?Bienvenido M. Refugee!
Este podr¨ªa ser el lema de la asociaci¨®n francesa CALM, acr¨®nimo de ?Comme ¨¤ la maison? (como en casa, en franc¨¦s). CALM ofrece desde el a?o pasado poner en contacto a personas privadas (individuales o familias) deseosas de acoger a un refugiado en suelo franc¨¦s que haya conseguido un permiso de residencia pero que no disponga de hecho de residencia. En septiembre del a?o pasado recibieron unos 500 ofrecimientos por d¨ªa de alojamiento durante toda una semana. La ?oleada de solidaridad? coincidi¨® con la publicaci¨®n en portada de todos los peri¨®dicos de la foto de Aylan Kurdi, el ni?o sirio que muri¨® ahogado a las puertas de Europa.
CALM es de hecho la iniciativa de la comunidad SINGA, que trabaja desde 2012 con y para los refugiados pero tambi¨¦n para la sociedad francesa. CALM surgi¨® como respuesta a los centros de alojamiento de urgencia que est¨¢n siempre saturados en Francia y a la constataci¨®n de que el refugiado en Francia s¨®lo conoce a 3 personas: a su consejero de ?Pole-Emploi? (el SEPE franc¨¦s), a una persona de la CAF (la administraci¨®n p¨²blica que otorga ayuda financiera a las familias), y a una persona del ¨¢mbito asociativo. Poder ofrecer a los refugiados alojamiento con una familia permite liberar espacio en los centros de acogida. Singa considera que no se trata de ?caridad? bien o mal entendida. No buscan ?un techo? para salir del paso sino que su objetivo es a largo plazo: conseguir integrar a los refugiados econ¨®mica y socialmente en la sociedad francesa. Y por ello SINGA organiza actividades integradoras, como cursos de idioma, salidas l¨²dicas y encuentros deportivos, donde nativos y for¨¢neos se mezclan.
Seg¨²n CALM para poder innovar en Francia se necesita la mirada fresca y las competencias que aportan los extranjeros. Entienden que la integraci¨®n econ¨®mica y social es obra y gracia de las administraciones y de los pol¨ªticos, entre otros actores, pero tambi¨¦n y sobre todo de la sociedad civil. La organizaci¨®n afirma que ellos no han llegado para ayudar a los refugiados sino para reforzar la sociedad con los refugiados. Un a?o despu¨¦s de aquella ?oleada de solidaridad? que casi mata de ¨¦xito a CALM hoy en d¨ªa la organizaci¨®n ha conseguido encontrar alojamiento para 300 refugiados y celebra que un 20% de ellos ha conseguido empleo.
Entre los que proponen abrir sus casas se encuentran diferentes perfiles de ciudadano franc¨¦s: el profesor y el abogado de Par¨ªs que disponen de cultura y de medios econ¨®micos, pero tambi¨¦n el agricultor de provincias que ofrece su granja e incluso el rico propietario que abre gustosamente las puertas de su ?castillo?. La red de colaboradores ?Singa? agrupa a unas 20.000 personas en toda Francia, sobre todo en Par¨ªs pero tambi¨¦n en Lyon, Lille y Montpellier. Y m¨¢s all¨¢ de las fronteras. Singa existe tambi¨¦n hoy en d¨ªa en Alemania, Canad¨¢ y B¨¦lgica. 20.000 colaboradores les parece poco a los fundadores puesto que quieren multiplicar la comunidad hasta llegar a ser dentro de 3 a?os unas 500.000 personas solidarias con los refugiados.
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