El regreso de Russian Red no es como imaginabas
Hace tres a?os se fug¨® a Los ?ngeles dejando una estela de rumores. Hoy, la cantante, reci¨¦n casada, vive de organizar eventos en una antigua iglesia y prueba como actriz. Pero antes, salda cuentas con el pasado preparando un disco de versiones
Lourdes Hern¨¢ndez trasiega de un lado a otro. Estamos en Ruby Street, una antigua iglesia de madera en Los ?ngeles que la cantante ha convertido en su hogar. Est¨¢ preparando la sala principal, de casi mil metros cuadrados, para una sesi¨®n de cine con proyector. Junto con su marido, el m¨²sico y empresario inmobiliario Zack Leigh, ha convocado a amigos y espont¨¢neos a ver Pauline en la playa al caer la tarde. Es tan solo uno de los muchos eventos que organiza en este espacio, situado en Highland Park, el barrio que m¨¢s r¨¢pido se ha gentrificado en la ciudad en los ¨²ltimos a?os.
La pareja se divide bien la tarea: ¨¦l lleva los contratos y ella, el marketing. "Adem¨¢s de celebrar bodas lo alquilamos para expos, talleres gastron¨®micos, ferias de artistas¡ Encontrar este espacio ha sido una bendici¨®n, porque te da para vivir y te permite entrar en un flow de decidir qu¨¦ otras cosas quieres hacer y qu¨¦ no", explica mientras Chula, una perrina callejera, la sigue a todas partes.La recogi¨® embarazada de cinco cachorros en una gasolinera de Albacete hace cuatro a?os, cuando estaba de tr¨¢nsito entre Madrid y EE UU, y hoy Chula roba todo el protagonismo. Todos la llaman. Y Lourdes es "Lourdes", a secas. Aqu¨ª ha conseguido serlo, desvincularse de Russian Red, el personaje, tal y como lo ve¨ªamos en Espa?a: la cantante indie con estrella capaz de saltar al mainstream conservando ese aura que la hac¨ªa diferente.
AQU?, LA VIDA DE RUSSIAN RED EN IM?GENES:
Podemos recurrir a los t¨®picos m¨¢s evidentes para explicar en qu¨¦ consist¨ªa esa diferencia: los inconfundibles gorgoritos, su belleza magn¨¦tica, ese candor bajo el que bull¨ªa un car¨¢cter no siempre f¨¢cil. Mencionar a Russian Red desata tantas adhesiones como prejuicios. Fue pasto de cotilleos, de cr¨ªticas y comentarios. Cada uno de sus pasos era escudri?ado m¨¢s que los de muchos otros artistas. Tuvo desencuentros con la industria y con la prensa. Mantenerse fiel a s¨ª misma le ha dado la raz¨®n con los a?os (en breve cumplir¨¢ 31). Pero en su marcha de Espa?a qued¨® una estela de huida.
?Dej¨¦ de cantar porque no me sent¨ªa conectada con la m¨²sica?
"Puede que desde fuera se vea as¨ª, pero fue mucho m¨¢s simple: como cuando a una persona le apetece cambiar de aires y se va a otro pa¨ªs. Cuando tienes un perfil p¨²blico es inevitable que se hable de ti. Yo act¨²o con total libertad y vivo mi vida. Si dicen que me voy o por qu¨¦ me voy¡ Me hace gracia y lo entiendo; aunque me da un poco igual, y m¨¢s ahora, que me siento bastante desconectada. A m¨ª tambi¨¦n me encanta elucubrar sobre las vidas de otras personas, pero luego todo es mucho m¨¢s de andar por casa. Todos pasamos por crisis, y cada uno las vive como puede".
