El poder de las adolescentes
Tal como est¨¢n las cosas actualmente, a las chicas j¨®venes se les niega tener control sobres sus destinos de manera habitual
Cuando uno piensa sobre las mujeres adolescentes, podr¨ªa imaginarse estereotipos comunes, desde la chica mala hasta la estudiante de secundaria hosca encerrada en su dormitorio. La realidad es que las adolescentes no s¨®lo son algunas de las personas m¨¢s marginadas del mundo, sino que tambi¨¦n tienen un potencial pr¨¢cticamente inigualable cuando se trata de ayudar a construir un futuro mejor para todos.
Como est¨¢n las cosas actualmente, a las adolescentes se les niega, de manera sistem¨¢tica, tener control sobres sus destinos. Hoy en d¨ªa, m¨¢s de 32 millones de las adolescentes m¨¢s pobres del mundo no asisten a centros educativos. Cada d¨ªa, 39.000 ni?as menores de 18 a?os se convierten en esposas. Para un gran n¨²mero de ni?as y adolescentes en todo el mundo, los derechos reproductivos son solamente un sue?o imposible de alcanzar.
Esta situaci¨®n es moralmente condenable, socialmente contraproducente y econ¨®micamente est¨²pida. Al abordarla, no s¨®lo podr¨ªamos proteger a millones de ni?os; tambi¨¦n podr¨ªamos afrontar algunos de los mayores retos que enfrenta hoy en d¨ªa el mundo.
Considere el desaf¨ªo planteado por el r¨¢pido crecimiento demogr¨¢fico. Aunque el tama?o de la poblaci¨®n parece estar nivel¨¢ndose en la mayor parte del mundo, contin¨²a aumentando r¨¢pidamente en algunas regiones, particularmente en aquellas donde las ni?as enfrentan las barreras m¨¢s altas. En ?frica, se espera que la poblaci¨®n crezca al doble hasta el a?o 2050 y se cuadruplique en el 2100.
Esta situaci¨®n es moralmente condenable, socialmente contraproducente y econ¨®micamente est¨²pida
Si a las adolescentes se les diera el conocimiento, habilidades y herramientas para evitar los embarazos no deseados y tomar el control de su propio futuro, las tasas de fecundidad se reducir¨ªan sustancialmente. Estas mujeres j¨®venes instruidas y empoderadas podr¨ªan convertirse en agentes para el logro de un cambio positivo dentro de sus comunidades.
Proteger a las ni?as y mujeres j¨®venes del mundo es una tarea dif¨ªcil. Sin embargo, los pa¨ªses se han comprometido, mediante la suscripci¨®n de los ambiciosos Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), a cumplir dicha tarea en el a?o 2030, poniendo fin a los matrimonios infantiles y garantizando que todas las ni?as asistan a la escuela. Pero, si los pa¨ªses quienes lograr la? protecci¨®n y el empoderamiento de las ni?as, deben tambi¨¦n hacer suya la promesa de una iniciativa clave: ampliar el acceso a la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH), virus que es causante de la mayor¨ªa de los casos de c¨¢ncer cervical.
La vacuna contra el VPH, un avance cient¨ªfico relativamente nuevo, es m¨¢s eficaz cuando se la aplica a ni?as de nueve a 13 a?os, quienes a¨²n no han sido expuestas a dicho virus, lo que significa que nunca han tenido relaciones sexuales. Este requisito de edad diferencia a la vacuna contra el VPH de la mayor¨ªa de las otras vacunas infantiles que se administran principalmente a beb¨¦s.
A primera vista, esto puede parecer una desventaja, ya que la vacuna contra el VPH no se puede simplemente incorporar dentro de otras iniciativas de vacunaci¨®n. Sin embargo, en la pr¨¢ctica, el requisito de edad proporciona una importante oportunidad para ofrecer a las adolescentes otros servicios de salud de vital importancia, como lla educaci¨®n reproductiva, higiene menstrual, desparasitaci¨®n, controles nutricionales, inyecciones de vitaminas y revisiones m¨¦dicas generales.
