Trump vs Clinton: ?C¨®mo ser¨ªa un debate 'a la americana' en Espa?a?
Ayer se celebr¨® el encuentro electoral m¨¢s esperado entre los dos candidatos a la presidencia de EE UU. Repasamos los hitos marcados por el evento, la campa?a en general y los trasladamos a Espa?a en un interesante ejercicio de pol¨ªtica ficci¨®n
Las campa?as electorales se parecen a las ca¨ªdas: son mucho m¨¢s divertidas cuando las sufre otro. Por ello vamos a aprovechar este extra?o peri¨®do de tiempo en el que no tenemos ninguna en Espa?a (de momento) para analizar la estadounidense, y aprender, quiz¨¢ de cara a unas terceras elecciones, qu¨¦ es lo que hace que la suya sea mucho m¨¢s entretenida. Con la resaca del debate entre Hillary Clinton y Donald Trump hemos decidido analizar c¨®mo ser¨ªa una campa?a espa?ola si se hiciera a la americana:
Los debates tendr¨ªan una audiencia brutalCalculan que el debate de anoche congreg¨® a 100 millones de espectadores frente al televisor, una audiencia s¨®lo comparable a las marcadas por eventos como la Super Bowl. ?Se imaginan un debate electoral que generara tanto inter¨¦s en un nuestro pa¨ªs como la final de la Eurocopa o el Eurovisi¨®n de Rosa de Espa?a? Pues eso.
La campa?a, en general, ser¨ªa m¨¢s divertida
Espa?a es un pa¨ªs en el que el aburrimiento se considera pr¨¢cticamente un sin¨®nimo de seriedad. Esto es especialmente acusado en la pol¨ªtica, donde los esfuerzos de los candidatos por parecer aburridamente administrativos a lo largo de los a?os han sido tit¨¢nicos. La 2 podr¨ªa sustuir sus famosos documentales de animales por entrevistas con Rajoy sin alterar en absoluto los ritmos de siesta de los espa?oles. Esta tendencia solo ha sido corregida en los ¨²ltimos a?os en eso que se ha venido a llamar ¡°la nueva pol¨ªtica¡±. A¨²n as¨ª el resultado sigue estando lejos del estadounidense, quiz¨¢ no tanto por los pol¨ªticos sino por la falta de figuras como Jimmy Fallon -lo m¨¢s similar por estos lares ser¨ªa Pablo Motos- o shows como Los Simpsons, que han entrado de lleno en la campa?a. Al primero le hemos visto a despeinar la famosa melena de Trump y a Hillary Clinton enfrentarse a su imitadora en Saturday Night Live. Aqu¨ª hemos visto a Rajoy jugando al futbol¨ªn con Bert¨ªn Osborne.
Empezar¨ªamos a hablar de la salud de los candidatos Puede que en estas elecciones el debate sobre el estado de salud de Trump y Clinton haya cobrado una especial relevancia a ra¨ªz de la neumon¨ªa de esta ¨²ltima, pero en EE.UU. este siempre ha sido un tema de campa?a. Los candidatos no est¨¢n obligados a presentar su historial m¨¦dico por ley y de hecho, muchos han rehusado hacerlo en los ¨²ltimos tiempos, pero el tema se entiende como un l¨ªcito campo de batalla electoral. Piensen en Fraga, AKA 'El incombustible Don Manuel', que continu¨® en pol¨ªtica hasta que contaba con 88 a?os (uno antes de morir) sin m¨¢s cambio que el del bast¨®n por la silla de ruedas.
Nos preocupar¨ªa m¨¢s el pasado (empresarial) de un pol¨ªtico que su futuro (empresarial)
Donald Trump no tiene ninguna experiencia en pol¨ªtica, su pasado est¨¢ en el mundo de la empresa (y de la televisi¨®n) lo que le da un aire de hombre hecho a s¨ª mismo, un candidato que sabe gestionar una empresa y que por lo tanto sabr¨ªa gestionar un pa¨ªs. De hecho Clinton dedic¨® parte de sus intervenciones de anoche a desmontar la figura de empresario de ¨¦xito que se ha granjeado Trump. Sin entrar en lo errado de esta conclusi¨®n (no es lo mismo una empresa que un pa¨ªs) traslademos el ejemplo a Espa?a. Aqu¨ª el debate es precisamente el contrario, nuestros pol¨ªticos raramente tienen experiencia profesional, m¨¢s all¨¢ de su vida en pol¨ªtica y su bagaje en la empresa privada empieza a despegar una vez han dejado el poder. Las famosas puertas giratorias, vaya.
