Aram¨ªs Fuster, velas negras, nabos y otros 'brujos locos' de la televisi¨®n
Recopilamos a todos los magos de lentejuela y brillantina que siguen captando a sus fieles desde las esquinas m¨¢s inopinadas de las parrillas televisivas
No cabe duda de que Aram¨ªs Fuster, la autodenominada "m¨¢xima autoridad mundial en materia de ocultismo", tiene grandes poderes. El poder de rapi?ar unos minutos de fama televisiva, el poder de embaucar a los incautos y el poder de repeler a los esc¨¦pticos de cabeza mejor amueblada. El poder de haber llegado a grados de horterismo est¨¦tico que deber¨ªan haber competido con categor¨ªa propia en los ¨²ltimos juegos ol¨ªmpicos.
Aram¨ªs crece y decrece, como el Guadiana, as¨ª que hace poco reapareci¨® en la parte m¨¢s castigada de la parrilla televisiva. Cont¨® la hechicera, que compareci¨® sin su colorido atav¨ªo habitual y bastante desmejorada, historias tremebundas sobre c¨¢nceres, intentos de suicidio, mendicidad y desesperaci¨®n. Si todo esto es cierto, apiad¨¦monos de ella. Pero ni siquiera los sesudos analistas m¨¢s perspicaces de S¨¢lvame, como son Mila Xim¨¦nez o Kiko Matamoros, dieron cr¨¦dito a sus sufrimientos y juzgaron que solo buscaba dinero y notoriedad.
No es lo mismo un mago que un magufo
La vuelta de Aram¨ªs, sin embargo, nos sirve para dar un repaso a algunos de los m¨¢s notorios magos y pitonisos, embaucadores y vendedores de humo, que ha dado la televisi¨®n espa?ola. Ojo, no confundir con los otros magos, ilusionistas y mentalistas que, como los grandes Pepe Carroll, Juan Tamariz o Anthony Blake, nos han entretenido con el enga?o de los sentidos sin arrogarse ning¨²n poder sobrenatural. Porque no es lo mismo un mago que un magufo. Estos ¨²ltimos adem¨¢s de decirse en posesi¨®n de diversos poderes adivinatorios, filtros de amor, facultades alqu¨ªmicas o astrol¨®gicas, velas m¨¢gicas, talismanes y todo tipo de sortilegios, pretenden alcanzar fama y lucrarse a costa de los problemas que nos atribulan.
Se dec¨ªa vidente de las hortalizas y sol¨ªa lucir ramitas de perejil colgando de las orejas o cualquier otro producto de la huerta sobre la calva
Sandro Rey, bendiciones y buenas noches
Tal vez la ¨²ltima gran figura en este ¨¢mbito haya sido Sandro Rey, un hombre de facciones cinceladas en m¨¢rmol y melena envidiable, que tiene un asombroso parecido con Iggy Pop. Pero si el anciano punk dec¨ªa aquello de "I wanna be your dog", Rey era m¨¢s de despedirse en su programa de madrugada con el lema "bendiciones y buenas noches". Nadie miraba a la c¨¢mara con la intensidad del draculino Sandro Rey, nadie resolv¨ªa con ese carisma y elegancia ¨¦lficos las cuitas que le propon¨ªan sus v¨ªctimas de medianoche, sobre todo cuando utilizaba las "gafas radi¨®nicas desarrolladas por cient¨ªficos" que amplificaban sus dotes naturales otorg¨¢ndole "videncia extrema".Nadie uni¨® con tal solvencia el desparpajo y la caradura.
Paco Porras y las hortalizas
Dentro de casi el m¨¢s puro cachondeo hay que recordar la menuda silueta de Paco Porras que, miembro del movimiento cultural de los a?os 90 denominado tamarismo y habitual de Cr¨®nicas Marcianas, se dec¨ªa vidente de las hortalizas y sol¨ªa lucir ramitas de perejil colgando de las orejas o cualquier otro producto de la huerta sobre la calva. Ignoro si Porras (que ten¨ªa un delicado aire a los Pet Shop Boys) se tomaba en serio a s¨ª mismo, pero desde luego con aquella actitud bufonesca parec¨ªa tirar piedras (o verduras) contra su propio tejado.
Bruja Lola y sus velas negras
"Te voy a poner una vela negra", era el grito de batalla de otra vidente del ¨¢mbito friki, la afamada Bruja Lola, en cuyo programa de adivinaci¨®n telef¨®nica eran comunes las llamadas de trolls que trataban de dejarla en evidencia y enfurecerla. Es cuando ella les llamaba "basura" y les amenazaba con las citadas velas, que les traer¨ªa insoportables dolores e indescriptibles desgracias.
