La paradoja de Merkel
En Alemania y en Europa se est¨¢ produciendo un choque entre dos almas: una cosmopolita y humanista, y otra mezquina y ego¨ªsta de corte nacionalista
Hace un a?o Merkel destacaba en la prensa internacional por marcar una gran paradoja: al tiempo que manten¨ªa una l¨ªnea dura en el proceso de negociaci¨®n de la deuda con Grecia, se nos presentaba como el gran adalid en el liderazgo europeo dirigiendo la campa?a por la integraci¨®n de los refugiados.
Tal paradoja se ha proyectado en una singular reacci¨®n de la ciudadan¨ªa; por un lado, el pueblo alem¨¢n aplaudi¨® la posici¨®n adoptada por Merkel con respecto a Grecia. La canciller estaba preservando los intereses de su naci¨®n. En cambio, a d¨ªa de hoy, su popularidad cae dr¨¢sticamente por defender una pol¨ªtica de asilo vinculada desde la demagogia con los recientes ataques terroristas perpetrados en su pa¨ªs. Ahora resulta que Merkel no sabe velar por los intereses nacionales.
Para entender esta respuesta debemos buscar el aut¨¦ntico eje que representa el conflicto social en Alemania, y que puede extenderse a buena parte del contexto europeo. Ese eje de conflicto no lo marca una supuesta lucha entre las ¨¦lites y el pueblo, sino aquel que diferencia entre democracia cosmopolita frente a democracia ¨¦tnica de base nacional. El conflicto social no se define en funci¨®n del eje arriba/abajo, sino el de dentro/fuera y su traslaci¨®n al ¨¢mbito de los principios democr¨¢ticos.
Esto que sucede en el liderazgo de la canciller representa algo m¨¢s amplio. En realidad, la paradoja de Merkel es la paradoja de Europa proyectada a partir de ese choque entre dos almas: una cosmopolita y humanista, y otra mezquina y ego¨ªsta de corte nacionalista. Una se orienta hacia el pluralismo, los derechos humanos y los valores ilustrados de la tradici¨®n europea; es universalista, generosa y mira m¨¢s all¨¢ del inter¨¦s propio de cada cual. La otra se emplaza densa y ubicua hacia el monismo de una sola voz para el pueblo, la unanimidad fraterna al interior de las fronteras, la etnicidad estable, y el igualitarismo identitario.
Mientras Merkel mostr¨® esa doble alma con su posici¨®n respecto a Grecia y su pol¨ªtica de asilo en relaci¨®n con los refugiados, la ciudadan¨ªa claramente ha optado por una de esas almas. Ha evaluado a la canciller en ambas ocasiones conforme a un ¨²nico rasero: el ego¨ªsmo nacional. @MariamMartinezB
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