Los candidatos se preparar¨ªan a fondo el debateNo es que aqu¨ª no lo hagan, pero en EE.UU. llevan la preparaci¨®n hasta l¨ªmites insospechados. El debate de ayer fue un buen ejemplo. Varios medios aseguraron que el equipo de campa?a de Clinton hab¨ªa llegado a contactar con Tony Schwartz,? autor del libro m¨¢s famoso de Trump, El arte de la negociaci¨®n, para buscar los puntos d¨¦biles del candidato.
As¨ª lo pareci¨®. Clinton recuper¨® un tuit del magnate de 2012 en el que pon¨ªa en duda la realidad del cambio clim¨¢tico asegurando que era un cuento chino. Literalmente. El tuit se convirti¨® rapidamente en el m¨¢s viral de la noche, a pesar de su antig¨¹edad... Sin embargo en Espa?a somos m¨¢s de rescatar? el "Vaya paliza me est¨¢n dando..." de Pedro Sanchez.
Los partidos tendr¨ªan esl¨®ganes m¨¢s pegadizos
Reconozc¨¢moslo, en esto los estadounidenses nos superan por goleada. Si hace unos a?os el Yes we can de Obama tuvo repercusi¨®n m¨¢s all¨¢ de EE.UU. (el eslogan ha sido traducido y coreado en manifestaciones de toda ¨ªndole desde entonces) el make America great again que no se cans¨® de repetir anoche Trump est¨¢ teniendo un impacto similar en el electorado. Ahora analicemos los mensajes de campa?a de los partidos pol¨ªticos espa?oles. En las ¨²ltimas elecciones, el PP aburri¨® con un mensaje tan vac¨ªo de contenido como su ¡±A favor¡±, mientras que el PSOE no hac¨ªa algo precisamente revolucionario con su frase ¡°Un s¨ª por el cambio¡±. ¡°Tiempo de acuerdo, tiempo de cambio¡±, repet¨ªan los de Ciudadanos, demostrando que la nueva pol¨ªtica puede sonar tan rancia como la antigua. A¨²n as¨ª la palma se la llev¨® Podemos con el eslogan ¡°La sonrisa de un pa¨ªs¡±.
Igual nos olvid¨¢bamos de los cartelitos y los gr¨¢ficos
El debate de anoche estuvo tan encorsetado como los que se hacen en Espa?a, con tiempos tasados para los candidatos seg¨²n el tema y la pregunta. Pero ellos supieron crear la ficci¨®n de que todo era muy natural. Se dirigieron a la c¨¢mara en sus interlocuciones, se llamaron el uno al otro por el nombre (algo que aqu¨ª se ha empezado a hacer en los ¨²ltimos debates) y sobre todo, dejaron un poco de lado los cartelitos y gr¨¢ficos en los que se suelen apoyar los candidatos espa?oles, (a veces restan agilidad y solo sirven para afilar el ingenio de los tuiteros) para reforzar sus argumentos.
Pero no todo ser¨ªan mejoras¡
Donald Trump ha convertido toda la campa?a, m¨¢s que en un show, en un circo. Y en uno bastante grotesco. Solo desde esa perspectiva se pueden entender movimientos tan absurdos y crueles como el amenazar con invitar al debate a Gennifer Flowers, una mujer que, se rumore¨®, habr¨ªa tenido una relaci¨®n extramatrimonial con Bill Clinton, (expresidente y esposo de la candidata dem¨®crata). Al final el republicano no cumpli¨® su amenaza, pero el simple hecho de proponerlo es algo totalmente impensable en una campa?a como la espa?ola. (Menos mal)
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