Activismo punk en Indonesia
M¨¢s de una treintena de m¨²sicos, tatuadores y publicistas de Surabaya lanzan Arekisme, una asociaci¨®n que utiliza el arte para ayudar a los colectivos m¨¢s vulnerables de la ciudad
La escena solo podr¨ªa tener lugar en el archipi¨¦lago improbable, como denomina a Indonesia Elizabeth Pisani en su libro Indonesia Etc. Una monja, de h¨¢bito azul, toca blanca y zapato bajo, sube al escenario durante un concierto de heavy Metal y agradece al p¨²blico, por el micr¨®fono, con voz t¨ªmida, su presencia: ¡°Terima Kasih¡± (gracias, en indonesio; literalmente, recibid amor). Varios m¨²sicos de rock y metal, aferrados a su guitarra el¨¦ctrica, la acompa?an. Son los guitarristas Bodas, de Devadata, y Dimas Bramantyo, de V.A.L.E.R.I.A.N, que ejerce de maestro de ceremonias. Los asistentes, de pelo largo, camisetas negras y tatuajes, aplauden. El escenario es el Colors Bar, un pub de Surabaya, la segunda ciudad m¨¢s poblada de Indonesia, al Este de Java. Y el concierto, una acci¨®n de Arekisme, una fundaci¨®n humanitaria formada por una treintena de artistas locales que utilizan la m¨²sica y otras artes esc¨¦nicas para ayudar a grupos vulnerables.
El nombre de esta aventura, Arekisme, ¡°procede de la palabra arek (as¨ª se llama a la gente de Surabaya, especialmente a los j¨®venes) e isme (movimiento)¡±, explica sonriente Dimas, que acaba de bajar del escenario y revolotea por la sala, entre saludos.
Esta noche tocan grupos de metal locales: DJ Sonixx Synth, Ampun Women, Teenagers, Devadata o Crucial Conflict. Act¨²an gratis. El 20% de la caja se destinar¨¢ a ayudar a las personas con hidrocefalia, a trav¨¦s de una ONG cristiana. La mayor¨ªa de los artistas son musulmanes.
En un momento de titulares sensacionalistas para el click r¨¢pido y discursos intencionados que invitan a odiarnos los unos a los otros, la solidaridad de estos m¨²sicos indonesios de pelo largo, brazos tatuados y camisetas negras con calaveras cuestiona estereotipos y env¨ªa un mensaje desafiante. ¡°?Y si en vez de usar nuestro poder de influencia para dividirnos, nos unimos y lo usamos para ayudar a otros?¡±. Fue la pregunta que lanz¨® Arief, cantante del grupo de punk mel¨®dico, Blingsatan, a otros m¨²sicos hace unos meses. Dice que, de pronto, los grupos de Surabaya se estaban convirtiendo en rivales. "Parec¨ªa una competici¨®n por conseguir m¨¢s p¨²blico, tener m¨¢s seguidores o ser los mejores¡±, a?ade. Y se le ocurri¨® darle la vuelta y utilizar su poder de convocatoria de una manera positiva. ¡°Cog¨ª el tel¨¦fono y me puse a llamar a todos: a la comunidad de punk de Surabaya, a la de rock, a la de metal... y les propuse la idea. La mayor¨ªa dijo que s¨ª". As¨ª naci¨® Arekisme en noviembre de 2015.
Su reto: ayudar a reducir los altos niveles de necesidad y pobreza al son de sus guitarras. Algunos datos bastan para entender la situaci¨®n del pa¨ªs. En Indonesia, el mayor archipi¨¦lago del mundo con unas 8.000 islas pobladas y 254,5 millones de habitantes, se conjugan la tradici¨®n y la modernidad, la tecnolog¨ªa y la miseria. En la capital, Yakarta, se tuitea m¨¢s que ninguna otra ciudad del planeta, pero 10,2 millones de personas carecen de acceso a la electricidad.