Rappel y los 'realities'
Si hablamos de telepitonisos menci¨®n aparte merece el decano de la profesi¨®n, Rappel, el adivino amigo de los famosos (al parecer le ley¨® el futuro a Severo Ochoa, Tita Cervera o Dolores Ib¨¢rruri, Pasionaria), un hombre con el que hemos convivido tanto y ha mostrado tal simpat¨ªa que casi es inevitable respetar, aunque vista esas imposibles t¨²nicas (empez¨® como dise?ador de moda) y aquellas estramb¨®ticas gafas que ten¨ªan las patillas as¨ª como al rev¨¦s. En sus ¨²ltimas participaciones en realities, adem¨¢s, mostr¨® una actitud agradable y comprensiva, muy propia de las abuelitas de la ficci¨®n. Por cierto, hablando de realitys: en 2004 un programa televisivo, en Antena 3, reuni¨® a buena parte de la troupe adivinatoria, se llamaba El castillo de las mentes prodigiosas (no s¨¦ si era iron¨ªa). Ah¨ª, adem¨¢s de algunos de los citados, encontr¨¢bamos a la tarotista Josefina Valero, el vidente Santi Molez¨²n, el astr¨®logo Profesor Mercury o el ocultista italiano Divino Otelma. No dur¨® mucho en antena.
Pero, bromas aparte, hay que se?alar que, aunque a los descre¨ªdos estos personajes pueden resultarnos seres entra?ables y muy socorridos a la hora de proporcionarnos risas, lo cierto es que existe un sector de la poblaci¨®n que cree en sus poderes o en los de muchos otros videntes que se anuncian en escondidos programas de madrugada, p¨¢ginas webs o anuncios de peri¨®dico. De hecho, hay peri¨®dicos serios que a¨²n incluyen el hor¨®scopo entre sus p¨¢ginas. Y aunque mucha gente lee los hor¨®scopos por pura diversi¨®n, hay quien se los toma en serio: total, si sale en la prensa, por algo ser¨¢.
En el lado positivo hay que se?alar que si bien hace no tantos a?os se trataban temas esot¨¦ricos y misteriosos (v¨¦ase ovnis, posesiones demon¨ªacas o caras de B¨¦lmez) en programas e informativos serios, hoy, en una sociedad un pel¨ªn m¨¢s esc¨¦ptica, han sido relegados a espacios especializados o revistas tem¨¢ticas. Cabe destacar la labor del ilusionista estadounidense James Randi, que ha dedicado parte de su carrera a desenmascarar fraudes esot¨¦ricos, ocultistas o pseudocient¨ªficos. Su fundaci¨®n ofreci¨® durante a?os un mill¨®n de d¨®lares a quien demuestre la existencia de alg¨²n poder sobrenatural. Nadie se llev¨® el bot¨ªn.
Johannes Kepler, que describi¨® matem¨¢ticamente la ¨®rbitas de los planetas del Sistema Solar, era astr¨®logo
Hubo un momento en que la magia s¨ª tuvo cierto sentido, antes de la Revoluci¨®n Cient¨ªfica de los siglos XVI y XVII, cuando era un m¨¦todo (ineficaz) de comprender y manipular el mundo. De hecho, la magia natural, esa que operaba con las fuerzas ocultas de la naturaleza, tuvo mucho que ver con el nacimiento de la ciencia moderna, como se?al¨® la historiadora brit¨¢nica Frances Yates y recuerda el divulgador cient¨ªfico Philip Ball en su muy recomendable ¨²ltimo libro El peligroso encanto de lo invisible, publicado por Turner. Los magos naturales comenzaron a estudiar el magnetismo, la astronom¨ªa surgi¨® del trabajo de los astr¨®logos, as¨ª como la qu¨ªmica de la alquimia. Buena parte del trabajo de Isaac Newton, adem¨¢s de sus aportaciones a la ¨®ptica, las leyes de la mec¨¢nica y de la gravitaci¨®n, consiste en estudios alqu¨ªmicos o b¨ªblicos. Johannes Kepler, que describi¨® matem¨¢ticamente la ¨®rbitas de los planetas del Sistema Solar, era astr¨®logo.
Sin embargo, con la irrupci¨®n del m¨¦todo cient¨ªfico, del experimento y el contraste con la realidad, los viejos conocimientos m¨¢gicos (la leyes de atracci¨®n, de simpat¨ªa, de semejanzas, los conjuros, los hechizos y los sortilegios, sobre todo, la adivinaci¨®n) se revelaron falsos. El antrop¨®logo James Frazer la llam¨® la "hermana bastarda de la ciencia". Pero hete aqu¨ª que siglos despu¨¦s, y en paralelo a los incre¨ªbles avances de la ciencia que han cambiado para bien o para mal la faz del planeta, resisten estos magos de lentejuela y brillantina, captando a sus fieles desde las esquinas m¨¢s inopinadas de las parrillas televisivas.
Hay quien argumenta que estos adivinos ayudan a sus v¨ªctimas y les ofrecen un rayo de esperanza. Probablemente en muchos casos sea as¨ª, pero existen multitud de opciones para los desesperados pero, con toda seguridad, esta tiene m¨¢s que ver con el enga?o a trav¨¦s de burdos artilugios como son la vela negra o el nabo en el que se puede leer el futuro.
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