aunque esto es determinante para la estimaci¨®n de las habilidades de uno mismo, el ser humano es un animal que vive en sociedad y que aprende de s¨ª mismo en un entorno social.
Los cient¨ªficos realizaron un experimento con 24 participantes, que ten¨ªan que participar en dos juegos. Uno de ellos implicaba la estimaci¨®n del tiempo que hab¨ªa transcurrido, y el otro la valoraci¨®n de los colores de unas figuras. El objetivo era analizar si los sujetos estimaban sus actuaciones bas¨¢ndose en su propia ejecuci¨®n y si esta valoraci¨®n cambiaba en funci¨®n de las ejecuciones de otros dos participantes. Adem¨¢s, para cada juego, los individuos pod¨ªan decidir si quer¨ªan cooperar con uno de las otras dos personas o si prefer¨ªan competir contra ella.
Las ejecuciones realizadas en un pasado tambi¨¦n tienen peso a la hora de valorar la habilidad de una persona
As¨ª, se pudo determinar que para valorar tanto las ejecuciones propias como las ajenas, se tiene en cuenta el desempe?o llevado a cabo en el pasado, aunque los eventos m¨¢s lejanos en el tiempo tienen menos impacto en la estimaci¨®n de habilidad que los m¨¢s recientes. Adem¨¢s, cuanto mejor puntuaba un sujeto objetivamente, m¨¢s predispuesto se mostraba a cooperar o competir. Si su rendimiento era malo, por el contrario, se tend¨ªa a la cooperaci¨®n , pero se rechazaba la competici¨®n. Las elecciones de cu¨¢ndo aliarse o competir depend¨ªan tambi¨¦n de la historia de ejecuciones de la otra persona: si era mala, se prefer¨ªa competir, y si era buena se optaba por la alianza.
En cuanto a la estimaci¨®n de la ejecuci¨®n propia, el experimento revel¨® que se trata de un fen¨®meno interdependiente, ya que competir contra personas habilidosas hace que estimemos nuestro desempe?o de manera m¨¢s negativa -y a la inversa-, mientras que cooperar con ellas nos hace percibirnos a nosotros mismos como mejores. Lo mismo sucede cuando es la otra persona a la que estamos valorando: si competimos contra ella y somos mejores, minusvaloramos sus habilidades, pero si cooperamos tenderemos a verla como a un igual y, por tanto, creemos que se parece m¨¢s a nosotros. Seg¨²n Wittmann, esto cuadra muy bien con las experiencias de las personas en sus puestos de trabajo. "Los trabajadores pueden sentirse mejor o peor sobre s¨ª mismos en funci¨®n de lo bueno que sea el grupo en el que trabaja, o puede valorarse peor cuando se enfrenta a un fuerte competidor", aclara.
Resonancia magn¨¦tica para comprender qu¨¦ pasa en el cerebro
Una segunda parte del experimento, realizada por medio de im¨¢genes de resonancia magn¨¦tica, trataba de determinar las regiones del cerebro involucradas en la estimaci¨®n de las habilidades propias y ajenas. Se detect¨® que el ¨¢rea del c¨®rtex del c¨ªngulo anterior perigenual estaba vinculado con el historial de ejecuciones de uno mismo, y su actividad aumentaba o decrec¨ªa en funci¨®n de lo buenas o malas que fueran estas ejecuciones pasadas y de la probabilidad de ¨¦xito en la pr¨®xima ejecuci¨®n. Cuanto m¨¢s fuertes son en una persona las se?ales cerebrales relativas a la ejecuci¨®n propia, m¨¢s fuerza tendr¨¢ la historia de ejecuciones cuando este estime su propia habilidad.
Si la representaci¨®n del otro en el ¨¢rea 9 es muy fuerte,? su ejecuci¨®n tendr¨¢ una mayor influencia
Tambi¨¦n se detect¨® actividad en el ¨¢rea 9, determinando que esta regi¨®n del c¨®rtex frontal en este caso se encargaba de la ejecuci¨®n de los dem¨¢s, pero adem¨¢s fusionaba esta informaci¨®n con estimaciones de uno mismo. Si la representaci¨®n del otro en el ¨¢rea 9 es muy fuerte, significa que hay una mayor probabilidad de que juzguemos nuestra propia habilidad seg¨²n su ejecuci¨®n. Esto sugiere que esta zona del cerebro podr¨ªa integrar informaci¨®n de uno mismo y de los dem¨¢s para determinar la posici¨®n que ocupa cada uno dentro de una red social.
"Para los animales es muy importante conocer el valor de s¨ª mismos y de los dem¨¢s dentro de una jerarqu¨ªa", concreta Wittmann, explicando que ciertas decisiones, como la de retirarse o atacar, son de una importancia vital para ellos. "En humanos, las jerarqu¨ªas sociales existen pero son mucho menos penetrantes, y dependen de grupos sociales de referencia que cambian, por ejemplo, entre la familia, el trabajo o un equipo deportivo", puntualiza.
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