La suya lleg¨® mientras presentaba por EE UU su tercer disco, Agent Cooper, el que la llev¨® a grabar en Los ?ngeles con Joe Chiccarelli (productor del ¨²ltimo Morrissey). De improviso, cancel¨® la gira. Tambi¨¦n la europea. Una vez m¨¢s, rumores. ?P¨¢nico esc¨¦nico? "Sencillamente no me sent¨ªa conectada con la m¨²sica. Se me da mal estar sobre un escenario cuando no quiero estar ah¨ª. De repente me sent¨ª s¨²per coartada cantando un repertorio. Sab¨ªa que quer¨ªa ir m¨¢s lejos. Pero tampoco ten¨ªa claro c¨®mo. Y tuve que parar. Recuerdo, cuando empec¨¦ a cantar, que la gente se enganchaba a algo que yo ya no le estaba dando. Cuando lo not¨¦, pens¨¦ que era un enga?o. A eso se uni¨® que hab¨ªa encontrado a una persona con la que quer¨ªa estar, a Zack; ten¨ªa una vida aqu¨ª, en Los ?ngeles, que quer¨ªa alimentar. Y pensaba: '?Por qu¨¦ tengo que acabar un tour cuando lo que quiero es hacer otra cosa?".
?Siempre va a haber gente a la que no le guste lo que haga, es algo que tengo asumido?
En ese preciso instante, Russian Red, tal y como buena parte del mundo la conoc¨ªa, desapareci¨®. Y comenz¨® la reinvenci¨®n. "Me volv¨ª un poco loca. Porque estaba peleada con la m¨²sica, pero al mismo tiempo ten¨ªa muchas ganas de hacer cosas. Me puse a coser. Mi abuela era modista y de peque?a la observaba mucho. Me compr¨¦ una m¨¢quina de coser y me fui a Nueva York a hacer pr¨¢cticas dos meses con la dise?adora mallorquina Datura. Tambi¨¦n me dio por pintar cada ma?ana. Sent¨ª cierto alivio probando cosas. Fue ah¨ª donde not¨¦ que quer¨ªa hacer algo como actriz".
Antes de que acabe el a?o la veremos debutar en el corto El beso, de David Priego. "David es coach de actores y me ha dado las herramientas para soltarme. Empezar a actuar me convirti¨® en mejor persona. Sobre todo por no juzgar a tu personaje". Prefiere no adelantar planes sobre esa carrera. "Hombre, no me veo haciendo El secreto de Puente Viejo". Ser¨¢s consciente, le digo, de que oir¨¢s cr¨ªticas por meterte a actriz¡ "Siempre va a haber pe?a a la que no le guste lo que haga, lo tengo asumido. Es normal. A m¨ª hay muchas cosas de otros que no me gustan. Pero la gente va menos a machete con los actores que con los autores", y sonr¨ªe.
Hemos quedado con Lourdes para escuchar un adelanto de su regreso musical. Iba a ser un mini-LP con versiones que pensaba publicar de forma digital e independiente este septiembre. Pero ha entrado en conversaciones con Sony, que le reclama un disco completo para principios de 2017. Bajamos al s¨®tano de la iglesia, una enorme planta di¨¢fana, su casa. Hay guitarras por los rincones, un vestidor, sof¨¢s tapizados por ella misma.
?Ponerme a prueba como actriz me ha hecho mejor persona?
Le da al play y suena un piano adormilado y la voz sedosa de Lourdes: 'You were working as a waitress in a cocktail bar/ when I met you¡'. Su espectral versi¨®n de Don¡¯t you want me, de The Human League. Me r¨ªo con ella. M¨¢s que una versi¨®n, es una relectura de cuando se puso a servir mesas en el Stella, un caf¨¦ del hipster¨ªsimo barrio de Silverlake, donde atendi¨® a los Red Hot Chili Peppers, a Thom Yorke, a Chlo? Sevigny... "Tras grabar Agent Cooper conoc¨ªa a muy poca gente aqu¨ª. Y me puse a trabajar ah¨ª para subsanar eso. Fueron tres meses superbonitos". Hoy suena a excentricidad de artista en busca de s¨ª misma. Sin embargo, recuerda, "yo me saqu¨¦ la carrera de traducci¨®n levant¨¢ndome a las seis de la ma?ana para ir a currar al Faborit que hab¨ªa al lado del metro Sevilla. Y curr¨¦ en los cines Proyecciones, en el H?agen-Dazs, en Planet Hollywood¡ Hasta en ese bar llamado Locos X el F¨²tbol. Yo he tenido un recorrido¡ ?jajaja!".