En 2013, unos 28 millones de indonesios ¨Cm¨¢s del doble de la poblaci¨®n de Portugal¡ª viv¨ªan con menos de 293.000 IDR (unos 20 euros) al mes, lo que significa que est¨¢n en situaci¨®n de pobreza extrema, seg¨²n datos del Banco Mundial. Este organismo celebraba, con matices, en un art¨ªculo de 2014, que ¡°el fuerte crecimiento econ¨®mico de Indonesia ha ayudado a reducir la pobreza, pero el ritmo de esa tendencia est¨¢ disminuyendo¡±. En 2010, hab¨ªa unos 3.5 millones de ni?os indonesios fuera de la escuela, seg¨²n Unicef y 2,7 millones de menores de 13 a?os estaban involucrados, de alg¨²n modo, en el trabajo infantil.
Noches de rocksolidaridad
El vocalista de Blingsatan lo cuenta en la puerta del Eclectic Pub & Lounge, un local de copas del lujoso centro comercial Town Square, de Surabaya, una noche de julio. Lleva cuello y brazos totalmente tatuados y una camiseta negra con un esqueleto con gorra que hace un corte de manga. A este tipo de conciertos, los denominan Rockcharity (rock-solidaridad). Hoy, act¨²an los grupos de este estilo de Surabaya: Macan, My Mother Is Hero y The Jon Jimat. La sala est¨¢ llena.
¡°Somos m¨²sicos, DJ, bailarines, con un mismo esp¨ªritu, queremos ayudar a la gente y como figuras p¨²blicas, tenemos ventaja¡±, explica Dimas, quien dice que sus acciones ¡°son peque?as, pero directas¡±. A principios de junio, celebraron el Rockabily Weekender con bandas de rock y punk. El cantante invitado, Bowo Prisoner, de cresta azul y maquillaje rojo en el rostro a modo de sangre, animaba la sala con alaridos mientras un grupo de adolescentes daba botes y zarandeaba a un amigo. A la entrada, en un mostrador, se vend¨ªa merchandising donado por los grupos, para ayudar a los habitantes de la monta?a Sinabung, en Sumatra, donde en mayo, tras una erupci¨®n volc¨¢nica, la ceniza cubri¨® aldeas enteras y cultivos.
¡°Somos m¨²sicos, DJ, bailarines, con un mismo esp¨ªritu, queremos ayudar a la gente y como figuras p¨²blicas, tenemos ventaja Dimas Bramantyo, guitarrista
Realizan eventos como este dos veces al mes. Adem¨¢s, todas las semanas compran bebida y comida y la reparten entre las personas sin techo. Durante el ramad¨¢n, entregaron alimentos en la carretera a las personas a las que les hab¨ªa sorprendido la puesta de sol fuera de casa. Unos se encargan de contactar con las asociaciones, otros con las salas, otros dise?an los carteles. ¡°Cada uno tiene algo que ofrecer¡±, reconoce el guitarrista de V.A.L.E.R.I.A.N,
El total de la recaudaci¨®n del ¨²ltimo rocksolidaridad se destinar¨¢ a Save Street Child Surabaya, una asociaci¨®n que ¡°trabaja por el derecho de los ni?os de la calle a jugar, a aprender y a tener una nutrici¨®n sana¡±, explica Johannes de Fretes , alias Jo, de la organizaci¨®n.
Acompa?amos a los voluntarios de Save Street Child a varias sesiones. Un viernes a las siete de la tarde, en el parque JMP, al norte de Surabaya, celebran lo que denominan viernes saludables porque entregan leche y merienda. Hay una decena de ni?os, de entre cuatro y 17 a?os, que por la ma?ana venden peri¨®dicos y tocan la guitarra entre el tr¨¢fico por unas rupias y por las tardes, reciben clase de lengua, matem¨¢ticas, ciencias y? arte, y juegan y cantan con los voluntarios. Hoy, una universitaria japonesa ense?a a saludar en japon¨¦s y los ni?os repiten entusiasmados.
¡°Antes ¨¦ramos nosotros los que ¨ªbamos a buscar a los ni?os, pero ahora est¨¢n deseando que lleguemos¡±, enfatiza Jo, quien explica que quedan en este parque ¡°porque viven al lado, en casas prefabricadas¡±. ¡°No son hu¨¦rfanos, tienen padres, pero son muy pobres y, a veces, las propias familias creen que estudiar es una p¨¦rdida de tiempo, prefieren que vuelvan con algo de dinero a casa¡±, matiza.
