?M¨¢s castigo, m¨¢s crimen?
Un programa carcelario alternativo en Per¨² ofrece educaci¨®n y apoyo a la reinserci¨®n a j¨®venes reclusas, adolescentes y madres
Ser adolescente, madre, estar privada de libertad y sin acceso a la educaci¨®n puede ser la f¨®rmula perfecta para la reincidencia en comportamientos contrarios a la ley y las normas sociales. Para contrarrestarla se hace necesaria la aplicaci¨®n de programas de rehabilitaci¨®n penitenciaria basados en terapias cognitivo-conductuales que ayuden a j¨®venes infractoras a desarrollar nuevas capacidades y reinsertarse a la sociedad con renovadas alternativas de vida.
Y esta es precisamente la filosof¨ªa del Centro Juvenil de Diagn¨®stico y Rehabilitaci¨®n Santa Margarita en Lima, en Per¨², donde se trata a j¨®venes adolescentes a trav¨¦s de un programa psicol¨®gico y educativo dise?ado por etapas para que estas mujeres acepten con humildad su situaci¨®n, paguen por sus faltas y, a la vez, reciban educaci¨®n y apoyo para que al salir tengan nuevas oportunidades de desarrollo social y profesional. El proyecto forma parte de un programa del BID de modernizaci¨®n al sistema de justicia de Per¨².
En este Centro de Atenci¨®n hay en la actualidad 55 j¨®venes. Cinco de ellas ya son madres. Ubicado en Santa Margarita, Lima, es el ¨²nico lugar que acoge j¨®venes adolescentes que infringen la ley cometiendo faltas como delitos contra el patrimonio, robo agravado, el uso de armas o peleas y el hurto sin violencia.
La mayor¨ªa de las infractoras son enviadas al centro despu¨¦s de comparecer frente a un juez de la localidad donde fueron detenidas. Es el magistrado el que decide el tiempo que la adolescente debe permanecer recluida para pagar por la infracci¨®n cometida.
Las ni?as que llegan a esta instituci¨®n son recibidas directamente por la directora, Nelly Calisaya Gutierrez, quien se encarga de darles la bienvenida. As¨ª se inicia el proceso a trav¨¦s del cual se conoce la situaci¨®n social y familiar de la nueva interna. Luego se hacen evaluaciones con las que se determina el grado de ayuda que necesita para que, una vez cumplida su pena, salga con la opci¨®n de reinsertarse en la sociedad como una ciudadana con opciones y responsable de sus actos.
En Santa Margarita, de las 55 detenidas, 41 ya tienen su correspondiente sentencia y siete est¨¢n siendo a¨²n procesadas. Las ni?as que son enviadas aqu¨ª llegan en diferentes condiciones y con grados de aceptaci¨®n de su realidad muy distintos.
Para determinar sus circunstancias, y luego de ser recibidas por la m¨¢xima responsable, pasan a conversar con una psic¨®loga y una trabajadora social que detalla m¨¢s a fondo su situaci¨®n. Despu¨¦s comienza un proceso de formaci¨®n y rehabilitaci¨®n que incluye la instrucci¨®n en normas de comportamiento determinadas, educaci¨®n escolar y f¨ªsica todos los d¨ªas, y clases de costura y artes manuales, entre otras alternativas.
El proceso se da por niveles. En funci¨®n de su comportamiento y aceptaci¨®n de sus faltas y condiciones, pueden (o no) pasar al siguiente nivel. En total hay seis, y cuanto m¨¢s avancen, m¨¢s preparadas est¨¢n las infractoras para enfrentar el mundo real.
En el transcurso de este programa, es clave el involucramiento de la familia que, en la mayor¨ªa de los casos, es causante directa o indirectamente de la problem¨¢tica que enfrenta la trasgresora. Dado, adem¨¢s, que algunas de las adolescentes ya son madres, se cuenta con una infraestructura especial para que las j¨®venes puedan pasar tiempo con sus beb¨¦s mientras est¨¢n recluidas, y a la vez educarse y aprender.
La idea es preparar a estas chicas para enfrentarse al mundo con nuevas perspectivas sobre su vida y su futuro, d¨¢ndoles opciones distintas del crimen. Lograr que estas j¨®venes tomen mejores decisiones no es una tarea f¨¢cil. Su contacto con el mundo no est¨¢ blindado de riesgos y tentaciones. Pero se sabe que con programas como los que ofrece el Centro de Santa Margarita, se reduce un poco las oportunidades de delinquir.
Silvia Dangond Gibsone es polit¨®loga y periodista graduada de la Universidad de los Andes en Bogot¨¢ Colombia. Tiene una maestr¨ªa en Resoluci¨®n de Conflictos y Comunicaci¨®n de la Universidad de George Mason, de Virginia, Estados Unidos. En el Banco Interamericano de Desarrollo apoya y coordina estrategias de comunicaci¨®n para cinco pa¨ªses de Suram¨¦rica. Escribe un blog titulado Medusa y sus Serpientes y una columna de opini¨®n en Las 2 Orillas.
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