La carga del voto
Las encuestas muestran que los votantes no han sucumbido al pesimismo sobre el futuro pol¨ªtico del pa¨ªs
La sensaci¨®n de agotamiento que genera volver a hablar de elecciones contrasta con la buena consideraci¨®n de la que han gozado las urnas en nuestro pa¨ªs. En Espa?a votar est¨¢ bien visto socialmente, y prueba de ello es que entre las generales de 1996 y de 2015 la participaci¨®n electoral declarada en las encuestas fue, en promedio, m¨¢s de 13 puntos superior a la real. Adem¨¢s, los ciudadanos tienen una alta concepci¨®n del voto: la mayor¨ªa de ellos cree que su papeleta puede influir en el resultado de las elecciones y que su participaci¨®n contribuye a sostener la democracia.
Sin embargo, cualquiera que piense en el devenir pol¨ªtico del pa¨ªs se preguntar¨¢ si, a base de devolver la pelota a los votantes para que resuelvan el bloqueo institucional, el acto de votar puede perder parte de la transcendencia que hasta ahora le otorgaba la opini¨®n p¨²blica.
Tal conjetura no se fundamenta tanto en la desilusi¨®n acumulada desde enero como en la incertidumbre pol¨ªtica. Las encuestas muestran que los votantes no han sucumbido al pesimismo sobre el futuro pol¨ªtico del pa¨ªs y siguen pensando que lo mejor es un sistema multipartidista. Pero casi un 30% es incapaz de valorar c¨®mo ser¨¢ la situaci¨®n pol¨ªtica futura (cifra ocho punto superior a hace un a?o), seguramente porque nada de lo acontecido desde enero ha contribuido a despejar los principales interrogantes que surgieron tras el 20-D.
El pasado diciembre los ciudadanos votaron sin saber qu¨¦ coalici¨®n acabar¨ªan favoreciendo con su voto. Se supon¨ªa que a principios de a?o la formaci¨®n de Gobierno les permitir¨ªa aprender qu¨¦ acuerdos eran m¨¢s probables. Y que el devenir de la legislatura les informar¨ªa sobre el grado de resistencia de esas alianzas. Pero el aprendizaje no se ha producido y el bloqueo pol¨ªtico no ha resuelto duda alguna, excepto la de saber a qui¨¦n no apoyar¨¢ cada partido.
El resultado es la retirada a la abstenci¨®n de una parte del electorado que vot¨® en el pasado. Unos frustrados. Otros indecisos. Y quiz¨¢s una mayor¨ªa extra?ada de sentir por primera vez que el voto es una carga. Una responsabilidad que no les corresponde.
@Sandraleon_
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