Un domingo, en la sede la asociaci¨®n, preparan una obra de teatro para la fiesta nacional. Hay varios voluntarios y ni?os cortando y pintando materiales para el decorado. Otros recitan el texto, divertidos. Un m¨²sico ense?a a tocar la guitarra. Otro hace fotos. Save Street Child Surabaya naci¨® hace cinco a?os en las redes sociales. Un d¨ªa decidieron llevar los ¡°me gusta¡± a la pr¨¢ctica. ¡°Los que tenemos hijos les explicamos que no hay ni?os de la calle y ni?os del colegio, solo hay un tipo de ni?os¡±, concluye Jo.
El poder de las komunitas
Indonesia cuenta con un rico y asentado entramado de komunitas (comunidades) como esta, asociaciones de personas con intereses e ideas comunes, que velan por el bien de sus miembros. En Surabaya, hay comunidades tan dispares como las comunidades de grafiti, la de lesbianas o la de m¨²sica punk. La mayor¨ªa pertenece a una o a varias.
"En Indonesia, como en otras partes de Asia, el inter¨¦s de la comunidad prima sobre el del individuo¡±, conviene Solenn Honorine, en el libro Indonesia, Historia, Sociedad y Cultura. El trabajo comunal o cultura de lo que se conoce como gotong-royong (ayuda mutua), que implica la cooperaci¨®n voluntaria entre varias personas para lograr un objetivo com¨²n, es un principio central de la filosof¨ªa indonesia. Honorine pone el ejemplo de "los trabajos de inter¨¦s general¡±, como construir una mezquita, reparar una carretera, mantener los canales o limpiar las calles, que se abordan en grupo: ¡°Cada uno dona su tiempo y su esfuerzo¡±.
Existen ejemplos de gotong-royong que datan de hace siglos. En Bali, el complejo sistema de regad¨ªo denominado subak, basados en cinco terrazas de campos de arroz, se desarroll¨® en el siglo IX y ya involucraba a la sociedad agraria en su conjunto bajo la autoridad de los sacerdotes, en los templos de agua. El arroz es visto como un regalo de Dios. En la regi¨®n Toraja, en las isla de Sulawesi, los costos funerales se afrontan entre vecinos y amigos.
Mal entendido, el gotong-royong se ha utilizado ¡°para justificar la corrupci¨®n y el trabajo gratuito¡±, cuestiona Mulder. Sukarno, el primer presidente de Indonesia (1949-66) tras la independencia del pa¨ªs, insisti¨® especialmente es su propia interpretaci¨®n del concepto.
En ¨¦poca de selfies, activismo punki
En la nueva Indonesia, que se repiensa desde 1998, tras 32 a?os de dictadura de Suharto, el predecesor de Sukarno, ¡°las comunidades se han convertido en sitios donde los s¨ªmbolos, valores, normas e ideolog¨ªas compartidas se refuerzan y celebran entre sus miembros¡±, concluye Rachma Ida en el libro Performing Contemporary Indonesia: Celebrating Identity, Constructing Community.
Puede que por eso, en la era del selfie, los indonesios se hacen?selfwe, bromea una estudiante, con el concepto en ingl¨¦s, refiri¨¦ndose a las fotos de grupo.
¡°Indonesia mantiene un sentido real del compa?erismo¡±, afirma el emprendedor de origen vietnamita Bill Ngugen, en un art¨ªculo del British College titulado Creatividad colectiva: La respuesta de Indonesia al cambio social, en el que asevera que ¡°Indonesia es un ejemplo excelente de c¨®mo la creatividad colectiva puede transformar la sociedad y la pol¨ªtica¡±. El emprendedor destaca ¡°los esfuerzos por transferir esta creatividad a la propia comunidad¡±, y el hecho de que ¡°las organizaciones est¨¦n conectadas unas a las otras¡±. En ¨¦poca de selfies, estos artistas proponen: activismo punki.
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