Es alentador que los gobiernos de pa¨ªses en desarrollo soliciten, cada vez con m¨¢s frecuencia, la vacuna contra el VPH. Esto tiene sentido: de las 266.000 mujeres que mueren por c¨¢ncer de cuello uterino cada a?o ¨Cun promedio de una mujer cada dos minutos¨C el 85% se encuentran en pa¨ªses en desarrollo. Si no se controla, se espera que la cantidad aumente a 416.000 hasta el a?o 2035, superando la cifra de mortalidad materna. Para muchos de estos pa¨ªses, la vacuna contra el VPH no es s¨®lo una soluci¨®n eficaz, que evita 1.500 muertes por cada 100.000 mujeres vacunadas; a menudo es la ¨²nica soluci¨®n, ya que los pa¨ªses m¨¢s pobres carecen de la capacidad para ofrecer detecci¨®n o tratamiento del c¨¢ncer de cuello uterino. Esta es una raz¨®n por la que expertos en c¨¢ncer, funcionarios p¨²blicos, l¨ªderes del sector privado y representantes de la sociedad civil se reunieron hace unas semanas en Addis Abeba en la D¨¦cima Conferencia para Detener el C¨¢ncer Cervicouterino, de Mama y de Pr¨®stata en ?frica
Garantizar que todas las ni?as tengan acceso a vacuna contra el VPH podr¨ªa mejorar innumerables vidas
Hay m¨¢s buenas noticias: ya se han sentado las bases de una iniciativa de vacunaci¨®n contra el VPH. En el a?o 2013, mucho antes de que se acordaran los Objetivos de Desarrollo, Gavi (Alianza Mundial para Vacunas e Inmunizaci¨®n), en la cual desempe?o el cargo de presidenta de la junta directiva, tom¨® medidas para hacer que las vacunas contra el VPH est¨¦n disponibles y sean asequibles en los pa¨ªses pobres. Desde entonces, hemos sido testigos de la incorporaci¨®n de la vacuna en 23 pa¨ªses a trav¨¦s de proyectos piloto de demostraci¨®n, y cinco pa¨ªses est¨¢n listos para ser los pr¨®ximos en incorporarla.
Sin embargo, existen retos importantes en el horizonte. Si bien se ha comprobado que las celebraci¨®n de las sesiones de vacunaci¨®n en las escuelas es exitosa, es a su vez un m¨¦todo inadecuado para llegar a un gran n¨²mero de ni?as en pa¨ªses que tienen bajas tasas de asistencia escolar, especialmente en las zonas urbanas. A menos que encontremos una manera de llegar a los grupos m¨¢s vulnerables, ni la voluntad pol¨ªtica o financiaci¨®n ser¨¢n suficientes para alcanzar los Objetivos de Desarrollo en cuanto a la protecci¨®n de las mujeres y ni?as.
Si se considera que s¨®lo dos pa¨ªses apoyados por la Alianza Gavi, ambos con tasas relativamente altas de ni?as inscritas en centros escolares, han introducido hasta ahora la vacuna a nivel nacional, no est¨¢ del todo claro lo dif¨ªcil que ser¨¢ superar este reto. A medida que nos alejamos de los proyectos de demostraci¨®n y nos adentramos en un sistema m¨¢s eficiente y rentable de introducciones en fases y a escalas cada vez mayores, deber¨ªamos tener una idea m¨¢s clara sobre qu¨¦ se puede esperar que ocurra.
Tenemos algunas ideas para llegar a las ni?as que no est¨¢n en la escuela, como llegar a ellas en los centros de salud comunitarios. Tal y como est¨¢n las cosas, las mujeres suelen ir a un centro comunitario de salud cuando est¨¢n embarazadas, o a vacunar a sus beb¨¦s. Pero, si se involucra a l¨ªderes de la comunidad y a padres para crear conciencia sobre la prevenci¨®n del c¨¢ncer cervical y otras preocupaciones de salud, encontraremos que es posible generar demanda y lograr buenos niveles de participaci¨®n en estos centros.
Garantizar que todas las ni?as tengan acceso a vacuna contra el VPH podr¨ªa mejorar innumerables vidas, no s¨®lo por reducir las tasas de c¨¢ncer de cuello uterino, sino porque permite la provisi¨®n de numerosos otros servicios de importancia cr¨ªtica. Es una oportunidad que debe estar en la mente de todos, expertos en c¨¢ncer, funcionarios gubernamentales, y representantes del sector privado y de la sociedad civil. Y es un mandato a cumplir para los 193 gobiernos que han suscrito los Objetivos de Desarrollo Sostenible. No debemos defraudar a nuestras ni?as.
Ngozi Okonjo-Iweala, ex ministra de finanzas de Nigeria y ex directora gerente del Banco Mundial, es la presidenta de la junta directiva de Gavi, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunizaci¨®n.
Copyright: Project Syndicate, 2016.?
Traducci¨®n de Roc¨ªo L. Barrientos
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