El comp¨¢s

Al nacer, todo tu espacio se reduce a las medidas de la cuna, 80 x 60 cent¨ªmetros. Se abre el comp¨¢s. A los seis meses gateas por la habitaci¨®n y al cumplir el primer a?o aprendes a caminar. A medida que el tiempo te posea, el espacio comenzar¨¢ a expandirse a tu alrededor. El triciclo en el jard¨ªn, la guarder¨ªa, la bicicleta en el parque, la primera descubierta a la tienda de helados de la esquina. A continuaci¨®n llegar¨¢n los viajes de vacaciones con los padres, la primera excursi¨®n con los compa?eros del colegio y despu¨¦s de descubrir tu ciudad y de recorrer el paisaje de tu ni?ez, durante la adolescencia querr¨¢s traspasar los horizontes que hayas so?ado. Seg¨²n te vaya en la vida el espacio se va a acomodar a tu ambici¨®n hasta el punto que si eres una persona de ¨¦xito el mundo te va a parecer peque?o. Aeropuertos, hoteles internacionales, anchos mares, fiestas en pa¨ªses ex¨®ticos, citas empresariales en los cinco continentes. Al llegar a la plenitud de los 50 a?os el espacio habr¨¢ abierto el m¨¢ximo comp¨¢s desde esa cumbre de tu edad, pero un d¨ªa notar¨¢s que el espacio comienza a contraerse en la medida en que te vas adentrando en el almanaque. La curva de bajada se har¨¢ evidente cuando empieces a creer que ya lo has visto todo y que nada ser¨¢ capaz de sorprenderte a tus a?os. Primero renunciar¨¢s a viajar en avi¨®n, luego te dar¨¢ pereza salir de noche, cualquier fiesta te parecer¨¢ aburrida, empezar¨¢s a so?ar con una casa en el campo, el sill¨®n de orejas ser¨¢ tu barricada frente al televisor. De pronto descubrir¨¢s que apenas necesitas para vivir las cuatro paredes de aquella habitaci¨®n en la que de ni?o aprendiste a gatear. Finalmente el tiempo, como una boa constrictor, dar¨¢ el ¨²ltimo espasmo y el espacio retroceder¨¢ hasta convertir aquella lejana cuna en una caja de pino de dos metros por uno. ?Para qu¨¦ m¨¢s?