Un asilo para pandas
Un centro cerca de la ciudad china de Chengdu cuida de los pandas m¨¢s longevos y se convierte en un hospital para los heridos
Pan Pan tiene 31 a?os, la presi¨®n alta, sufre cataratas y su maltrecha dentadura apenas le permite masticar. Come una tercera parte de lo que com¨ªa de joven, su cuerpo se ha encogido y se pasa gran parte del d¨ªa dentro de su habit¨¢culo, durmiendo encima de un inmenso bloque de hielo, frente a los m¨¢s de 35 grados en el exterior. De vez en cuando se rasca la barriga o intenta, sin mucho ¨¦xito pero tampoco muchas ganas, alcanzar un brote de bamb¨² que hay cerca.
"Cuando un panda envejece, su comportamiento es muy similar al de los humanos: se mueve menos, pierde adaptabilidad al entorno y enferma. Necesita cuidados especiales", asegura Wei Rongping, director adjunto del Centro de Conservaci¨®n e Investigaci¨®n de Pandas Gigantes, situado en el pueblo de Dujiangyan, cerca de la ciudad china de Chengdu, en el suroeste del pa¨ªs. La instalaci¨®n se inaugur¨® en 2013 espec¨ªficamente para tratar a los pandas viejos -que ya no pueden reproducirse-, prevenir las enfermedades e investigar la gen¨¦tica de esta especie en peligro de extinci¨®n, considerada por China un tesoro nacional.
La edad de Pan Pan es el equivalente a la de un humano nonagenario. Es el panda macho m¨¢s longevo del mundo (el r¨¦cord absoluto lo tiene Jia Jia, una hembra que reside en un zool¨®gico en Hong Kong, con 38 a?os) y lleva dos d¨¦cadas viviendo en cautividad. Ha hecho un buen trabajo: pr¨¢cticamente uno de cada cinco ejemplares que han nacido en los ¨²ltimos 20 a?os, sin contar los que est¨¢n en estado salvaje, son descendientes suyos. Ahora pasa el resto de sus d¨ªas bajo las miradas de ni?os y adultos curiosos y la atenci¨®n de sus cuidadores, que le trocean el bamb¨² para que pueda ingerirlo mejor y le proporcionan suplementos vitam¨ªnicos a base de frutas o galletas. Un panda en estado salvaje suele vivir, como m¨¢ximo, 20 a?os.
China ha logrado un progreso extraordinario en su tarea de proteger a los pandas gigantes. En los a?os 80 del siglo pasado quedaban poco m¨¢s de un millar de ejemplares en el pa¨ªs debido a la inmensa presi¨®n del hombre sobre su h¨¢bitat. Con la recuperaci¨®n de los bosques y un ambicioso (y costoso) programa de crianza, en China viven actualmente 2.290 pandas, 426 en cautividad. Y estos ¨²ltimos han crecido a una tasa anual de doble d¨ªgito.
Cuando un panda envejece, su comportamiento es muy similar al de los humanos: se mueve menos, pierde adaptabilidad al entorno y enferma. Necesita cuidados especiales
Este aumento del n¨²mero de ejemplares ha llevado a los expertos de la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza a llevar a cabo una revisi¨®n del estatus del panda gigante en su lista de especies en peligro de extinci¨®n. Aunque no se ha anunciado oficialmente, es posible que pronto la especie suba un escal¨®n y pase de estar "en peligro" a ser "vulnerable". "Para m¨ª [esta evaluaci¨®n] no tiene sentido. Es algo f¨¢cil de decir mirando solamente los n¨²meros, pero hay que tener en cuenta que estos animales viven dispersos. Si logramos que los 33 grupos de pandas gigantes se integren en uno estar¨ªa de acuerdo con una decisi¨®n as¨ª, pero por el momento no son capaces de comunicarse entre ellos", explica Wei.
El experto asegura que el objetivo final de criar pandas es que puedan volver a su h¨¢bitat natural, pero reconoce que no siempre es f¨¢cil. En Dujiangyan hay en total 31 animales, algunos por viejos y otros por enfermos. Dai Li, por ejemplo, fue rescatada en uno de los bosques de la provincia tras haber ca¨ªdo en una trampa y le tuvieron que amputar una de sus patas. Es a¨²n joven, pero nunca podr¨ªa sobrevivir en estado salvaje. En 2007, un centro del mismo grupo liber¨® a un panda macho, Xiang Xiang, pero siete meses despu¨¦s encontraron su cuerpo en un bosque tras haberse peleado con otros de su especie por el territorio. Desde 2010 se han soltado cinco pandas m¨¢s, tres de los cuales lograron sobrevivir.
"Cuando son j¨®venes, los pandas reclaman su territorio, identifican a los enemigos por el olor y pueden pelearse f¨¢cilmente con otros. Pero cuando envejecen son m¨¢s solitarios y como su cuerpo es m¨¢s d¨¦bil intentan vivir en un ¨¢rea m¨¢s peque?a para evitar conflictos con otros", asegura Wei.
La cuidadora de Pan Pan dice que esta regla se aplica solamente a los pandas salvajes. "?l ya conoce mi olor, no le importa acercarse y entiende que todo lo que hago es para cuidarle, para su propio bien". Desde luego, el animal la reconoce: tras horas sin moverse, de repente decide salir al exterior para el j¨²bilo de los visitantes. "Me ha o¨ªdo", dice con una sonrisa.
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