El sexo de los bonobos es una loter¨ªa
La imprevisible ovulaci¨®n de las hembras les invita a ser promiscuos en vez de violentos
Los humanos tienen unos primos agresivos, los chimpanc¨¦s, capaces de las peores crueldades, con relaciones entre machos y hembras que pueden llegar a lo que algunos expertos describen como violencia sexista. Y tambi¨¦n tienen otros primos, los bonobos, con unas relaciones sociales mucho m¨¢s pac¨ªficas y placenteras, en una especie de matriarcado. Mucho se ha escrito para tratar de explicar las diferencias entre estas dos especies y, ahora, un nuevo estudio propone una idea que ayudar¨ªa a entenderlo, al menos en parte. Y todo gira en torno a la sexualidad femenina.
Para los machos es casi imposible saber cu¨¢ndo deben copular si quieren lograr descendencia y por eso no pelean por ello
Como en otras especies, las hembras presentan una hinchaz¨®n de los genitales que se entiende como se?al de fecundidad. Pero seg¨²n los resultados del estudio que se acaba de publicar, esta se?al no sirve de gran cosa: de las hembras estudiadas, la ovulaci¨®n solo se produjo realmente en la mitad de los ciclos de hinchaz¨®n y ¨²nicamente un tercio de las ovulaciones analizadas se produjo mientras esta se?al f¨ªsica estaba presente. Es decir, tratar de fecundar a las hembras de bonobo es una aut¨¦ntica loter¨ªa: para los machos es casi imposible saber cu¨¢ndo deben copular si quieren lograr descendencia.
Comparando con los chimpanc¨¦s, la probabilidad de acertar durante el ciclo de hinchaz¨®n de los genitales es dos veces y media menor. Y a partir de aqu¨ª, los investigadores del Instituto Max Planck de Antropolog¨ªa Evolutiva tratan de explicar las implicaciones de esta loter¨ªa. En su estudio, que se publica en BMC Evolutionary Biology, defienden que esta situaci¨®n confusa para los machos ha sido importante para que sus relaciones sean menos violentas, frenando de ra¨ªz el posible conflicto sexual.
En las especies en que el momento de la ovulaci¨®n se puede predecir con mayor precisi¨®n, los machos querr¨¢n controlar a las hembras y monopolizar su ciclo de fecundidad por la fuerza, agredi¨¦ndolas a ellas como hacen los chimpanc¨¦s o peleando con otros machos. Al prolongar los d¨ªas en el que los machos necesitar¨ªan controlar a las hembras para asegurar su paternidad, es m¨¢s dif¨ªcil y costoso para un macho monopolizar una hembra. "Los costos asociados al control de la hembra ser¨ªan mayores que los beneficios y, en consecuencia, esto podr¨ªa haber dado lugar a la adopci¨®n por parte de los bonobos macho de una estrategia alternativa de apareamiento", escriben los autores en su estudio.
Esto podr¨ªa haber dado lugar a la adopci¨®n por parte de los bonobos macho de una estrategia alternativa de apareamiento", escriben los autores
"Estas estrategias", contin¨²an, "pueden haber conducido a que los machos inviertan m¨¢s en relaciones de asociaci¨®n con las hembras en lugar de competir con otros machos por las oportunidades de apareamiento". Por eso, los bonobos copulan mucho m¨¢s de lo que ser¨ªa l¨®gico en momentos en los que la hembra, aparentemente, no estar¨ªa ovulando. Cualquier momento es bueno para copular porque cualquier momento puede llevar a la fecundaci¨®n.
Los autores tambi¨¦n explican que los machos presentan unos niveles de testosterona muy bajos en periodos en los que deber¨ªan competir con otros rivales, aparentemente porque no ven la necesidad de luchar por el sexo. All¨ª donde los chimpanc¨¦s optaron por la violencia para asegurar la descendencia, los bonobos eligieron el placer. De ah¨ª podr¨ªa derivar, en parte, que la confusa ovulaci¨®n de las hembras haya derivado en que la sociedad de los bonobos gire en torno al gozo mientras la de los chimpanc¨¦s pueda llegar a ser tan sangrienta.
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