?lites sin respuesta
Existe tambi¨¦n una divisi¨®n cultural entre una ¨¦lite con un marcado sentido de superioridad y la nueva clase social baja con valores distintos, escasa formaci¨®n educativa y mucha desorientaci¨®n ante ciertas transformaciones sociales
Las elecciones presidenciales de Estados Unidos se acercan y la distancia en el apoyo electoral a los dos aspirantes tambi¨¦n. Lo sorprendente no es que la imparable candidatura de Trump augure una apasionada lucha en la recta final. El hecho escalofriante es que la posibilidad de que gane ya aparece como una opci¨®n real: Trump puede ser el pr¨®ximo presidente de Estados Unidos. Es obligado preguntarse qu¨¦ est¨¢ ocurriendo.
Se?alar a Trump como un formidable pat¨¢n, escandalizarse con los t¨ªpicos dislates de una personalidad estridente o criticarlo por su indisimulado discurso machista nos coloca en un pedestal de superioridad moral tranquilizador, pero que ciertamente explica poco. Hace unas semanas, Clinton se atrevi¨® incluso a llamar ¡°deplorables¡± a sus votantes: ¡°Son racistas, sexistas, hom¨®fobos, xen¨®fobos, islam¨®fobos¡±. El auditorio rompi¨® en una sonante carcajada. Tambi¨¦n Cameron, durante la campa?a del Brexit,se aventur¨® a decir a quienes estaban considerando la posibilidad de dejar la Uni¨®n que eran unos analfabetos, est¨²pidos, racistas y xen¨®fobos. Su mente privilegiada no pens¨® en ning¨²n momento que ese desprecio hacia gente corriente se ver¨ªa poco despu¨¦s correspondido con una revuelta de las masas en toda regla.
Este conflicto social expresado en sucesivas convocatorias electorales no solo tiene que ver con una brecha econ¨®mica. Existe tambi¨¦n una divisi¨®n cultural entre una ¨¦lite con un marcado sentido de superioridad y la nueva clase social baja con escasa formaci¨®n y mucha desorientaci¨®n ante ciertas transformaciones sociales. Por ejemplo, el feminismo es un valor de progreso, pero el efecto que ha tenido sobre ese perfil de votantes no ha sido el esperado: los hombres ya no son cabezas de familia y principales portadores de ingresos. Su estatus ha cambiado alterando el sentido que tienen de s¨ª mismos. Esto explica por qu¨¦ el discurso sexista de Trump genera esa identificaci¨®n que puede ser ¡°deplorable¡±, pero que est¨¢ ah¨ª. Y revela tambi¨¦n la incapacidad de su contrincante para construir un discurso pol¨ªtico que desactive su potencial movilizador. Al contrario, parece que los discursos de las ¨¦lites siguen tan alejados de la realidad como las pol¨ªticas que han implementado durante los ¨²ltimos veinte a?os. @MariamMartinezB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.