Gracia Querejeta, un ¡®pintxo¡¯ de pel¨ªcula
En el cosmos cinematogr¨¢fico de Gracia Querejeta, todo queda en familia. Sus historias, intimistas y personales, emergen de ese n¨²cleo fundamental de relaciones para transformarse en relatos universales, trasladables a cualquier otro v¨ªnculo y contexto. En el arte de la cocina, descubro que la directora madrile?a (1962) tambi¨¦n mira a sus ra¨ªces: las que se hunden en las tierras donostiarras de las que proced¨ªa su padre, el legendario productor El¨ªas Querejeta. De ellas ¨Cy de su mar¨C surgen platos como el pintxo de txangurro (centollo), al que damos un giro para recrearlo con buey de mar. ¡°Yo soy una cocinera eficaz pero, como dice mi hijo, de poca carta¡±, revela la autora de t¨ªtulos como Siete mesas de billar franc¨¦s o Felices 140. ¡°No tengo mucho repertorio, y por ejemplo no s¨¦ hacer bien la tortilla de patatas, porque me da miedo darle la vuelta¡±.
¡°Yo soy una cocinera eficaz pero, como dice mi hijo, de poca carta¡±.
Con ingredientes de calidad como los que utilizamos, empezando por unas buenas piezas de marisco, tampoco resulta necesario demasiado despliegue. La clave, al igual que casi todo, reside en c¨®mo se invierte el tiempo con el que se cuenta. Algo que ella, versada en decenas de trabajos para las pantallas de todos los tama?os, grandes y peque?as, sabe gestionar de sobra. ¡°En televisi¨®n, donde he trabajado bastante y espero seguir haci¨¦ndolo, la manera de rodar es distinta a la del cine. Cuando empec¨¦, con la serie Hospital Central, me qued¨¦ bastante sorprendida, porque pensaba: ¡®?C¨®mo vamos a hacer 90 minutos en siete d¨ªas?¡¯. Todo tiene que ir calculad¨ªsimo porque la velocidad de crucero es apabullante¡±, explica. ¡°En cine, sin embargo, en un d¨ªa ruedas cuatro o cinco p¨¢ginas de guion¡±.
M¨¢s pausadas en su gestaci¨®n, las pel¨ªculas se enfrentan a problemas cuya soluci¨®n se antoja quiz¨¢ m¨¢s ardua que la de las cada vez m¨¢s asfixiantes prisas. ¡°Una vez que la gente se ha acostumbrado a ver una cosa gratis, es complicado decirles que van a tener que pagar por ello, aunque sea muy poco¡±, reflexiona la cineasta sobre el fantasma que lleva a?os recorriendo la industria: el de la pirater¨ªa. ¡°Yo sigo pensando que hay un p¨²blico para el cine, pero el problema es llegar a las salas. Nos estamos quedando con las obras de muy grandes presupuestos y con las low cost, y est¨¢n desapareciendo las de presupuesto medio. Y en ese saco estamos muchos directores de este pa¨ªs, de hecho, la mayor¨ªa¡±.
¡°En Espa?a todav¨ªa no se ha hecho justicia a la tarea del guionista¡±.
Con el cine en las venas, Querejeta ha ejercido, adem¨¢s de directora, de guionista, productora y actriz. Vista y vivida, esa experiencia acumulada le ha servido para contar con una perspectiva amplia y diversa del conjunto de su sector. ¡°En Espa?a todav¨ªa no se ha hecho justicia a la tarea del guionista¡±, reivindica. ¡°El pilar fundamental es la historia, es el guion. Pero los guionistas se siguen quejando de que no reciben un sueldo, digamos, justo para el volumen y la importancia de su trabajo dentro de una pel¨ªcula. Y si eres guionista y director como yo, las cuentas no te salen nunca. En Francia, por ejemplo, Hacienda permite prorratear la deuda cinco a?os, porque t¨² puedes hacer una pel¨ªcula este a?o y ganar dinero, pero la mitad te lo va a quitar Hacienda y al a?o siguiente no vas a hacer absolutamente nada¡±.
Emparentada tambi¨¦n con el mundo de la cocina por parte de su abuelo, en su d¨ªa repostero del famoso hotel Mar¨ªa Cristina de San Sebasti¨¢n (que hospeda a muchas de las estrellas que brillan en la ciudad durante su Festival de Cine), Querejeta experiment¨® su mayor choque gastron¨®mico-cultural hace m¨¢s de dos d¨¦cadas, cuando visit¨® Jap¨®n por primera vez. ¡°Probar la carne de Kobe me pareci¨® car¨ªsimo, pero me impact¨®¡±, rememora. Consciente de que en Espa?a no existe una gran tradici¨®n en lo que a filmes de inspiraci¨®n culinaria se refiere ¨Ccon notables excepciones como la pel¨ªcula de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez de 1978 Las truchas¨C, la cineasta asegura que, dado el caso, se atrever¨ªa con un documental sobre el tema. Aunque, eso s¨ª, en torno a las virtudes y los misterios de un plato ¡°no muy vasco¡±: la carne con olivas. ¡°Es muy especial¡±, asegura, ¡°pero lo dej¨¦ de hacer porque a mi hijo no le gustan las aceitunas¡±.
¡®Pintxo¡¯ de buey de mar en tartaleta
4 euros por persona
Ingredientes
Para 4 personas
- Dos bueyes de mar de 500 gramos aproximadamente
- Dos cebolletas
- Dos tomates
- Perejil
- Sal
- 60 ml de aceite
- 25 gramos de pan rallado
- Brandi
- Jerez
- Una guindilla
- 16 tartaletas de hojaldre
Instrucciones
Meter los bueyes de mar durante 20 minutos en el congelador. Sacar y sumergir en una cazuela con agua templada y unos 50 o 60 gramos de sal por cada litro. Subir el fuego y llevar al punto de ebullición. Cocer durante cinco minutos exactos y dejar reposar otros 20 minutos en la misma agua. Retirar y, una vez fríos, sacar la carne del caparazón, picar y reservar.
Calentar el aceite en una sartén y sofreír la cebolleta picada. Añadir el tomate pelado y cortado en dados. Dejar unos minutos a temperatura suave. Subir el fuego y flambear con un chorro de brandi y otro de jerez.
Agregar el pan rallado a la mezcla, el perejil y el buey de mar picado. Mantener durante tres minutos en la sartén.
Añadir aros de guindilla al gusto y rellenar las tartaletas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.