La piscina como construcci¨®n intelectual
El¨ªas Canetti escribi¨® que el mejor espacio p¨²blico es la playa por su capacidad de vaciarse y llenarse constante y ordenadamente. Algo de esa idea de mirar c¨®mo si fuera distinto lo que tenemos delante de nuestros ojos hay en el pabell¨®n australiano de esta decimoquinta edici¨®n de la Bienal de Arquitectura de Venecia.
Lejos de construir con pocos medios, la audacia que solicitaba Aravena a sus comisarios -el estudio Aileen Sage Architects y Michelle Tabet- ha derivado en una definici¨®n sui generis de ¡°lo necesario¡± para concluir que la sorpresa de un lugar donde refrescarse en medio de tantas ideas, tantos dise?os, tantos pabellones y tantos arquitectos es un espacio necesario y tan f¨ªsico como mental.
Con todo, la piscina encerrada en el pabell¨®n australiano es, adem¨¢s de sorprendente y refrescante, simb¨®lica. Y no s¨®lo porque es poco profunda. Los comisarios aseguran que en su pa¨ªs, las piscinas han sido y son escenario de la memoria, de festividades e incluso de orgullos patrios ¨Crecordemos a Ian Thorpe-. Sin embargo, tambi¨¦n son escenarios de la inclusi¨®n y la segregaci¨®n social. Y racial. Por eso los comisarios entienden que, como suced¨ªa en las antiguas termas romanas, las piscinas son el lugar perfecto para observar la vida y para debatir la realidad.
La importancia cultural de las piscinas en Australia es analizada en este pabell¨®n que, m¨¢s all¨¢ de refrescar los pies de los visitantes o de distraer a los ni?os con agua y sombra, indaga en la piscina como v¨ªa de conocimiento. Y define su espacio como no racional. Un lugar costoso de mantener en el que el mercado todav¨ªa no ha puesto sus normas aniquiladoras. Una serie de ganadores ol¨ªmpicos ¨Ccon, c¨®mo no, Ian Thorpe a la cabeza-, m¨²sicos y dise?adores debatir¨¢n junto a esta piscina sobre el significado que en sus vidas han tenido las piletas.
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