Faltan datos de salud de los adolescentes
En pocos a?os, quienes hoy son j¨®venes gobernar¨¢n el mundo. Para conducirlo acertadamente necesitan estar sanos
Los datos pueden salvar vidas. Sin ellos, no sabr¨ªamos que fumar causa c¨¢ncer de pulm¨®n y enfermedades coronarias, que usar casco reduce la mortalidad en los accidentes de motocicleta y que mejorar la educaci¨®n de las mujeres aumenta la probabilidad de supervivencia de sus hijos (son s¨®lo algunos ejemplos). Dada la importancia de contar con datos fiables, su recolecci¨®n debe ser una alta prioridad.
Un ¨¢rea particular donde faltan datos adecuados es la salud de los adolescentes. Las personas de entre diez y 24 a?os de edad reciben mucha menos atenci¨®n que otros grupos etarios, una omisi¨®n frecuente en las pol¨ªticas sociales y sanitarias internacionales (tal como destaca la nueva comisi¨®n de The Lancet sobre el tema).
En muchos aspectos, nuestro futuro depende de la salud de los adolescentes. En los pa¨ªses de ingresos bajos y medios, hay m¨¢s adolescentes que nunca antes. Y la salud que tengan hoy afectar¨¢ su bienestar futuro y definir¨¢ su capacidad de ganarse la vida, engendrar y criar hijos sanos, cuidar de sus padres cuando envejezcan y conducir a sus pa¨ªses hacia la paz y la prosperidad.
Contar con datos sobre la salud de los adolescentes puede ser crucial para garantizar un futuro mejor, al permitir a los gobiernos y otros actores dise?ar programas sanitarios eficaces y focalizados. El primer paso es hallar d¨®nde, por qu¨¦ y c¨®mo se producen muertes frecuentes de adolescentes.
Estas ¨²ltimas d¨¦cadas se hicieron numerosos estudios para determinar las tasas de mortalidad en adultos y en ni?os de menos de cinco a?os, pero no para personas de edades intermedias; esto hace muy dif¨ªcil el seguimiento de las muertes de adolescentes en pa¨ªses que no tienen sistemas adecuados de registro civil y mantenimiento de estad¨ªsticas vitales.
Para resolver esta falencia, los donantes y los gobiernos deben financiar la creaci¨®n de m¨¦todos de estudio que permitan medir las tasas de mortalidad en adolescentes. Se podr¨ªan agregar las preguntas pertinentes a las encuestas que ya se realizan peri¨®dicamente en pa¨ªses de ingresos bajos y medios (como las encuestas demogr¨¢ficas y sanitarias, y las encuestas agrupadas de indicadores m¨²ltiples).
Pero tambi¨¦n necesitamos datos de los adolescentes durante sus vidas; lo ideal ser¨ªa obtenerlos directamente de ellos mismos. En la actualidad, las encuestas de hogares generalmente excluyen a personas de menos de 15 a?os. Y si bien algunos pa¨ªses hacen encuestas en las escuelas, suelen ser infrecuentes, debido a las restricciones presupuestarias. Para peor, en los pa¨ªses de ingresos bajos y medios es com¨²n que no incluyan a los adolescentes no escolarizados (que dejaron los estudios o nunca entraron a la escuela).
La recolecci¨®n de datos tambi¨¦n deber¨ªa incluir la salud mental
De modo que gobiernos y donantes tambi¨¦n deben trabajar en la creaci¨®n y realizaci¨®n de encuestas focalizadas en los adolescentes. Estas deber¨ªan apuntar (entre otras cosas) a crear una imagen clara de la exposici¨®n de los adolescentes a factores de riesgo evitables, como el uso de alcohol y sustancias ilegales, las conductas sexuales inseguras, la violencia, la obesidad, la inactividad f¨ªsica y la dieta insalubre.
Para complementarlo, tambi¨¦n debemos invertir en comprender mejor de qu¨¦ manera estos factores de riesgo (que es m¨¢s com¨²n estudiar en conexi¨®n con la ni?ez y la edad adulta) inciden en la salud de los adolescentes. Seg¨²n el Estudio sobre la Carga Global de Enfermedades, los factores de riesgo sanitarios explican al menos el 50% de los casos de muerte prematura y discapacidad en adultos de 50 o m¨¢s a?os de edad; para los j¨®venes, la cifra se reduce a 26%. Se necesitan m¨¢s estudios para guiar la pol¨ªtica y planificaci¨®n sanitaria.
La recolecci¨®n de datos tambi¨¦n deber¨ªa incluir la salud mental. Seg¨²n el citado estudio, se estima que en 2013 la depresi¨®n fue una de las tres causas principales (en mujeres adolescentes) y una de las siete causas principales (en varones adolescentes) de p¨¦rdida de a?os de salud.
Pero los datos sobre salud mental de personas de menos de 18 a?os de edad son insuficientes, sobre todo en los pa¨ªses de bajos ingresos, y lo que hay no es comparable entre pa¨ªses. Por eso es fundamental que los gobiernos y los donantes inviertan en llegar a un consenso experto acerca del mejor modo de medir la salud mental e implementar esos m¨¦todos en todo el mundo (incluidos lugares con escasez de recursos).
En pocos a?os, quienes hoy son adolescentes gobernar¨¢n el mundo. Para conducirlo acertadamente necesitan estar sanos. Debemos invertir en reunir los datos imprescindibles para garantizar que as¨ª sea.
Traducci¨®n: Esteban Flamini
Ali H. Mokdad es director de Iniciativas para Medio Oriente y profesor en el Instituto de M¨¦tricas y Evaluaci¨®n Sanitarias (IHME) de la universidad de Washington.
Copyright: Project Syndicate, 2016
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