Los humanos han alterado ya el 75% de la superficie terrestre
El nuevo mapa de la huella humana muestra que se puede crecer reduciendo el impacto
Descontando los oc¨¦anos y los polos, tres cuartas partes del planeta se han visto alteradas por acciones humanas. Adem¨¢s, solo el 3% de las regiones con mayor biodiversidad siguen relativamente inalteradas, seg¨²n un nuevo mapa del impacto humano sobre la naturaleza. Sin embargo, el estudio tambi¨¦n muestra que la huella humana sobre los diferentes ecosistemas se est¨¢ ralentizando e incluso, en los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y con menos corrupci¨®n, borr¨¢ndose.
A comienzos de siglo, zo¨®logos de la Sociedad para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (WCS, por sus siglas en ingl¨¦s) crearon el primer mapa de la huella humana sobre el planeta. Pretend¨ªan medir el impacto de las acciones humanas sobre la naturaleza con una serie de variables como el avance de las ciudades, la conversi¨®n de bosques y selvas en tierras de cultivo o pastizales, la expansi¨®n de las infraestructuras, como carreteras y ferrocarriles, la apertura de rutas navegables, la contaminaci¨®n lum¨ªnica o la densidad de poblaci¨®n.
Una revisi¨®n de aquel mapa muestra que las cosas han ido a peor. Seg¨²n publican en la revista Nature Communications, en 1993 (punto de partida del primer mapa) casi un tercio de la superficie terrestre excluida la Ant¨¢rtida, apenas hab¨ªa sufrido la incursi¨®n humana. Sin embargo, en 2009 (¨²ltimo a?o para el que hay datos oficiales para todas las variables), estos territorios v¨ªrgenes hab¨ªan menguado en 23 millones de Km2.
Solo el 3% de las regiones con mayor biodiversidad est¨¢n relativamente libres de impacto humano
Los ecosistemas m¨¢s alterados por la acci¨®n humana en estos 20 a?os han sido los bosques de frondosas (¨¢rboles de hoja ancha) de Europa Occidental, el este de EE UU y de China. Tambi¨¦n han sufrido la intervenci¨®n humana las regiones de sabana y arbustos de India y Brasil y las selvas h¨²medas del sudeste asi¨¢tico. En el extremo contrario, los desiertos del Sahara, Gobi y Australia, junto a las regiones de tundra y las zonas m¨¢s escondidas de las selvas h¨²medas del Amazonas y el Congo han escapado por ahora de los humanos.
El nuevo mapa de la huella humana muestra tambi¨¦n c¨®mo se est¨¢ reduciendo la biodiversidad del planeta. El 97% de las regiones con mayor riqueza natural, medida en n¨²mero de especies vegetales end¨¦micas (al menos 1.500) y de vertebrados (m¨¢s de 500 especies) se han visto alteradas por alguna de las variables humanas.
"La huella ha aumentado en muchos lugares y cada vez queda menos ¨¢rea libre de impactos humanos", reconoce la investigadora de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana/CSIC y coautora del estudio Ainhoa Magrach. Entre los principales vectores del avance de la huella humana "est¨¢ la agricultura", recuerda Magrach. Y no solo porque suponga la conversi¨®n de tierras naturales en cultivos o pastos. Con la agricultura se acent¨²an otras variables como el aumento de la poblaci¨®n, la urbanizaci¨®n o las nuevas infraestructuras.
Sin embargo, a¨²n hay esperanza. "Hemos encontrado pa¨ªses que han reducido su huella respecto a 1993", dice la investigadora espa?ola. En concreto, en aquellos pa¨ªses con mayor crecimiento econ¨®mico, un mejor ¨ªndice de desarrollo humano y menores ¨ªndices de corrupci¨®n "la huella est¨¢ decreciendo", dice. De hecho, dos indicadores clave para la profundidad de la huella, como son el crecimiento econ¨®mico y la poblaci¨®n mundiales, han crecido un 153% el primero y un 23% el segundo. Mucho m¨¢s que el impacto humano, cifrado en un 9%.
Una posible explicaci¨®n de esta mejor¨ªa relativa podr¨ªa deberse a la exportaci¨®n de la huella: los pa¨ªses ricos impactan los ecosistemas de los menos desarrollados a trav¨¦s de comercio de materias primas. Sin embargo, los investigadores analizaron los datos del comercio mundial de productos b¨¢sicos como la carne o los cereales y recursos naturales como la madera y no encontraron un trasvase de huella.
"Comprobar que nuestros impactos han aumentado a un ritmo menor que el crecimiento econ¨®mico y el de la poblaci¨®n es esperanzador", dice en una nota el investigador de la Universidad del Norte de la Columbia Brit¨¢nica y principal autor del estudio Oscar Venter. "Esto significa que estamos siendo m¨¢s eficientes a la hora de usar los recursos naturales", a?ade.
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