Ahondemos en los or¨ªgenes de Russian Red. "Crec¨ª en la calle Padilla, en el [madrile?o] barrio de Salamanca. Mis abuelos viv¨ªan en Vallecas y los otros, en Fuencarral. O sea, que acabara en el barrio de Salamanca fue por aires de grandeza de mi madre", se r¨ªe. "Nunca pudimos vivir al nivel de los vecinos". Sus padres, ambos empleados de banca, se separaron seg¨²n naci¨® ella. Estuvo hasta los 15 en un cole de monjas; de ah¨ª salt¨® al Pilar. No recuerda qu¨¦ quer¨ªa ser de mayor. "Nunca quise ser artista".
No ten¨ªa p¨®sters de ¨ªdolos. La primera canci¨®n que recuerda tener ganas de cantar es It¡¯s my party, de Lesley Gore. Con 12, encontr¨® una guitarra de un t¨ªo suyo abandonada en casa de su abuela. Una amiga le ense?¨® unos acordes, canciones de misa. Estaba en el coro, pero asegura que "nunca sobresal¨ª en ning¨²n aspecto". Una noche se sum¨® a una velada de micr¨®fono abierto en un bar de La Latina que organizaba un chico a trav¨¦s de MySpace. "Me tom¨¦ la m¨²sica en serio porque me enamor¨¦ locamente de Brian [Hunt, productor de su primer disco, I love your glasses]. ?l ten¨ªa tres grupos y dije 'este chico se tiene que fijar en m¨ª'. Y todo lo que hice, subir mis canciones a MySpace o hacer conciertos, fue para llamar su atenci¨®n".
?El disco de versiones no va a ser el final de mi carrera, pero cierra un ciclo?
Y salta de los or¨ªgenes de su idilio con la m¨²sica al desencuentro: "El amor siempre fue mi m¨¢xima motivaci¨®n. Por eso me desconect¨¦ de la m¨²sica. Cuando me enamor¨¦ de Zack desapareci¨® toda esa cosa como de coraz¨®n roto. Y me puse a cantar canciones de otros". Las est¨¢ trabajando con tres productores: el propio Brian Hunt, Aaron Leigh (hermano de su marido, con quien comparte el grupo Babes) y David Greenbaum, el ingeniero de Beck. Escucharemos It¡¯s a heartache (Bonnie Tyler), I wanna know what love is (Foreigner), Shout (The Isley Brothers) o Take my breath away (Berlin): "Con la m¨²sica he tocado pared. Cuando empec¨¦ yo quer¨ªa tocar canciones de otros. Contar mis historias no me parec¨ªa importante. Por eso este disco de versiones para m¨ª cierra un ciclo. Conectan con un momento especial: cuando aterric¨¦ en Los ?ngeles. Como no ten¨ªa muchos amigos, sal¨ªa a cantar a karaokes. He tomado perspectiva y, bueno, yo hago mis canciones, pero otros las hacen much¨ªsimo mejores y siento que no tengo que perder el tiempo volcando m¨¢s informaci¨®n al mundo". Algunas de esas canciones las escucharemos en directo este oto?o en las fiestas-concierto que est¨¢ cerrando con amigos artistas en Madrid y Barcelona.
?La cienciolog¨ªa no me dio miedo porque no me enganch¨® demasiado?
Vista desde fuera, la vida de Lourdes Hern¨¢ndez suena un poco a cuento de hadas. Este verano, sin ir m¨¢s lejos, ha hecho una luna de miel en Kauai (Hawai), donde ha buceado entre tortugas y tiburones, montado a caballo en la playa y compartido h¨¢bitat con las focas. Y ha celebrado una fiesta de boda en Ruby Street. Sin embargo, ha pasado muchas turbulencias por el camino. Sus conflictos con el sello Eureka, que la fich¨® para su debut, desembocaron en la firma de una carta de libertad pagada por Sony que le permiti¨® grabar un disco junto a Belle & Sebastian (Fuerteventura) y un tercero en Los ?ngeles. Pero tuvo que pagar el precio por el camino. "Yo los primeros royalties por ventas de discos los he percibido el verano pasado. No es una queja, ?eh? Las cuentas con Sony siempre han estado claras, pero hicieron una inversi¨®n grande que ha llevado su tiempo recuperar". Parad¨®jicamente, lo que m¨¢s le daba de comer, los conciertos, fue lo que dej¨® de hacer. "No me angusti¨®, en absoluto. Nunca me ha dado miedo el cambio; de hecho me encanta. Me pone mogoll¨®n el cambio".
