Se acab¨® el salami
De la angustia de verse sometidos a la t¨¢ctica del salami pueden dar fe tanto Ciudadanos como el propio PSOE, acorralados sucesivamente
La carrera pol¨ªtica de Mariano Rajoy, eso que algunos llaman ¡°marianismo¡±, ilustra a la perfecci¨®n el concepto de ¡°paciencia estrat¨¦gica¡±, esto es, la idea de que los que se mueven pierden, porque se exponen al fuego enemigo, agotan sus fuerzas o cometen errores. Los inm¨®viles suelen ganar excepto que sean tomados por sorpresa o desbordados por una fuerza superior, cosa que, parece, a Rajoy todav¨ªa no le ha ocurrido.
Si pasan a la ofensiva, los maestros de la resistencia no lo hacen exponiendo sus fuerzas al azar de una sola jugada decisiva, sino mediante la t¨¢ctica del ¡°salami¡±, haci¨¦ndose cada vez con peque?as porciones de territorio enemigo, generando peque?as crisis, ninguna de ellas de suficiente entidad como para merecer una respuesta contundente del adversario pero logrando, con el paso del tiempo, desbordarle estrat¨¦gicamente.
De la angustia de verse sometidos a la t¨¢ctica del salami pueden dar fe tanto Ciudadanos como el propio PSOE, acorralados sucesivamente: el primero, obligado a cambiar su exigencia de dimisi¨®n de Rajoy por un s¨ª a su investidura obtenido como contrapartida un paquete de medidas anticorrupci¨®n que iba a suponer un parteaguas hist¨®rico (un Big Bang, dijeron sus impulsores); el segundo, al verse expuesto a la responsabilidad de ser se?alado como el desencadenante de la convocatoria de unas terceras elecciones cuando la responsabilidad principal ser¨ªa del propio Rajoy.
Pero el rosario de torpezas, mentiras, ocultaciones y casos judiciales acumulados est¨¢n cambiando la naturaleza del juego. En un pa¨ªs donde el presidente del Gobierno lo es a la vez de un partido imputado por financiaci¨®n ilegal, corrupci¨®n y destrucci¨®n de pruebas, la retirada del nombramiento de un exministro para un cargo en el Banco Mundial deber¨ªa haber bastado como rectificaci¨®n. Pero las cosas han cambiado: cuando Rajoy se dispon¨ªa con su estilo habitual a cortar el trocito de salami correspondiente al caso Soria (¡°es un funcionario y ten¨ªa derecho al puesto¡±) todo el mundo se ha dado cuenta de que ya no quedaba salami. Los casos Soria y Barber¨¢ dejan a Rajoy con lo puesto. Ya no tiene de donde cortar, excepto de s¨ª mismo. @jitorreblanca
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