Un debate urgente
La Ejecutiva del PP deber¨ªa servir para liquidar la tolerancia con la corrupci¨®n
El Partido Popular tiene hoy la oportunidad de abordar el debate del que ha huido en los ¨²ltimos tiempos. Empujado por unos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que han minado la confianza de los espa?oles en la pol¨ªtica, pero sobre todo por las exigencias que le impone la necesidad de buscar acuerdos externos para que su candidato logre la investidura, el comit¨¦ ejecutivo nacional se re¨²ne para debatir las condiciones impuestas por Albert Rivera con el fin de darle su apoyo.
El PP, que obtuvo 137 esca?os en las ¨²ltimas elecciones, ha necesitado una lista de instrucciones de Ciudadanos, un partido nuevo a escala nacional y modesto en resultados, para sentarse al fin a tomar distancias con la corrupci¨®n que ha llevado al propio partido a ser el imputado en el caso de la destrucci¨®n del ordenador de su extesorero, Luis B¨¢rcenas. Algunas de las medidas reclamadas por Rivera, como que se aparte a los imputados o el fin de los aforamientos, ni siquiera se plantean en el resto de Europa por obvias e innecesarias.
Y, sin embargo, ha hecho falta que el PP deje de tener mayor¨ªa absoluta para que Rajoy acepte someter a la c¨²pula de su partido cuestiones que deber¨ªan provocar un cambio de cultura pol¨ªtica y una ruptura definitiva con un estilo confuso y permisivo hacia la corrupci¨®n. En otras palabras, el cambio que no ha puesto en marcha desde dentro un partido excesivamente vertical va a ser impuesto ahora desde fuera.
El comit¨¦ ejecutivo nacional del PP tiene 93 miembros y entre ellos a¨²n se cuentan pol¨ªticos se?alados como Rita Barber¨¢, para la que un juez de Valencia y la fiscal¨ªa del Supremo piden la imputaci¨®n por blanqueo; Ignacio Gonz¨¢lez, expresidente de Madrid, investigado por el ¨¢tico de Estepona, o Luc¨ªa Figar, investigada en la trama P¨²nica. Solo en los ¨²ltimos d¨ªas se ha conocido la baja de Ana Mato, de quien el juez considera que se lucr¨® con la trama G¨¹rtel.
Fuentes no oficiales del partido han asegurado que es improbable que Barber¨¢ o Gonz¨¢lez acudan a la reuni¨®n de hoy, ya que no lo han hecho en las ¨²ltimas convocatorias, pero solo Borja S¨¦mper, l¨ªder del PP en Guip¨²zcoa, se ha atrevido a reclamar p¨²blicamente la marcha de la exalcaldesa de Valencia. Su caso tiene una importancia may¨²scula: no solo porque se trata de una pr¨¢ctica de blanqueo que se organiz¨® supuestamente en el Ayuntamiento en 2015, cuando el PP ya hab¨ªa renegado p¨²blicamente de la corrupci¨®n tras los casos B¨¢rcenas y G¨¹rtel, sino tambi¨¦n porque Rajoy la blind¨® al situarla de nuevo en las listas al Senado cuando la sospecha ya hab¨ªa ca¨ªdo sobre ella.
Este es el estilo que deber¨ªa quedar enterrado para siempre; la credibilidad del PP solo podr¨¢ ser restaurada cuando las voces internas, y no solo los jueces o los rivales pol¨ªticos, corten el ox¨ªgeno a quienes practican o convivan c¨®modamente con la corrupci¨®n. El comit¨¦ ejecutivo tiene hoy la ocasi¨®n de debatir, de aprobar y de exhibir un punto de no retorno en su estilo y en su compromiso con la regeneraci¨®n democr¨¢tica.
Porque lo que est¨¢ en juego no es solo una investidura, sino la adaptaci¨®n de un partido fundamental para Espa?a al cambio de cultura que los votantes han exigido en las urnas el 20-D y el 26-J. Y sin necesidad de repetir elecciones.
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