Las bonobas defienden su matriarcado luchando juntas
Varios estudios dan nuevas claves sobre c¨®mo las hembras de bonobo sostienen su sociedad tolerante
Ellas mandan. Y saben c¨®mo hacerse respetar. El matriarcado de las bonobas ha generado una sociedad pac¨ªfica en la que ellas son el n¨²cleo, el eje en torno al que gira su universo. Lo logran manteniendo a raya a los machos: cuando ellos se atreven a acosar a una hembra joven, las m¨¢s maduras forman coaliciones espont¨¢neas con ellas para contraatacar y mostrarles que as¨ª no van a llegar lejos.
Despu¨¦s de tres a?os observando c¨®mo las bonobas defienden su estatus en las selvas de Wamba (Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo), unos investigadores japoneses han aportado nuevas claves sobre los pilares en los que las hembras asientan su poder. Ellas suman fuerzas para derrotarles. Las hembras adultas saltan en favor de las j¨®venes a la menor ocasi¨®n para cortar de ra¨ªz todo conato de violencia por parte de un macho contra cualquier hembra. Todo lo contrario que la comunidad machista de los chimpanc¨¦s.
Las hembras salieron victoriosas en el 100% de las ocasiones en que se juntaron para hacer frente a un macho embravecido
"Es posible que hayamos descubierto una de las maneras en que las hembras mantienen un estatus superior entre los bonobos", reconoce a Materia Nahoko Tokuyama, primat¨®logo de la Universidad de Kioto. No solo eso; su estudio, junto con otros recientes, est¨¢ ayudando a explicar por qu¨¦ los bonobos disfrutan de una colectividad casi id¨ªlica. Conocidos como los primates jipis, se relacionan disfrutando del sexo (a menudo homosexual) y lo usan para relajar tensiones sociales, son generosos con los desconocidos, no dejan atr¨¢s a un compa?ero herido... Caracter¨ªsticas inimaginables en otros grandes simios. Las hembras desarrollan alianzas "que fomentan la tolerancia", escriben los autores de este estudio que se publica en Animal Behaviour.
De todas las interacciones agresivas o violentas observadas, las hembras salieron victoriosas en el 100% de las ocasiones en que se juntaron para hacer frente a un macho embravecido, que terminaba mostrando gestos de sumisi¨®n. Solas, en cambio, suelen perder la batalla porque ellos son m¨¢s fuertes. Las bonobas solo formaron coaliciones para ir contra los machos, nunca contra otra hembra, y casi siempre para repeler un ataque masculino previo. Entre los chimpanc¨¦s, a veces las hembras se atacan porque compiten por el inter¨¦s de los machos o por recursos. En los bonobos, esa rivalidad no se da.
Mucho de lo que podamos decir de los bonobos nace de la comparaci¨®n con sus primos, los chimpanc¨¦s, en los que la violencia m¨¢s cruel es moneda com¨²n y las hembras est¨¢n sometidas ferozmente a la voluntad de los machos alfa. No es extra?o observar a un macho empujar a una chimpanc¨¦ lejos del grupo para violarla sin que el resto le pueda reprochar la salvajada. Las ¨²ltimas investigaciones han mostrado que la "violencia sexista" de los chimpanc¨¦s les resulta rentable: los machos m¨¢s agresivos, los que m¨¢s golpean a las hembras, son los que m¨¢s descendencia logran con ellas.
Y justo de ah¨ª surge otra gran diferencia evolutiva con los bonobos, que permite a las hembras tener la sart¨¦n por el mango y que la hipot¨¦tica violencia de los machos de bonobo fuera in¨²til. Los chimpanc¨¦s saben cu¨¢ndo la hembra es f¨¦rtil por la hinchaz¨®n de sus genitales, lo que fomenta que se peleen entre ellos o las acosen para que se reserven. En cambio, acabamos de saber gracias a otro estudio reciente que los bonobos no tienen ni idea de cu¨¢l es el momento m¨¢s propicio para la c¨®pula, por culpa del confuso celo de las bonobas; no vale la pena ser violento, sale m¨¢s rentable tener m¨¢s sexo espor¨¢dico para tener suerte en esa loter¨ªa.
Los bonobos se cuidan y se disfrutan entre ellos; estas coaliciones de hembras surgen como una estrategia defensiva "para evitar el acoso de los machos"
"Los machos no tienen que competir entre s¨ª tanto por oportunidades de apareamiento. Y por tanto no tienen que forzar a la c¨®pula, ni es necesario tener un mayor rango social sobre las hembras. Creo que los dos factores [coaliciones defensivas y celo] contribuyen al alto estatus social de la hembra en los bonobos", resume Tokuyama.
Las bonobas abandonan su familia en la adolescencia; las hembras que coinciden en un grupo no est¨¢n unidas por lazos de sangre que las invite a ayudarse para defender su linaje. Lo hacen porque les conviene. Y porque todo el colectivo sale beneficiado, como destacan los especialistas. Aunque el estudio de Tokuyama pone el foco en las agresiones, los investigadores resaltan que las bonobas invierten la mayor parte de su tiempo en llevarse bien con los machos. Los bonobos se cuidan y se disfrutan entre ellos; estas coaliciones de hembras surgen como contraataque, es solo una estrategia defensiva "para evitar el acoso de los machos".
Evoluci¨®n y personalidad
Humanos, bonobos y chimpanc¨¦s somos animales extraordinariamente cercanos. Hace dos millones de a?os nuestros parientes escogieron caminos evolutivos distintos. Y su tronco com¨²n se deslig¨® del linaje humano hace seis millones de a?os. Cada uno escogi¨® estrategias evolutivas distintas, determinadas por muchos factores. Por ejemplo, los chimpanc¨¦s viven en un ambiente mucho m¨¢s duro que el de los bonobos, a los que les sobra la comida, por lo que la lucha a vida o muerte por los recursos con otros grupos mantiene encendida su llama violenta. Las coaliciones entre chimpanc¨¦s se forman sobre todo entre machos, y pueden prolongarse muchos a?os.
"Los machos no tienen que competir entre s¨ª tanto por oportunidades de apareamiento. Y por tanto no tienen que forzar a la c¨®pula, ni es necesario tener un mayor rango social sobre las hembras", defiende Tokuyama
Hace un par de semanas se public¨® en la American Journal of Primatology otro estudio importante sobre bonobos: el primer an¨¢lisis sobre los rasgos de su personalidad realizado en bonobos salvajes, con resultados "coherentes con la estructura m¨¢s igualitaria de la sociedad bonoba". Los machos son m¨¢s introvertidos que las hembras y estas son m¨¢s irritables que ellos. "Esas diferencias entre sexos en los rasgos de personalidad son justo al rev¨¦s en chimpanc¨¦s", escriben los primat¨®logos.?
"La evaluaci¨®n de su personalidad en el medio silvestre, por tanto, permite comprender mejor la evoluci¨®n de la personalidad humana", aseguran los autores de ese trabajo, tambi¨¦n de la Universidad de Kioto, referente en la primatolog¨ªa. La evoluci¨®n ha hecho su trabajo y los bonobos han terminado siendo m¨¢s positivos. Este a?o se public¨® otro estudio que mostraba como las bonobas dedicaban mucha m¨¢s atenci¨®n a im¨¢genes de cong¨¦neres socializando que a otras en las que se mostraban agresivos. Los humanos prestamos m¨¢s atenci¨®n a estas ¨²ltimas, como se?al de alerta ante el riesgo. Gracias a sus hembras, los bonobos est¨¢n hechos para fijarse antes en las oportunidades que en las amenazas.
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