?Criticamos a Bridget Jones porque es igual que nosotros?

Al principio, aquella treinta?era vulnerable, patosa y desconcertada nos cay¨® bien. Pero, como suele ocurrir con los ¨¦xitos masivos, su personaje pas¨® a ser uno de los m¨¢s criticados, estudiados y sometidos al severo escrutinio con que se juzga todo lo femenino. Pronto, se convirti¨® en un arquetipo de lo que millones de mujeres en todo el mundo no deb¨ªamos ser: dependientes, neur¨®ticas, demasiado emocionales, pendientes solo del amor, demasiado poco beligerantes con las luchas de g¨¦nero, ca¨®ticas o amigas del vino, el tabaco y la grasa poliinsaturada...

Ahora que llega la tercera entrega, cabe preguntarse si Bridget Jones es la inadaptada que se ha grabado en el subconsciente te colectivo o si, en realidad, es otro ejemplo de c¨®mo el comportamiento femenino se fiscaliza y patologiza en el santiam¨¦n que va desde que un personaje cuaja hasta que alguien encuentra los estereotipos l¨®gicos del cine comercial en ¨¦l. Distintos expertos responden.

?Est¨¢ tan perdida?

¡°De golpe me di cuenta de que, si algo no cambiaba, muy pronto iba a vivir una vida en que mi relaci¨®n m¨¢s seria ser¨ªa con una botella de vino. O que me iba a convertir en Glenn Close en Atracci¨®n Fatal". Este es una de las primeras notas de El diario de Bridget Jones con la que conocimos en el cine al personaje que Helen Fielding cre¨® en 1996.

Violeta Alcocer, psic¨®loga experta en relaciones familiares e inteligencia emocional tiene un retrato m¨¢s ben¨¦volo de Jones: ¡°Destaca su capacidad para analizar y querer abandonar patrones que no la benefician¡±. Para la psic¨®loga, el personaje "es una superviviente de lo cotidiano, una mujer que no ha tenido las cosas f¨¢ciles y que, d¨ªa a d¨ªa, se esfuerza por hacer que las cosas funcionen. Tiene una inmensa necesidad de amor y eso, lejos de ser un defecto, es una virtud¡±.

Mar¨ªa Cartajena, del gabinete Psicolog¨ªa en Positivo ve en el personaje los rasgos ¡°de quien ha decidido salir de una vida estancada¡±, dice. ¡°Todo arranca tomando conciencia de una crisis a la que ella misma decide poner fin y salir fortalecida¡±. Para conseguirlo, hace todo lo que nos recomendar¨ªa un terapeuta ¡°se compromete con una vida sana, desea sentirse mejor, m¨¢s guapa, leer m¨¢s, hacer ejercicio, buscar motivaci¨®n, dejar de fumar y, sobre todo, poner l¨ªmites a quien la trata mal¡±, detalla.

?Es tan insegura?

En Bridget Jones, sobrevivir¨¦, un taxista es el encargado de valorar, bajo un chaparr¨®n, con qu¨¦ modelo acudir¨¢ el personaje a confirmar su amor por Marck Darcy. La lluvia londinense se encarga de arruinar su elecci¨®n, pero lo relevante es que la secuencia insiste en la idea de presentarnos a mujer con tan poca confianza en s¨ª misma que no atina ni a elegir su ropa. Conclusi¨®n: cualquier an¨®nimo puede concluir que Bridget Jones es una insegura.

¡°No es cierto. Bridget Jones tiene una enorme capacidad de superaci¨®n, de reponerse o buscar soluciones ante las peque?as circunstancias de la vida cotidiana y sabe extender esta resistencia a momentos m¨¢s trascendentes¡±. Lo cuenta la sex¨®loga?Miren Larrazabal, que conoce bien al personaje porque, durante a?os, ha impartido en distintas universidades espa?olas Talleres de seducci¨®n para mujeres Bridget Jones, por los que han pasado m¨¢s de un centenar de personas.

