Si el m¨®vil no es peligroso, ?por qu¨¦ la OMS lo define como 'posiblemente cancer¨ªgeno'?
Pertenece al grupo 2B: sin evidencia de que provoque c¨¢ncer. ?Le resulta confuso? Entienda en qu¨¦ consiste cada categor¨ªa
El tabaco, trabajar en una gasolinera, la exposici¨®n al sol, el alcohol, el caf¨¦, las carnes procesadas, las bebidas muy calientes, la profesi¨®n de pintor, el incienso, los alimentos fritos, los precocinados, el amianto, los turnos laborales nocturnos, el mate, los desodorantes, el pescado, la sacarina, los tintes para el pelo y, por supuesto, los m¨®viles.
Casi a diario, aparecen en los medios de comunicaci¨®n, art¨ªculos o reportajes alertando de que un determinado producto, sustancia o actividad puede producir c¨¢ncer y, sin embargo, la inmensa mayor¨ªa de estas noticias parten de un error de base: no entienden, o directamente confunden, en qu¨¦ consiste la clasificaci¨®n de agentes cancer¨ªgenos realizada por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS).
La Agencia Internacional para la Investigaci¨®n del C¨¢ncer (IARC, por sus siglas en ingl¨¦s) es el organismo designado por la OMS para recopilar y analizar todos los estudios cient¨ªficos relacionados con esta enfermedad y elaborar as¨ª un listado con los factores que pudieran ser agentes cancer¨ªgenos o que, por el contrario, se pueden descartar. En estos momentos, existen m¨¢s de 1.000 agentes y sustancias dentro de ese listado de la IARC, clasificados en cinco categor¨ªas: Grupo 1, Grupo 2 A, Grupo 2 B, Grupo 3 y Grupo 4.
Es aqu¨ª de donde viene la mayor parte de las alarmas innecesarias y noticias rimbombantes: esta lista y sus grupos no miden la peligrosidad de una sustancia, sino la cantidad de evidencias cient¨ªficas que tenemos de que puedan tener relaci¨®n directa con causas de c¨¢ncer. Es un matiz muy importante.
Cada elemento de estos 1016 se asigna a un grupo de expertos e investigadores en la IARC que recopila, analiza y repasa todos los estudios cient¨ªficos realizados sobre el tema y decide, por consenso, en qu¨¦ categor¨ªa o grupo se incluir¨¢. Pero hay que destacar que esta clasificaci¨®n no indica su peligrosidad, ni la cantidad de exposici¨®n, ni la dosis diaria que habr¨ªa que ingerir, ni siquiera el riesgo o probabilidad de da?o a los seres humanos¡ En realidad, estos grupos tan solo indican si poseemos suficientes estudios, o no, que relacionen una sustancia o actividad con alguna causa de c¨¢ncer.
La luz procedente del sol, las salchichas y el tabaco se encuentran en el Grupo 1, porque tenemos suficientes pruebas de que dicha relaci¨®n, pero como es evidente, el hecho de que estas sustancias se encuentren en el mismo grupo no significa que sea igual comerse un perrito caliente que fumar dos paquetes de tabaco. Esta clasificaci¨®n no indica el da?o, ni la cantidad perjudicial, ni el riesgo de exposici¨®n.
Conforme vamos descendiendo en la divisi¨®n iremos encontrando grupos en los que cada vez poseemos menos pruebas cient¨ªficas de su relaci¨®n con la aparici¨®n de tumores o cuyas evidencias son menos s¨®lidas. El Grupo 2A engloba sustancias y agentes sobre los que tenemos poca evidencia de su relaci¨®n con el c¨¢ncer en humanos, aunque existen estudios m¨¢s consolidados en estudios realizados con animales.
Bajando un escal¨®n m¨¢s, encontraremos el Grupo 2B, en el que est¨¢n incluidas sustancias, productos o actividades cuyo nexo no est¨¢ probado en animales y las evidencias en humanos son limitadas.
El listado de la IARC no mide la peligrosidad de una sustancia, sino la cantidad de evidencias cient¨ªficas que tenemos de que puedan tener relaci¨®n directa con causas de c¨¢ncer
M¨¢s abajo localizamos el Grupo 3: No clasificable, donde se encuentra el mayor n¨²mero de sustancias, que no cuentan con suficientes estudios cient¨ªficos ni en animales ni en humanos.
Y para finalizar, el Grupo 4, en el que los estudios y experimentos cient¨ªficos que poseemos indican que esas sustancias no tienen relaci¨®n directa con causas de c¨¢ncer. Curiosamente, en esta categor¨ªa tan solo hay una sustancia: la caprolactama, una mol¨¦cula utilizada para sintetizar nylon.
?En qu¨¦ grupo se encuentran los m¨®viles y de cu¨¢nta informaci¨®n fiable disponemos?
La telefon¨ªa m¨®vil se encuadra en el grupo 2 B, o "posiblemente cancer¨ªgeno", seg¨²n la IARC. Recordamos que ese posiblemente significa que su relaci¨®n con alguna causa de c¨¢ncer, si existiera, est¨¢ basada en evidencias muy limitadas provenientes de investigaci¨®n en seres humanos y, adem¨¢s, no se han encontrado pruebas s¨®lidas en estudios con animales.
La gran mayor¨ªa de los estudios realizados en personas para probar una relaci¨®n directa entre el uso del tel¨¦fono m¨®vil con alg¨²n efecto cancer¨ªgeno han resultado negativos o, como m¨¢ximo, han sido poco concluyentes. A fecha de hoy, las numerosas investigaciones siguen sin encontrar pruebas de peso que se?alen un v¨ªnculo directo ni con los campos electromagn¨¦ticos de radiofrecuencia ni con los terminales m¨®viles.
Los grupos de trabajo de este organismo se re¨²nen peri¨®dicamente y analizan las nuevas investigaciones sobre las diferentes sustancias para clasificarlas. Sus conclusiones se publican agrupadas en vol¨²menes y en las ¨²ltimas reuniones se han abordado temas como las carnes rojas, determinados componentes qu¨ªmicos en insecticidas y herbicidas, fibras y nanomateriales, caf¨¦, mate y bebidas calientes. Y respecto a las investigaciones con las que contamos hasta el momento, ninguno de los macroestudios o metaan¨¢lisis ha encontrado pruebas directas de efectos cancer¨ªgenos derivados directamente del uso de tel¨¦fonos m¨®viles.
El m¨®vil se encuadra en el grupo 2 B: su relaci¨®n con alguna causa de c¨¢ncer, si existiera, est¨¢ basada en evidencias muy limitadas
Uno de los m¨¢s extensos es el macroestudio realizado en Dinamarca que tom¨® como sujetos de estudio a m¨¢s de 358.000 usuarios de tel¨¦fonos m¨®viles y cruzaron los datos con el Registro Dan¨¦s de C¨¢ncer para averiguar si exist¨ªa una incidencia en el n¨²mero de tumores detectados. Los resultados no encontraron ninguna relaci¨®n entre el uso de m¨®viles y aparici¨®n de gliomas, meingiomas o neuromas, ni siquiera en personas que hab¨ªan sido usuarios de tel¨¦fonos m¨®viles durante m¨¢s de 13 a?os.
Por supuesto, una de las m¨¢s importantes labores de la OMS es preservar y asegurar tanto la salud como la seguridad de las personas, por lo que se contin¨²an realizando investigaciones cient¨ªficas. Mientras tanto, es conveniente recordar que hoy por hoy la principal preocupaci¨®n en seguridad relativa a los m¨®viles es su mal uso cuando se est¨¢ frente al volante.
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