El d¨²o que est¨¢ detr¨¢s de la banda sonora de 'Stranger Things'

La f¨®rmula es clara, precisa e inapelable. Un t¨²rmix posmoderno de cine, cultura pop, pulp, c¨®mic, juegos de rol y literatura de Stephen King, ergo, la cultura popular que marc¨® a la Generaci¨®n X... y posteriores. Un compuesto de sci-fi, terror, misterio, aventuras, coming of age, romance. Una bater¨ªa de referencias en las que se cuentan los Goonies, Cuenta conmigo, Encuentros en la tercera fase, La cosa, Alien, E.T., Starman, Poltergeist, Cuentos asombrosos, y un largo etc¨¦tera, espolvoreadas por un amor retro-nost¨¢lgico hacia el per¨ªodo de los 80s que se esparce por cada frame pero tambi¨¦n por cada nota de su banda sonora.

Y ah¨ª buena parte del m¨¦rito se lo adjudican Kyle Dixon y Michael Stein, un d¨²o de m¨²sicos asentado en Austin que lleva desde 2008 produciendo m¨²sica con el grupo SURVIVE. Al igual que en su banda madre, el sintetizador anal¨®gico (Prophet 6 y ARP 2600) es el instrumento clave que configura el espectro sonoro de la serie. Desde el tema de abertura, con visos de convertirse en un cl¨¢sico, hasta los fragmentos sonoros que se van reproduciendo a lo largo de los ochos cap¨ªtulos y que apelan sin remisi¨®n a las bandas sonoras de John Carpenter y a las de Tangerine Dream para Sorcerer o Thief ¨C se?aladas por los propios m¨²sicos como algunas de sus m¨¢ximas influencias- as¨ª como a Goblin o Giorgio Moroder. Aunque a diferencia de estos, tamizadas por un barniz m¨¢s moderno, que podr¨ªa apuntar al ne¨®n sint¨¦tico del trabajo de Cliff Martinez para Drive pero adaptado a la Indiana rural.

Si el trabajo de Dixon y Stein configura el tono de la producci¨®n de la serie, la banda sonora no original marca el camino sentimental abri¨¦ndose paso por el imaginario colectivo de toda una generaci¨®n. The Clash ¨C con un Should Stay should I Go dieg¨¦tica y en funci¨®n narrativa -, The Smiths, Foreigner, Joy Division, New Order, Echo and the Bunnymen, The Bangles, Peter Gabriel, Vangelis, Modern English, Toto se van sucedi¨¦ndose para dibujar el paisaje sonoro de la d¨¦cada de los 80. Aunque tambi¨¦n se nutre de joyas m¨¢s pret¨¦ritas: el White Rabbit de Jefferson Airplane o el Can't seem to make you mine de The Seeds circulan por las ondas hertzianas en la localidad de Hawkins.??

Aunque el? ajuste m¨¢s delicioso, el que enciende el popurr¨ª de emociones que alberga la primera temporada y activa la nostalgia del que observa, lo maquina la pareja de m¨²sicos a los que los hermanos Duffers (showrunners de Stranger Things) depositaron la confianza despu¨¦s de que descubrieran su m¨²sica sin que se sepa bien el c¨®mo y usaran una canci¨®n suya, Dirge, para el trailer con el que convencieron a Netflix tras tantas negativas previas.

Por su parte, Dixon y Stein, y los otros dos miembros de la banda texana: Adam Jones y Mark Donica, tras salir de la clandestinidad, y lejos de regocijarse en esta creciente popularidad adquirida en paralelo al boom de la serie, pretenden avanzar casillas con su banda lanzando su tercer disco de estudio. Un RR7349 que llegar¨¢ a las cubetas de discos el 30 de septiembre de la mano de Relapse, y que, a juzgar por sus primeros avances, captura ese sonido cinematogr¨¢fico modulado a trav¨¦s de la presencia capital del sintetizador.

Los sedientos de Stranger Things tienen en la m¨²sica de SURVIVE y los dos vol¨²menes de la banda sonora publicados por Lakeshore (en streaming v¨ªa Apple Music y su edici¨®n en CD se espera para el 16 y el 23 de septiembre) una boya a la que mantenerse agarrados hasta el avistamiento de una nueva temporada.