El taxista cin¨¦filo
Emilio baj¨® a la calle y vio el taxi que le esperaba con el motor al ralent¨ª. Siempre le hab¨ªa gustado esa palabra y el cosquilleo que sent¨ªa al pronunciarla: Ralent¨ª.
PALABRAS FAVORITAS DE EMILIO:
Cotiled¨®n.
Ralent¨ª.
Chasco.
Ojete.
Ese coche blanco con franja roja le iba a llevar al primer d¨ªa de rodaje de la pel¨ªcula. ?Bueno! De su primera pel¨ªcula donde ¨¦l, adem¨¢s, era uno de los protagonistas.
En su mente se dibuj¨® una planta creciendo a c¨¢mara r¨¢pida, mostrando sus primeros brotes. ?Cotiled¨®n!
Al abrir la puerta del taxi algo le golpe¨® fuerte en toda la cara, un tufo impresionante. Una mezcla de sudor, pedos y tapicer¨ªa. Emilio no pudo evitar echar la cabeza para atr¨¢s y soltar en voz alta: "?Muy rico!". Pero mientras se arrellanaba en el asiento, ese hedor, que le abrazaba con cari?o, le trasport¨® a las excursiones en autocar del colegio, trayendo a su memoria un batiburrillo de recuerdos. Rememor¨® cuando una vez en la explanada del Alc¨¢zar de Toledo a su amigo Isra se le ocurri¨® tirar una piedra para arriba al grito de "a quien le d¨¦ le ha dao " y le cay¨® a ¨¦l mismo. Cerr¨® la puerta y vio su sonrisa reflejada en el cristal de la ventanilla, momento que aprovech¨® para regalarse un mensaje a sotto voce: ERES EL PUTO AMO.
¡ª?Pongo el aire acondicionado? ¡ªpregunt¨® el taxista, un hombre gordo, calvo, con papada y tetas¡ª. Lo digo porque hay gente que prefiere el aire de la calle.
"Rata", pens¨® Emilio. "Lo que pasa es que no quieres gastar".
¡ªNo, no, ponga el aire.
El taxista apret¨® con su dedito rechoncho un bot¨®n donde pon¨ªa AC.
¡ªM¨¢s fuerte, m¨¢s fuerte que aqu¨ª atr¨¢s no se nota.
El dedito rechoncho insisti¨® en otra tecla y un aire fr¨ªgido empez¨® a pegarle una paliza a la pestilencia reinante. Emilio volvi¨® a sonre¨ªr: C?MICO FAMOSO 1, TAXISTA RATA 0.
Lo primero que llam¨® su atenci¨®n fue la cantidad de banderas de Espa?a qe lo adornaban
Una vez c¨®modamente instalado, empez¨® a fijarse con detenimiento en el interior del taxi. Lo primero que llam¨® su atenci¨®n fue la cantidad de banderas de Espa?a que lo adornaban: una colgaba del espejo retrovisor, otra mas peque?a pegada en la guantera, otra en el ribete de la funda del volante.
¡ªPerdone... Usted es famoso, usted sale en la tele ?no? ¡ªdijo el taxista, mientras dirig¨ªa a Emilio miradas fugaces¡ª.
¡ªSi, soy c¨®mico.
¡ª?Usted sale en El Club de la Comedia? ?Claro! ¡ªel taxista cabeceaba, felicit¨¢ndose por haberle reconocido¡ª. Nada m¨¢s entrar usted al taxi, me he dicho "a este muchacho lo conozco yo".
Emilio resopl¨®.
¡ªPues que sepa que me parto el ojete con usted...
?Ojete! Le sorprendi¨® que esa palabra saliera de la boca del taxista.
¡ªLo de ?por qu¨¦ cuando dices "quieres un chicle" la gente te responde "?que si quiero o que si tengo?". ?Es pa morirse!
Ri¨® a mand¨ªbula batiente y algo brill¨® en su dentadura.
¡ªBueno, eso es muy viejo ¡ªdijo Emilio afe¨¢ndole el cumplido¡ª.
¡ªS¨ª, pero como los repiten tanto... Me alegro de conocerle y que sea usted igual que en la tele, porque a veces con los famosos se lleva uno cada chasco... Y d¨®nde va ahora, ?a grabar un programa?
¡ªNo, estoy en una pel¨ªcula.
¡ªHaciendo qu¨¦, ?alg¨²n secundario gracioso?
¡ªNo, soy uno de los protagonistas.
Emilio pronunci¨® esa frase a modo de sentencia, esperando que la conversaci¨®n terminara ah¨ª. Y hubo un silencio, s¨ª, justo para que se escuchara el estribillo de La gozadera en la radio, pero al momento el taxista volvi¨® a la carga.
¡ªA m¨ª me encanta el cine.
A Emilio le pareci¨® que se abr¨ªa ah¨ª un mel¨®n interesante: el taxista cin¨¦filo. Se relam¨ªa pensando en la sarta de t¨®picos que, a bien seguro, iban a trufar la conversaci¨®n y esto le anim¨®.
¡ªAh, ?s¨ª? ?Y qu¨¦ pel¨ªculas le gustan? ?Las de risa?
¡ªS¨ª, claro, me gustan mucho las comedias. Le voy a recomendar una que he visto hace poco.
"A ver con qu¨¦ mierda me sorprende", pens¨®.
¡ªUna pel¨ªcula japonesa del 2001 que se llama La felicidad de los Katakuri. Es de un director muy interesante, Takashi Miike... Es una locura... Una mezcla de g¨¦neros: comedia, musical, terror... no le va a dejar indiferente. ?Ya hemos llegado!
C?MICO CABRONCETE 0, TAXISTA CIN?FILO 8.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.