¡°En mi opini¨®n, Jones es, desde el punto de visa psicol¨®gico, muy fuerte y muy segura. Y lo es porque exhibe sus vulnerabilidades sin pudor. Ese mito de que la gente fuerte no tiene debilidades es falso. En realidad, hay pocos atributos que evidencien m¨¢s seguridad en una misma que ser capaz de expresar que nos sentimos temerosos ante algo¡± indica la autora de Sexo para torpes: ¡°No es una chica que destaque por sus defectos, sino alguien con baja autoestima, a quien su entorno ha machacado y machaca por su f¨ªsico y por no tener pareja. Se ha cre¨ªdo que eso no es aceptable, pero su af¨¢n de superaci¨®n, su sentido del humor y su capacidad para hacerse querer neutralizan estas tendencias que todos hemos vivido alguna vez¡±, asegura.

?Es tan dependiente?

Tras su primera ruptura con Mark, las notas de su diario son muy propias del trance: ¡°En momentos como este, seguir con la vida de uno parece imposible y comerse todo el contenido de la nevera parece inevitable¡±. A priori, parece sensato pensar que cualquiera, en plena crisis rom¨¢ntica, pueda sentirse abatido, agotado y haga un uso emocional de la comida o pase por unos d¨ªas de h¨¢bitos no muy saludables. Pero se ha descrito a Bridget Jones como una mujer con trastornos de alimentaci¨®n, adicci¨®n al vino y al helado y que pierde por completo las riendas de su vida si no tiene amor.

¡°El amor es la nueva religi¨®n del siglo XXI en las sociedades avanzadas. Un amor diferente del rom¨¢ntico, m¨¢s individualista, con una interpretaci¨®n m¨¢s plural, pero a¨²n con mucha presencia en las sociedades modernas¡±, lo explica el soci¨®logo especializado en sociolog¨ªa aplicada Luis Ayuso.

A?ade que, pese a la emancipaci¨®n cada vez m¨¢s real de la mujer, el amor, en tanto que idea burguesa desde el siglo XIX, adquiere un poder enorme en las sociedades actuales basadas en las emociones. Por eso, muchos personajes de ficci¨®n son un gancho perfecto para el p¨²blico. ¡°El amor es, cada vez m¨¢s, un recurso comunitario ante una sociedad m¨¢s individualizada. De ah¨ª su enorme potencial como motor social¡±, reflexiona. La explotaci¨®n de ese ideal en este personaje no muestra tanto una patolog¨ªa del personaje como la aspiraci¨®n colectiva de consolidar una relaci¨®n de pareja.

Para Larrazabal la dependencia del personaje es m¨¢s ideal que real ¡°de lo que es dependiente es de la idea de estar enamorada, de estar en pareja, que no es lo mismo que ser dependiente de la pareja en s¨ª. Ante una persona soltera que, como ella, es atractiva, tiene una carrera y es inteligente, pero est¨¢ sola, la sociedad se pregunta ?ser¨¢ rarita? El ¨¦xito social est¨¢ unido a tener pareja y no tenerla genera cierta ansiedad que hay que aprender a gestionar, pero no te convierte en dependiente¡±, asegura.

Y seg¨²n Alcocer, Bridget logra algo muy dif¨ªcil en nuestras relaciones con los dem¨¢s: ¡°Ella parece comprender lo que muchas personas no consiguen: que otros pueden ser radicalmente distintos a nosotros sin que eso implique que debamos rechazarlos frontalmente. Casi siempre hay que aprender a convivir con las diferencias, por ejemplo, las familiares. Hay que tomar distancia, pero no borrarlas de tu historia y aceptar que hay realidades muy diferentes a las nuestras, marcar nuestros l¨ªmites para que nos hagan da?o y dejar, por qu¨¦ no, un espacio para el cari?o tal como hace el personaje¡±, insiste.

?Solo busca el amor rom¨¢ntico?

