Imperfecciones
Cuando las FARC participen en pol¨ªtica, las armas de los exguerrilleros se habr¨¢n transformado en votos, en piedras de papel
A veces la pol¨ªtica hace historia, para bien. Ocurri¨® hace unos d¨ªas en Colombia, cuando tras m¨¢s de medio siglo de conflicto armado la guerrilla y el Gobierno llegaron a un acuerdo de paz. Del acuerdo hasta la paz queda un largo trecho no exento de dificultades, y el primer reto es que los ciudadanos refrenden en un plebiscito lo que sus l¨ªderes han negociado en La Habana.
En b¨²squeda del sello de legitimidad, el proceso de paz se entrega a la democracia y, con ello, a sus imperfecciones. Un posible riesgo es que el plebiscito acabe convirti¨¦ndose en lo que no es: un refer¨¦ndum sobre la gesti¨®n del presidente Juan Manuel Santos, quien a pesar de haber culminado con ¨¦xito las negociaciones cuenta con bajos niveles de popularidad. Si por ello fracasara la aprobaci¨®n del acuerdo de paz, se pondr¨ªa en evidencia la distancia entre la relevancia del compromiso acordado y las debilidades del mecanismo para refrendarlo.
Pero as¨ª son los procesos democr¨¢ticos. Con independencia de la trascendencia de sus resultados, no est¨¢n libres de imperfecciones. Los plebiscitos pueden convertirse en elecciones y las elecciones pueden convertirse en plebiscitos, como ocurri¨® durante la ¨²ltima convocatoria electoral en Catalu?a, planteada como un refer¨¦ndum sobre la independencia.
Igualmente, en unas elecciones puede ocurrir que los ciudadanos voten a unos pol¨ªticos pensando en otros. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los votantes juzgan al Gobierno aut¨®nomo pensando en la pol¨ªtica nacional, y no en la gesti¨®n realizada en los ¨¢mbitos de su competencia. Es un defecto habitual en el reparto de premios y castigos electorales y, por tanto, en el mecanismo esencial de control a los pol¨ªticos.
Aunque las imperfecciones de la democracia no est¨¦n a la altura de las decisiones que se someten a sus reglas, su principal virtud es que al final casi todo el mundo acaba aceptando formar parte de sus procedimientos.
Las FARC quieren participar en pol¨ªtica. Y cuando eso ocurra, la paz ser¨¢ conflicto sin violencia. Las armas de los exguerrilleros se habr¨¢n transformado en votos. En piedras de papel.
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