Zlatan Ibrahimovic: "Soy un hombre del pueblo"
Hay un nuevo dios en Manchester y se llama Zlatan. Nos citamos con el arrogante delantero, que hoy debuta con el United en la Premier League
Zlatan Ibrahimovic se muestra como una atalaya de dos metros. Esta habitaci¨®n de hotel en Par¨ªs se le queda peque?a. Lleva el pelo recogido en un mo?o pegado a la nuca, como esos generales dieciochescos que importaron la moda del continente asi¨¢tico. No lo luce as¨ª por coqueter¨ªa: Zlatan teme perder su fuerza si le cortan la coleta. ¡°Igual que a Sans¨®n¡±, dice. Toma asiento en la butaca como si se sentara en el banquillo y se prepara para responder como si se dispusiera a evitar un regate. Siempre con esa falta de modestia marca de la casa.
Es bien sabido que se tiene en muy alta estima e incluso en ocasiones habla de s¨ª mismo en tercera persona, igual que Julio C¨¦sar. Afronta una nueva temporada con otro de sus desaf¨ªos: ser el pu?al, el goleador, con 34 a?os (35 el 3 de octubre), del Manchester United de Jos¨¦ Mourinho. De momento, hace una semana le dio la primera gran alegr¨ªa al United: un gol suyo en el minuto 83 permiti¨® que el Manchester se llevase, ante el Leicester (2-1), la Community Shield (el equivalente a la Supercopa de Espa?a). Ser¨¢ una de las indiscutibles estrellas de la fabulosa Premier Legue inglesa, que arranc¨® el 13 de agosto.
S¨ª, creo en m¨ª mismo. Pero no soy como esa gente que se tiene en alta estima y luego no hace nada. A m¨ª, eso no me sirve. Yo s¨ª he hecho algo
Otro de los motivos de la cita con el delantero es presentar su nueva marca de ropa deportiva, a la que ha bautizado como A-Z. ¡°De amateur a Zlatan¡±, promete su eslogan publicitario. El v¨ªdeo con el que se presentan ante el mundo est¨¢ rodado en los deprimidos suburbios de alguna ciudad centroeuropea que puede recordar a Rosengard, el conflictivo barrio de Malm? donde creci¨® este hijo de balc¨¢nicos llegados a Suecia en los setenta. ¡°Lo que queremos decir es que, vengas de donde vengas, puedes conseguirlo. No hace falta venir de un lugar bonito. De hecho, a m¨ª me gusta venir de un lugar duro¡±, afirma. Eso le recuerda que tuvo la suficiente fuerza para salir adelante. ¡°Cualquier persona puede convertirse en lo que le apetezca si pasa todo el d¨ªa entrenando. En mi caso, se convirti¨® en una obsesi¨®n¡±.
El lanzamiento de su propia firma subraya lo que ya parec¨ªa evidente: que su nombre se ha convertido en una marca comercial. ¡°Zlatan no es una marca. Yo soy un hombre del pueblo¡±, asegura. Ibraimovich siempre ha tenido cierta fijaci¨®n por controlar su nombre: ya en 2002, mucho antes de sus horas de gloria, lo registr¨® como marca comercial, como si supiera el brillante destino que le deparaba el futuro. ¡°Adivin¨¦ que muchos querr¨ªan utilizarlo. Todo el mundo quiere sacar dinero con tu nombre. Y yo no hago las cosas por dinero¡±, asegura. Con su sueldo, que el a?o pasado se elev¨® a unos 20 millones de euros, podr¨ªa vivir ¡°unos 50 a?os sin hacer nada¡±. ¡°Yo hago las cosas por desaf¨ªo, por pasi¨®n, por aprender algo¡±, afirma. ¡°En realidad, el dinero no te hace feliz. S¨®lo hace que ser feliz sea m¨¢s f¨¢cil¡±.
La ma?ana anterior al encuentro, Le Monde le ha dedicado una p¨¢gina doble, privilegio al que casi no tiene derecho ni Fran?ois Hollande. Ibrahimovic no parece impresionado. ¡°Estoy en todas partes¡±, afirma con media sonrisa. No le falta raz¨®n: en los tres meses que sucedieron a su fichaje por el Paris Saint Germain en 2012, una agencia francesa contabiliz¨® el n¨²mero de menciones al jugador en la prensa local: 175 al d¨ªa. Los Gui?oles franceses introdujeron ipso facto una marioneta que se le parec¨ªa bastante: desvariaba sobremanera y, a la vez, resultaba inexplicablemente entra?able. Incluso se inventaron un verbo, zlatanear, que pod¨ªa significar cualquier cosa en funci¨®n del contexto.
Como tantos otros futbolistas estrella, Zlatan se parece tanto a un superhombre como a un ni?o en el periodo freudiano de latencia. En aquella entrevista, se mostr¨® particularmente cr¨ªtico con los pol¨ªticos. Dijo ayudar m¨¢s a Francia que el propio Hollande a causa de un (inexistente) impuesto sobre el 75% de sus ingresos y jur¨® que podr¨ªa hacer popular al presidente franc¨¦s con un simple chasquido de dedos. ¡°Pero no s¨¦ si quiero¡±, remach¨®. Hoy se muestra m¨¢s retra¨ªdo. ¡°No quiero hablar de pol¨ªtica. No es mi campo¡±, regatea. ¡°El f¨²tbol es mi pol¨ªtica y mi religi¨®n. S¨®lo creo en la felicidad, peace and love. No creo en las cosas oscuras¡±.
Tras su ¨²ltimo partido con el Paris Saint Germain, Zlatan public¨® el siguiente tuit: ¡°Llegu¨¦ como un rey. Me voy como una leyenda¡±. Le acusaron de padecer una megaloman¨ªa de caballo. ¡°?Qu¨¦ es eso?¡±, pregunta. Alguien que padece delirios de grandeza, le respondemos. ¡°No, s¨®lo son los hechos. Yo creo en los hechos¡±, responde sin ninguna iron¨ªa. No niega que tiene una alta opini¨®n de s¨ª mismo, aunque le parece totalmente justificada: ¡°S¨ª, creo en m¨ª mismo. Pero no soy como esa gente que se tiene en alta estima y luego no hace nada. A m¨ª eso no me sirve. Yo s¨ª he hecho algo¡±.
Zlatan lleva 13 a?os viviendo con la modelo y economista sueca Helena Seger, con la que ha tenido a sus dos hijos: Maximilian, de 9 a?os, y Vincent, de 8 a?os. Tiene dos apodos para ella. El primero es la tigresa. El segundo, Tony Montana en mujer, en alusi¨®n al capo mafioso de El precio del poder. No se dej¨® impresionar por los Ferrari y los relojes dorados que el jugador exhib¨ªa en aquella ¨¦poca. Zlatan ha dicho que le debi¨® de parecer s¨®lo un yugo, un inmigrante ostentoso de los Balcanes. ¡°No me ped¨ªa respeto, simplemente lo impon¨ªa. Me pareci¨® una mujer muy dominante, en lo privado y en lo profesional. Me gustan los caracteres fuertes y la confianza en uno mismo. Por eso me llam¨® la atenci¨®n. Era distinta a las chicas que hab¨ªa conocido antes. Por eso todav¨ªa est¨¢ conmigo despu¨¦s de tantos a?os¡±.?
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