Algo se mueve
El presidente de la Generalitat se distancia del refer¨¦ndum ¡°unilateral¡±
Algo se mueve en Catalu?a. Es la posici¨®n del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, sobre el futuro del proc¨¦s independentista. Antes, durante y despu¨¦s de la Diada se ha distanciado de la idea de un refer¨¦ndum ¡°unilateral¡± ¡ªilegal y en rebeld¨ªa¡ª sobre la independencia.
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Sin oponerse a ¨¦l contundentemente, Puigdemont deja entender que descarta del todo el llamado RUI por el que viene clamando su aliado antisistema, la CUP, que pregona la desobediencia a las instituciones y el desacato a la ley, y sin embargo le ha prometido su apoyo en su pr¨®xima cuesti¨®n de confianza.
Vuelve el president al inicio del proc¨¦s al propugnar un refer¨¦ndum ¡°con todas las garant¨ªas¡±, ¡°factible¡±, ¡°seguro¡± e ¡°integrador¡±. Algo solo posible si su contenido fuese constitucional (eludiendo preguntar sobre la ruptura del Estado); su ¨¢mbito, el de toda la ciudadan¨ªa espa?ola; su car¨¢cter, consultivo; y su convocatoria, pactada, y a cargo del Gobierno, seg¨²n el art¨ªculo 92 de la Constituci¨®n.
Y si no fuese factible, optar¨ªa por convocar para 2017 unas elecciones que te?ir¨ªa del car¨¢cter de ¡°constituyentes¡± ¡ªen realidad, auton¨®micas¡ª, otro suced¨¢neo imposible, similar al de las fracasadas elecciones ¡°plebiscitarias¡± del 27-S de 2015.
Pero lo sustantivo de la nueva posici¨®n del jefe actual del nacionalismo catal¨¢n no son esos barroquismos. Sino que pone coto a la CUP. Que sortea una proclamaci¨®n formal separatista. Que considera de facto inv¨¢lida la consulta del 9-N, pues propugna repetirla ¡°con todas las garant¨ªas¡±, sonoro correctivo al protagonista de la misma, su predecesor Artur Mas. Que reconoce que con la secesi¨®n expr¨¦s no se va a ninguna parte, pues carece de mayor¨ªa, sentido y reconocimiento internacional, am¨¦n de recibir un (aunque notable) menor calor popular, como se vio en esta Diada. Y que hay que hacer m¨¢s pol¨ªtica (abrirse a otros sectores) y repetir menos los viejos dogmas.
Con ello pretende agregar al movimiento de Ada Colau, que dice ser soberanista y pretender el ¡°derecho a decidir¡±. Pero la (poco elaborada) idea de un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n de los comuneros y de Podemos ¡ªprimero de Catalu?a y despu¨¦s, en las autonom¨ªas que se encaprichen del modelo¡ª es ajena a la Constituci¨®n y al Derecho internacional, que solo reconoce tal cosa a las colonias y a los territorios perseguidos por la violencia y la dictadura.
Por supuesto que hay salida al problema: basta buscarla. Y por supuesto que los ciudadanos deben ser consultados sobre su futuro, pero no en festivales binarios, ilegales y aptos para toda demagogia, como se ve en consultas de otros pa¨ªses.
Hasta ahora, la mejor propuesta para salir al encuentro del malestar de los catalanes por las trabas a su autobierno, su financiaci¨®n y su peso cultural es la de una reforma federal de la Constituci¨®n que han formulado los socialistas. No en vano la mayor parte de la poblaci¨®n mundial vive en pa¨ªses de r¨¦gimen federal. No en vano el federalismo es un excelente instrumento para reconocer las diferencias y cohonestar lo diverso: no para separarlo.
Deber¨ªa el PSOE, ante la est¨¦ril cohabitaci¨®n de la ausencia de propuestas de la derecha y las imposibles enso?aciones secesionistas, retomar con fuerza su propuesta, cuya sensatez le honra, aunque la propague con cautelosa sordina.
Una propuesta que en su momento incluye referendos, desde luego, pero sobre textos pactados, constitucional y estatutario. Y quiz¨¢ alguno adicional, si se abre paso la idea de un retoque constitucional por la v¨ªa r¨¢pida (previo a una reforma global) mediante una disposici¨®n adicional espec¨ªfica. Lo que resulta insensato es que esta cuesti¨®n ¡ªel primer problema pol¨ªtico del pa¨ªs¡ª concite tanto silencio.
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