En otra escena, Bridget se ve a s¨ª misma "devorada por perros alsacianos¡± ante el desamor. Y, de hecho, la saga comienza con su ic¨®nica y dram¨¢tica interpretaci¨®n de All by myself en pijama, en plena pity party (fiesta de la pena). El soci¨®logo y profesor de Teor¨ªa de G¨¦nero, Kerman Calvo, nos ayuda a poner en contexto estos pensamientos negativos ante la solter¨ªa: ¡°muchos soci¨®logos han escrito sobre las estructuras de dominaci¨®n asociadas a determinados ideales, sobre todo si anulan la capacidad de actuaci¨®n de las mujeres. Tambi¨¦n se est¨¢ escribiendo mucho sobre el impacto de esos ideales en determinados patrones de violencia, particularmente entre parejas muy j¨®venes. No obstante, Bridget conf¨ªa en el amor, pero tambi¨¦n en la amistad, en el desarrollo profesional y personal¡±, aclara.

Para Ayuso, ¡°la importancia de los amigos est¨¢ cada vez m¨¢s presente, sobre todo por el apoyo emocional que suponen. Estas tendencias tienen mucha visibilidad en EE UU y menos en nuestro pa¨ªs, donde la solidaridad familiar es fundamental. Pero en los pr¨®ximos a?os va a ser algo muy importante debido a que los hermanos est¨¢n en peligro de extinci¨®n por el momento demogr¨¢fico que vivimos, y no quedar¨¢ m¨¢s remedio que transformas las redes familiares primarias en secundarias. Algo que cuenta muy bien la pel¨ªcula¡±.

?Es tan antifeminista?

Otro de los argumentos con los que Bridget Jones ha sido criticada es su filiaci¨®n a un postfeminismo que, en palabras de la periodista de The Guardian, Suzanne Moore, acaba siendo antifeminismo. Sin embargo, otros expertos no est¨¢n de acuerdo. ¡°Este personaje no deber¨ªa ser particularmente antag¨®nico para un pensamiento que cada vez reconoce la necesidad de disfrutar de la escala de grises. Quiz¨¢s, alguna rama dentro del movimiento renegar¨ªa de los valores que encarna la Bridget desesperada. No obstante, ese elemento de superaci¨®n, de iron¨ªa consigo misma y de aceptaci¨®n de cierto infortunio tambi¨¦n generar¨ªa simpat¨ªas entre pensadoras que valoran las diferentes estrategias de digerir el sistema sexo-g¨¦nero que nos rodea¡±, explica Calvo.

No hay nada m¨¢s feminista que entender que hay ¡°muchas formas de ser mujer¡±, opina Larrazabal. Y Alcocer subraya la severidad con la que se mide todo lo femenino: ¡°Hemos crecido pensando que nuestros descontroles, nuestros impulsos, nuestras contradicciones y nuestras meteduras de pata eran indicadores de que algo iba mal dentro de nosotras, que hab¨ªa algo intr¨ªnsecamente err¨®neo y equivocado en eso de sentir. El resultado es que, a veces, cuando vemos a una mujer haciendo lo que se conoce como perder los papeles, aunque sea un poquito, la juzgamos estrictamente, igual de duro que nos juzgamos a nosotras mismas¡±.

El arquetipo Bridget Jones funciona como la antihero¨ªna de la seducci¨®n de la cultura pop reciente. Sin embargo, para Larrazabal, posee los atributos con m¨¢s ¨¦xito en esas lides: ¡°Cuando se permite ser ella misma, vemos a una mujer que posee una dicotom¨ªa extraordinaria y una larga lista de contrastes. Por eso es tan atractiva. Puede parecer torpe y patosa, pero tambi¨¦n es brillante. Puede parecer vulnerable, pero luego es muy fuerte. Tiene exactamente lo que hace atractivo a una persona: contrastes y ambivalencia¡±. Con Bridget Jones¡¯s Baby nos enteraremos de si, gracias al milagro de la identificaci¨®n, sus imperfecciones nos sirven de alivio y, sobre todo, nos hacen re¨ªr.