La ropa con la que fui violada

Cuando se produce una agresi¨®n sexual la mirada se fija demasiadas veces en la v¨ªctima, en lugar del asaltante. ¡°A saber qu¨¦ llevar¨ªa puesto¡±, ¡°seguro que hab¨ªa bebido¡±, ¡°qu¨¦ estar¨ªa haciendo¡±¡­ Cansada de esta perspectiva equivocada, la fot¨®grafa estadounidense Katherine Cambareri se propuso el a?o pasado mostrar que cualquiera puede sufrir una violaci¨®n. Su proyecto Well, What Were You Wearing? (Bueno, ?qu¨¦ llevabas?) muestra las prendas de ropa que diferentes v¨ªctimas llevaban cuando fueron agredidas sexualmente.

¡°Con estas im¨¢genes quiero dejar claro que no importan las circunstancias, sino que si se produce una violaci¨®n es porque alguien ha decidido perpetrarla¡±, explica la artista al otro lado del tel¨¦fono. Su inspiraci¨®n lleg¨® despu¨¦s de leer Missoula, el libro de Jon Krakauer sobre las agresiones sexuales en la universidad que da t¨ªtulo a la obra, en Montana (EE UU). El autor describe c¨®mo entre 2008 y 2012, el departamento de Justicia investig¨® al menos 350 denuncias ocurridas en ese campus. La mayor¨ªa de ellas fueron ocultadas o ignoradas tanto por la instituci¨®n educativa como por la polic¨ªa local. ¡°Gracias a ese libro me di cuenta de que muchas veces se protege al que comete el delito en lugar de a la v¨ªctima¡±. Despu¨¦s de leerlo, decidi¨® que su trabajo final de la tesis que realizaba en la universidad de Arcadia (Filadelfia) versar¨ªa sobre la culpa que soportan todas aquellas personas que han pasado por esta experiencia. ¡°Muchas veces, son precisamente los comentarios de la gente los que despiertan ese sentimiento¡±.

Cambareri contact¨® con varios conocidos para explicarles el proyecto y lanz¨® un llamamiento a trav¨¦s de su web, en el que solicitaba la colaboraci¨®n de personas que hubieran sufrido alg¨²n abuso de este tipo. Su cinco primeras prendas pertenec¨ªan a conocidos suyos, a partir de las primeras fotograf¨ªas comenzaron a llegar mucha m¨¢s ropa. Im¨¢genes sobrias y sin artificios. La prenda sobre un fondo negro. Sin un nombre ni una historia, solo una falda de flores, unos pantalones vaqueros, unas zapatillas blancas o una camisa de cuadros. ¡°Quise respetar ante todo el anonimato e intimidad de los participantes, quer¨ªa que sus historias fueran solo suyas¡±.

El tema de las agresiones sexuales, especialmente en los campus universitarios, ha convulsionado recientemente a los Estados Unidos. El brev¨ªsimo encarcelamiento de Brock Turner, un estudiante y deportista modelo que viol¨® a una chica ebria en la Universidad de Stanford, ha generado una oleada de cr¨ªticas. La carta que la joven ley¨® durante el juicio se convirti¨® en un alegato contra la impunidad de los agresores en este tipo de delitos. ¡°No me conoces, pero ya has estado dentro de m¨ª¡±, comenzaba la misiva. ¡°A ra¨ªz de ese caso y tambi¨¦n de otros, me di cuenta de que nos sentimos inc¨®modos al hablar de este asunto y deber¨ªa dejar de ser un tema tab¨² para que todos sepamos c¨®mo actuar ante ellas¡±. Seg¨²n un estudio del Departamento de Justicia de Estados Unidos realizado en nueve campus, el 21% de las mujeres hab¨ªan sufrido alg¨²n tipo de agresi¨®n sexual.

Cambareri contin¨²a recopilando prendas:¡°Querr¨ªa que mi proyecto fuera el punto de partida para hablar sobre las violaciones y quer¨ªa que sirviera para dar voz a las v¨ªctimas¡±.