Nunca ha sido tan peligroso ser cooperante
La inseguridad est¨¢ ah¨ª, pero la necesidad de hacer un buen trabajo tambi¨¦n. Es la conclusi¨®n de una trabajadora humanitaria de Plan Internacional
¡°A lo mejor esta vez va en serio¡±. Estaba hace un mes en una habitaci¨®n de un hotel en Hait¨ª, en medio de mucho calor y m¨¢s medidas de seguridad cuando se me pas¨® el pensamiento por la cabeza. Cuando te dedicas a la cooperaci¨®n y en especial la ayuda humanitaria intentas no pensar mucho en la muerte pero de vez en cuando el pensamiento se te cruza y no te queda m¨¢s remedio que mirarlo cara a cara. A m¨ª se me ha cruzado m¨¢s de una vez desde que empec¨¦ hace 20 a?os en plena guerra de Angola pero ahora que tengo a Luc¨ªa es un pensamiento recurrente. Ser madre te hace repensarlo todo. Pero absolutamente todo porque mi vida ya no es solo m¨ªa sino tambi¨¦n de ella.
As¨ª que estaba en un hotel en Puerto Pr¨ªncipe cuando me dicen que la inseguridad en la capital es extrema. El pa¨ªs lleva meses sin Gobierno y desde hace unas semanas los cooperantes extranjeros hemos dejado de ser intocables. Yo acabo de aterrizar para gestionar unos proyectos de Plan Internacional con financiaci¨®n espa?ola. La organizaci¨®n internacional de desarrollo, con presencia en 70 pa¨ªses, lleva 40 a?os en Ha¨ªt¨ª y desde el terremoto ha volcado sus energ¨ªas en la ayuda a la reconstrucci¨®n y vuelta a la normalidad.
Me llegan noticias de una cooperante americana que se ha quedado tetrapl¨¦jica y otra que ha resultado herida. Y yo pienso: ¡°a lo mejor esta vez toca¡±, pero a¨²n as¨ª salgo porque al final del camino est¨¢n los sue?os de las mujeres haitianas que esperan poder poner en marcha unos sencillos pero efectivos proyectos agropecuarios que les ayudar¨¢n a romper el c¨ªrculo de la pobreza. As¨ª es la cooperaci¨®n, piensas en la gente para la que has venido a trabajar y lo dem¨¢s se borra.
El segundo d¨ªa de mi estancia mueren cinco haitianos a plena luz del d¨ªa en el centro de la ciudad. Mis compa?eros y yo extremamos las medidas de precauci¨®n pero seguimos trabajando. Mis colegas llevan meses volcados en sacar adelante proyectos de prevenci¨®n del virus del Zika y de agua y saneamiento para tratar de poner l¨ªmites a la epidemia de c¨®lera.
La inseguridad est¨¢ ah¨ª, pero nosotros y la necesidad de hacer nuestro trabajo tambi¨¦n. Regreso dos semanas despu¨¦s con los proyectos ya en marcha y, como siempre, con muchas ganas de ver a Luc¨ªa.
Soy ingeniera agr¨®noma y mi primer y ¨²nico trabajo desde que empec¨¦ en 1996 ha sido como cooperante o especialista en ayuda humanitaria. He vivido cinco a?os en Palestina, otro en Darfur. He sido responsable de proyectos en Per¨², Liberia, Somalia, Etiopia, y Armenia. Nunca he podido creer que me paguen por hacer lo que m¨¢s me gusta del mundo y sin embargo hace cinco a?os, despu¨¦s de 15 viviendo en el extranjero, decid¨ª volver a Espa?a.
Ser cooperante ya no es un salvoconducto
Yo, que soy de Burgos y tengo una hija de ocho a?os que ha nacido en Jerusal¨¦n y ha vivido unas inundaciones en los Balcanes, decid¨ª volver a mi ¡°casa¡± porque lo segundo m¨¢s importante que debe tener claro un cooperante, despu¨¦s del hecho de que lo suyo se hace por amor o no se hace, es que siempre se debe saber volver. Nunca es bueno perder las ra¨ªces. Yo las m¨ªas las he cuidado y mimado desde la distancia.
Ahora trabajo principalmente en Madrid, desde la oficina de Plan International en Espa?a, desde donde gestionamos proyectos en todo el mundo, desde Sud¨¢n del Sur hasta Zimbabue y Paraguay. As¨ª que, por supuesto, no he dejado del todo de viajar y claro, tampoco de pensar de vez en cuando: ¡°a lo mejor esta vez va en serio¡±.
Y es que a la emoci¨®n de la cooperaci¨®n se le ha unido un riesgo real. Ahora te la juegas incluso si pasas la mayor parte del tiempo en una oficina. Ser cooperante ya no es un salvoconducto. Desde el despertar de las primaveras ¨¢rabes y la aparici¨®n de grupos como ISIS los extranjeros somos f¨¢cil moneda de cambio.
Y con eso tenemos que vivir los cooperantes. No podemos bajar la guardia pero tampoco podemos dejar de hacer lo que tenemos y queremos hacer.
Beatriz Suso es responsable de proyectos de cooperaci¨®n y ayuda humanitaria de la oficina en Espa?a de Plan International.
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