No se entiende nada
La salida de Pedro S¨¢nchez del PSOE se ha convertido en otro ¡®reality show'
Siempre pasa que despu¨¦s de un verano con mucha convivencia y tiempo para estar juntos, sobreviene el divorcio. Una de cada tres rupturas se produce en septiembre. Y ahora algunos miembros del PSOE han decidido divorciarse de Pedro S¨¢nchez, deslumbrados por la noticia del divorcio de Brangelina. Pero conseguir un buen divorcio no es f¨¢cil. Pedro se mantiene fiel a su l¨ªnea: ¡°Un no es un no¡±. Lo que no se esper¨® es que le dijeran ¡°no¡± a ¨¦l.
Pareciera que medio distra¨ªdo por el humo de la marihuana, Brad Pitt tampoco esperaba el no de Angelina. Y quiz¨¢s Pedro S¨¢nchez no supo estar atento a los vapores de los restaurantes de moda donde se saboreaba, entre plato y plato, su salida. En uno de esos nuevos restaurantes de la madrile?a calle de Jorge Juan se reun¨ªan, aparte de las nov¨ªsimas fortunas venezolanas que pueblan la zona, l¨ªderes hist¨®ricos del PSOE para decidir c¨®mo se cocinaban a S¨¢nchez. Es que un divorcio, igual que un men¨², se convierte en tema de conversaci¨®n mucho antes que se decida. El de S¨¢nchez puede que sea expr¨¦s, a lo mejor este mismo s¨¢bado hay otro u otra secretaria general. Pero los otros, como Brangelina o el de Bel¨¦n Esteban con su exrepresentante, se dilaten para satisfacer la necesidad de contenidos de los programas.
Y es que, afortunadamente para alguien, el divorcio o salida de Pedro S¨¢nchez del PSOE se ha convertido en otro exitoso reality show, solo superado en audiencia por el talent show La Voz 4. Una pelea de reality contra talent.
Hac¨ªa tiempo que el PSOE no ten¨ªa tantas portadas y espacio en los medios. Y hac¨ªa tiempo que un divorcio hollywoodense no nos apasionaba. Tienen en com¨²n esa curiosa adrenalina que nos insuflan, incit¨¢ndonos a hablar, opinar y a encender el televisor. Ese exquisito caos en el que nos someten, haci¨¦ndonos creer que sabemos todas las razones, las verdaderas, las decisivas de sus porqu¨¦s. Esa capacidad de hacernos sentir en una monta?a rusa, como el t¨ªtulo del ¨²ltimo disco de Dani Mart¨ªn. As¨ª como o¨ªmos que Brad prefiri¨® la marihuana a Angelina, especulamos, de una mesa a otra, con que la salida de Pedro permitir¨¢ que haya gobierno. ¡°Vendr¨¢ Susana y no habr¨¢ terceras elecciones¡±, escuchas. Y vendr¨¢ acompa?ada con Mariano del brazo. Si los abogados de Brad y Angelina est¨¢n frot¨¢ndose las manos, en alg¨²n lugar de La Moncloa Rajoy consume calor¨ªas pedaleando en su bicicleta est¨¢tica antes de descorchar un albari?o observando el reality retransmitido desde Ferraz.
Eduardo Mendicutti, ese sabio escritor de Sanl¨²car de Barrameda, argument¨® en una reciente cena que S¨¢nchez empezaba a parecer un personaje shakesperiano, un Coriolano que resiste y persiste en sus ideas aunque estas terminen devor¨¢ndolo. No es una opini¨®n que cale bien en sitios donde a S¨¢nchez preferir¨ªan com¨¦rselo servido en una fuente de P¨ªrex con una pi?a asada en la boca, uno de los platos estrella de esos nuevos restaurantes: secretario general asado al horno. ?Ay, Pedro S¨¢nchez! Cuando le vimos abandonar la sede del partido, en Madrid, sentado en la parte posterior del coche, arrugado m¨¢s que abatido y con dos perchas en el asiento contiguo, una americana y una camisa, junto con su mochila, sentimos que S¨¢nchez fue, en efecto, un pasajero, un mochilero con una muda por si pasaba algo urgente.
Claro que esas perchas y sus prendas afean la foto. Pero la explican y distraen la atenci¨®n de ese gesto casi compungido y solitario del l¨ªder cuestionado. Al mismo tiempo, le dan un poquito de humanidad.
A veces de la humanidad no se entiende nada. O, por el contrario, entendemos demasiado. Desde el jueves s¨¦ m¨¢s de la organizaci¨®n interna del Partido Socialista que nunca antes. Hay varios comit¨¦s, reglamentos y estatutos. Choque de legitimidades y de protocolos. Cuando 17 miembros de la ejecutiva renuncian, esos comit¨¦s se activan dram¨¢ticamente, como no pod¨ªa ser de otra forma en un partido espa?ol. Entonces, todo ese pathos propulsa al partido a ser un gran reality y a hacerse m¨¢s popular, como le gustar¨ªa a Felipe Gonz¨¢lez.
Seguro que la popularidad de Brad sobrevive al divorcio de Angelina Jolie y su filmograf¨ªa se valorar¨¢ un poco m¨¢s. S¨¢nchez, tambi¨¦n guapo, quiz¨¢s ser¨¢ m¨¢s recordado por esa foto con la ropa planchada y colgada en su coche que por ese ¡°no es un no¡± que lo acerc¨® a la puerta de salida.
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