Un adolescente de 14 a?os planta cara a las rev¨¢lidas de Wert

Isidoro Mart¨ªnez, de 14 a?os, sale con semblante orgulloso del Ministerio de Educaci¨®n. A¨²n no ha conseguido su objetivo, pero ha dado un paso importante: ¡°El ministro nos ha recibido. Va a seguir en la trayectoria de su ideolog¨ªa y no va a eliminar las rev¨¢lidas¡±, lamenta. Minutos antes de entrar en el edificio caminaba por la calle de Alcal¨¢ de Madrid con la entereza de quien presentara a diario reformas legislativas en la alta administraci¨®n del Estado: ¡°Me sorprende, pero estoy tranquil¨ªsimo. Parece que me han echado algo en el desayuno¡±, confiesa. Entre una nube de c¨¢maras de televisi¨®n, carga tranquilamente la caja que simboliza las 240.000 firmas que ha conseguido contra las rev¨¢lidas de la LOMCE, las cuestionadas evaluaciones externas que entran en vigor este a?o y que afectar¨¢n a 335.991 alumnos de ESO y a 229.332 de Bachillerato.

Este joven de la localidad gaditana de San Fernando puso en marcha la recogida de firmas el 30 de julio, d¨ªa de publicaci¨®n del decreto en el BOE. Iba caminando por un centro comercial curioseando con el m¨®vil entre las tendencias en Twitter, cuando descubri¨® que la aprobaci¨®n de las rev¨¢lidas era uno de los temas m¨¢s candentes. Se inform¨® sobre el tema, se indign¨® y canaliz¨® el enfado de la ¨²nica manera ¨²til que se le ocurri¨®: abri¨® una petici¨®n en Change.org, la mayor plataforma de recogida de firmas del mundo. Luego la public¨® en Twitter, sin pensar que un cuarto de mill¨®n de personas acabar¨ªan respald¨¢ndole.

En su instituto a¨²n no dan cr¨¦dito al ver a este estudiante, que a¨²n no ha empezado 3? de ESO, en todas las televisiones liderando una cruzada contra un decreto del Gobierno. A¨²n no ha empezado las clases y Mart¨ªnez recorre el largo pasillo que separa la entrada del edificio de la sala de inform¨¢tica respondiendo a los saludos de conserjes y profesores: ¡°?Otra vez te est¨¢n grabando, chiquillo?¡±, suspira una de ellas. En el aula proyecta orgulloso una gr¨¢fica que muestra la evoluci¨®n de su recogida de firmas: ¡°A ver si el ministro nos escucha¡±, afirma. Cuando termina de ense?ar su obra, apaga el ordenador: ¡°No vaya a ser que haya por aqu¨ª un profesor del PP y me las borre¡±, bromea.

Mart¨ªnez, incipiente youtuber y definido por sus profesores como un estudiante aplicado, no est¨¢ solo en su lucha contra el Gobierno y va flanqueado por dos compa?eras que le han apoyado desde el principio: Ana Paula Garc¨ªa, que quiere estudiar Magisterio y Arte Dram¨¢tico, y Teresa Santiago, futura abogada que, en sus palabras, aspira a ser la primera mujer presidenta del Gobierno de Espa?a. Los tres tienen 14 a?os, los tres reconocen haber tenido hasta hace poco una idea muy escasa sobre la pol¨ªtica, pero los tres tienen muy claro que algo falla en el sistema educativo. Lo resumen en una protesta: no se sienten motivados. Les aterra la idea de, a pesar del aburrido esfuerzo por mantener un expediente brillante, tener que enfrentarse a un examen de ¡°todo o nada¡±. Temen darse de bruces contra un suspenso puntual que anule cuatro a?os de buenas notas y les obstaculice el camino hacia sus objetivos.

Estas rev¨¢lidas forman parte de la LOMCE, la gran reforma educativa impulsada por el exministro Jos¨¦ Ignacio Wert y que sali¨® adelante ¨²nicamente con los votos del PP. Son tres evaluaciones externas que se dan en las tres etapas formativa: una en sexto de primaria (que lleva un curso en marcha) y las dos que se inician este curso: la de 4? de ESO (que se inicia este curso como piloto) y la de bachillerato (que sustituir¨¢ a la selectividad). Suspenderlas, aunque se hayan aprobado todos los cursos, implica no seguir avanzando en el proceso educativo. Seg¨²n ha informado Pilar ?lvarez en este diario, las rev¨¢lidas, que solo se dan en la ESO en 5 pa¨ªses de la UE, tienen una amplia oposici¨®n. 4 de cada 5 profesores est¨¢n en contra (el 87,6% considera que no mejora la educaci¨®n en Espa?a), los directores de instituto la rechazan (por ¡°dejar en el limbo¡± a los estudiantes que aprueban el curso y no la rev¨¢lida), 12 comunidades aut¨®nomas han pedido su paralizaci¨®n (recibiendo tambi¨¦n cr¨ªticas por parte de alg¨²n gobierno auton¨®mico del PP) y el Consejo de Estado ha criticado la cocci¨®n de la norma por no contar con la suficiente participaci¨®n de los afectados. El PP ha acabado ofreciendo las rev¨¢lidas como un punto negociable para pactar con Ciudadanos y Coalici¨®n Canarias la continuidad del Gobierno de Mariano Rajoy.

Con la certeza de que no tienen nada que perder, los tres adolescentes se montaron este martes por la noche en un autob¨²s nocturno que los llev¨® desde tierras gaditanas a Madrid. A primera hora fueron a las oficinas de Change.org, no sin pasar antes por un Starbucks (¡°ya aprovechamos para desayunar en un sitio que no existe en San Fernando¡±, propuso Mart¨ªnez), y cargaron hasta el Ministerio de Educaci¨®n las cajas que simbolizan las 240.000 firmas que les respaldan. ??igo M¨¦ndez de Vigo,?relevo de Wert en la instituci¨®n,?los ha recibido pero se ha negado a retirar el decreto. Saben que lo que han conseguido no es poco, aunque insuficiente, as¨ª que seguir¨¢n recogiendo firmas para seguir la protesta contra este decreto que consideran impropio. Tras este periplo de ocho horas en la capital, vuelven a San Fernando, que este jueves es su primer d¨ªa en 3? de la ESO. No piensan faltar. Qui¨¦n sabe si lo ense?ado el primer d¨ªa de clase entrar¨¢ en la rev¨¢lida que por el momento tendr¨¢n que hacer en junio de 2018.