¡®Je r¨¦cuse¡¯
Delincuente o no, De Alfonso es un juez indeseable porque encarna precisamente la negaci¨®n de toda ¡°independencia"
El c¨®mplice de Fern¨¢ndez en la putrefacta conjura que fabricaba falsos delitos contra los soberanistas catalanes vuelve a ser juez: m¨¢xima alerta, ciudadanos, prot¨¦janse de este peligro p¨²blico.
Daniel de Alfonso, exempleado de Artur Mas como director de la oficina Antifraude de Catalu?a, fue ominosamente destituido por el Parlamento catal¨¢n al conocerse las cintas que le grabaron con el (presunto) ministro.
Las cintas, ?recuerdan? En las que propon¨ªa a su amiguito ¡°dosificar¡± la informaci¨®n entera o parcialmente falsa para destruir a las personas que convert¨ªa en objetivos. E ilustraba su calidad moral: ¡°Soy partidario de asestar el golpe cuando el golpe va a acabar con el animal¡±, entendiendo por animal sacrificable a todo separatista viviente, y familia.
A De Alfonso la Fiscal¨ªa le ha abierto diligencias por si cometi¨® los delitos de prevaricaci¨®n (dictar resoluciones a sabiendas de que son injustas), revelaci¨®n de secretos y malversaci¨®n de caudales p¨²blicos. Hay pocos as¨ª, pero contumaces, como el prevaricador exjuez G¨®mez de Lia?o, que acab¨® como abogado de Luis B¨¢rcenas, vaya puertas giratorias. ?Acaso los jueces y los colegios de abogados admiten a cualquier perill¨¢n?
Las diligencias son de caj¨®n. Pero ¨¦l pidi¨® reingresar a la carrera judicial, en la Audiencia de Barcelona. El archicorporativo Consejo del Poder Judicial se lo ha concedido, pese a la certera protesta de la conservadora Asociaci¨®n Profesional de la Magistratura. Esta advierte del ¡°da?o¡± causado porque ¡°conlleva la p¨¦rdida de la apariencia de independencia e imparcialidad¡± requerida a un juez.
Delincuente o no, De Alfonso es un juez indeseable porque encarna precisamente la negaci¨®n de toda ¡°independencia¡± exigida en los art¨ªculos 12 y siguientes de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial, al ponerse de mayordomo servil del (presunto) ministro.
Entre las 16 causas de recusaci¨®n de un juez (art. 219) figura la ¡°enemistad manifiesta¡± con cualquiera de las partes. Pues entonces, todo dem¨®crata que considere infame espiar y fabricar pruebas mendaces a cualquiera por su ideolog¨ªa (aunque no la comparta) debe considerarse objeto de su ¡°enemistad manifiesta¡±, y viceversa. As¨ª que homenajeemos a Zola con un masivo: Je r¨¦cuse.
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