No puedo evitar preguntarle por la Cienciolog¨ªa, con la que entr¨® en contacto a trav¨¦s de la familia de su marido y de amigos. "Para m¨ª era un mundo totalmente desconocido. Pero de repente llegas a Los ?ngeles y te encuentras con un mont¨®n de cienci¨®logos. Todo el mundo tiene su opini¨®n creada sobre la cienciolog¨ªa, pero yo quer¨ªa saber bien qu¨¦ cojones era eso. Me compr¨¦ un par de vol¨²menes peque?os de Dian¨¦tica y, b¨¢sicamente, vi que eran libros de autoayuda. Aunque luego eso se haya llevado al extremo, como cuando algo funciona, que siempre hay quien se aprovecha para sacar dinero". ?Y no le tiran para atr¨¢s las cosas horribles que cuentan quienes se han salido de esa religi¨®n? "Yo no dir¨ªa que es una religi¨®n, sino m¨¢s bien un acercamiento a la vida, una especie de ciencia filos¨®fica. S¨¦ que cuando llegas al ¨²ltimo nivel te dicen que hay extraterrestres y cosas as¨ª, pero yo tan lejos no he llegado [risas]. No me dio miedo porque no me enganch¨® demasiado. Pero entiendo que aqu¨ª hay mucha gente que ha crecido con eso. Es como nacer en una familia cat¨®lica y dejar de ir a misa de mayor. Aunque, como cualquier otra religi¨®n o secta, si te enganchas es porque la necesitas como herramienta para estar bien. No es mi caso. Pero s¨ª creo en buscar un equilibrio; es de las cosas m¨¢s dif¨ªciles. Pero luego, cuando estoy equilibrada, pienso: 'Joder, est¨¢ todo demasiado en orden". ?Y en qu¨¦ punto est¨¢ ahora? "Pues¡ ?superequilibrada!", y se parte.
Me intereso por sus objetivos de futuro. Acaba de cofirmar un par de temas junto a Lucas Vidal para Proyecto L¨¢zaro, de Mateo Gil. Y ha recibido un par de guiones para actuar en pelis espa?olas. Entonces, ?por qu¨¦ no ir hacia Hollywood? "No me he movido mucho porque no veo clara la entrada. Siempre me muevo de una manera mucho m¨¢s org¨¢nica: intento no marcarme objetivos muy concretos, pero s¨ª poner la energ¨ªa en la direcci¨®n adecuada para que las cosas sucedan. Por ejemplo: si te digo que uno de mis objetivos aqu¨ª es colaborar en pel¨ªculas indies, el simple hecho de alimentarlo en mi cabeza, y estar alerta cuando conozco a alguien que pueda llevarme por ese camino, es suficiente para que acabe sucediendo. Me pasa siempre. Pero cuando intento ir detr¨¢s de las cosas de manera m¨¢s directa, huyen de m¨ª. No s¨¦ si me he explico o te estoy largando un rollo", se r¨ªe. Perfectamente claro.
Ya solo nos queda saber qu¨¦ pide al futuro. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa ver en una bola de cristal? Se r¨ªe a carcajadas. "A ver, yo soy de las que si le leen el futuro se lo cree todo. No me interesan las creencias alimentamiedos, pero s¨ª pienso que creer un poquito en todo est¨¢ muy bien, porque te vas metiendo en la mochila lo que te ha funcionado. Te va a sonar raro pero, ?sabes a qu¨¦ tengo miedo? A que cuando tenga hijos no me gusten como personas. Lo que me gustar¨ªa ver en la bola es que tenemos buena conexi¨®n, una relaci¨®n incre¨ªble. No me atrevo a pedir m¨¢s". No es poco.
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