¡°La moda es pasajera, el cine no¡±
El dise?ador Tom Ford centra cada vez m¨¢s su carrera en su faceta como cineasta
Para ser Tom Ford hace falta tener ojo, ver las cosas como ¨¦l las ve. Sin embargo, el afamado dise?ador de moda y ahora realizador de cine tiene los ojos cerrados. Lo prefiere as¨ª mientras habla, pausado, met¨®dico y concentrado en lo que dice. ¡°Lo hago habitualmente, cierro los ojos para mantener la mente abierta¡±, confiesa en el Festival de Toronto donde presenta su nuevo largometraje, Nocturnal Animals. Con el ritmo de vida que lleva necesita concentraci¨®n.
El hombre que devolvi¨® la vida a la casa Gucci antes de crear su propio sello, ese que lleva su nombre, acaba de presentar en Nueva York una revoluci¨®n en el mercado de la moda: el ¡°lo veo ahora, lo compro ahora¡±. La satisfacci¨®n inmediata en el campo de la alta costura. Adem¨¢s esa misma semana recogi¨® el premio especial del jurado en el Festival de Venecia por su nueva pel¨ªcula, la segunda de su carrera y de la que ya circulan rumores de posibles estatuillas. ¡°Lo tengo a los pies de mi cama. Es lo primero que veo todas las ma?anas, abriendo sus majestuosas alas¡±, cuenta en referencia al reci¨¦n conseguido galard¨®n. Hay orgullo en sus palabras. Se nota. Porque el hombre que construy¨® un imperio en el campo de la moda, con 122 tiendas Tom Ford por todo el mundo que generan 888 millones de euros anuales en venta, el dise?ador que ha vestido a Madonna, Gwyneth Paltrow; a James Bond o a Michelle Obama, el empresario capaz de vender bolsos de piel de cocodrilo por 17.000 euros, si pudiera lo dejar¨ªa todo y se dedicar¨ªa al cine. ¡°Me siento muy, muy c¨®modo haciendo pel¨ªculas¡±, proclama.
El medio siempre le ha gustado. De hecho en su juventud intent¨® tener una carrera como actor. Pero su timidez, su escaso deseo de estar delante de las c¨¢maras aunque suene ir¨®nico, su falta de talento, dice, y su escaso atractivo, a?ade ¡ª quien a sus 55 a?os es objeto del deseo de hombres y mujeres¡ª, le hicieron abandonar la idea. Pero estar detr¨¢s de las c¨¢maras es otra cosa. El control es total aunque siempre es amable en el set.
Amante de realizadores como Alfred Hitchcock, Stanley Kubrick o Brian de Palma, Ford no encuentra la direcci¨®n muy diferente a los intereses creativos que le han guiado como dise?ador de excelentes colecciones. ¡°Me gusta contar historias, he trabajado con los mejores fot¨®grafos y como dise?ador estoy acostumbrado a hacer un gran desarrollo visual¡±, a?ade. Ford ha realizado colecciones de moda vinculadas al cine como las dedicadas a Rainer Werner Fassbender o a Claude Chabrol. ¡°La diferencia es que la historia que cuentas en la moda es pasajera. La moda es superficial y el cine no, es para siempre¡±, sentencia.
Depresi¨®n y alcoholismo
El paso del tiempo es una de las grandes obsesiones de alguien con reconocidos problemas de depresi¨®n y de alcoholismo que ha superado. Le queda por superar el insomnio cr¨®nico que dice padecer. Se define como una ¡°criatura nocturna¡± pero m¨¢s que una dolencia se lo toma como un tiempo para trabajar sin interrupciones y vivir el resto del d¨ªa a base de caf¨¦ y Coca-Cola como la que se toma en esta entrevista. Por la noche recurre a los somn¨ªferos cuando necesita alcanzar m¨¢s de esas tres horas de sue?o diarias con las que funciona.
Tom Ford admite que desde ni?o no se puede sacar de la cabeza el inexorable paso del tiempo, con el que avanzamos hacia un final ineludible. ¡°Eso es lo que le da la belleza a la vida. Que es finita. Una belleza que hay que beber y saborear en cada momento¡±, asegura. ¡°Porque la belleza es como una descarga. Una reacci¨®n que hace que tu cerebro mire la vida de otra forma para encontrar la belleza en todo lo que nos rodea¡±.
Son palabras muy espirituales para el rey del materialismo. La misma dicotom¨ªa que muestran los protagonistas de Nocturnal Animals, pel¨ªcula que ¨¦l mismo escribi¨® basada en la novela de Austin Wright Tony & Susan. Es que como dice uno de los personajes y corrobora Tom Ford: ¡°Siempre hay elementos autobiogr¨¢ficos en la obra de un artista¡±.
Ford describe sus hogares, en Los ?ngeles, Londres y Nuevo M¨¦xico como sus para¨ªsos terrenales. La casa californiana dise?ada por Richard Neutra; la brit¨¢nica, por John Nash, y el rancho de Santa F¨¦, de Tadao Ando con una extensi¨®n de terreno similar al coraz¨®n de Manhattan y ahora a la venta por 66,5 millones de euros.
Tambi¨¦n hay informaciones que aseguran que uno de los hombres mejor vestidos sobre la faz de la Tierra cuenta con m¨¢s de 10.000 trajes. Se r¨ªe, como todo, con moderaci¨®n. ¡°No tengo tantos. De hecho viajo con equipaje de mano. Tengo tres uniformes, el vaquero, el de traje y el de noche, que se repiten. Aunque s¨ª es cierto que debo de tener m¨¢s esm¨®quines de lo normal¡±, admite. Luego reflexiona: ¡°Tengo la buena fortuna de disfrutar el tipo de materialismo que nuestra cultura nos asegura que nos da la felicidad. Y no digo que no la disfrute. Pero si ponemos las cosas en perspectiva, si hablamos de belleza, para mi no hay nada m¨¢s importante que la lealtad. Creo que lo he demostrado en estos 30 a?os junto a la misma persona (el ex editor de Vogue Richard Buckley). Ahora tenemos un hijo, Jack, y soy un padrazo as¨ª que nada m¨¢s importa que no sea mi familia¡±, concluye el hombre que lo tiene todo.
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