?Es la juventud un estado mental? Este evento tiene la respuesta

Aqu¨ª la pe?a tiene mucha actitud. Hace movimientos crujientes y mec¨¢nicos, sabe descuajaringarse con soltura y, sobre todo, sabe c¨®mo vacilarle al oponente. La mirada desafiante, la lengua fuera, los dedos en uve, el culo en pompa. Los bajos gordos del hip hop retumban en toda la sala y el p¨²blico se enfervoriza de lo lindo, y eso que a¨²n es s¨¢bado a mediod¨ªa. Esta gente gira sobre un ring de boxeo, se est¨¢ peleando, pero esta en vez de darse de hostias se da de dancings.

"Los combates de baile son cosa ya antigua y muy com¨²n en Espa?a, donde se celebran en gran n¨²mero,", dice el bailar¨ªn Patxi Loperena, organizador de 'The Ring' junto con Duke Andreu, "nosotros, inspirados por algunas pel¨ªculas (como You got served, de Chris Stokes) y por haber trabajado en EE UU, queremos hacer de ellos un espect¨¢culo como lo har¨ªan los estadounidenses, traer esa emoci¨®n, y haciendo que el p¨²blico se divierta y participe". Seg¨²n explican, fue en los a?os 70, en complicados barrios negros como el Bronx (hoy, por cierto, en proceso de gentrificaci¨®n), donde las pandillas comenzaron a cambiar sus peligrosas reyertas por unas (m¨¢s saludable) batallas de baile.

Sobre la base del soul, el funk o el disco, sobre los ritmos latinos o africanos que pinchaban los DJ's, surg¨ªan estilos de baile como el Break o el Street Dance. En 'The Ring', que solo se ha celebrado dos veces en Espa?a (esta, en el festival FESTeen de Matadero Madrid y una anterior en Barcelona), estas batallas se suben a un ring de boxeo de seis por seis metros. Diferentes grupos y solistas compiten en unas emocionantes eliminatorias y en las que el ganador se lleva, entre otros premios, el ansiado guante de boxeo de oro. Todo lo decide el p¨²blico haciendo ruido, que se mide con un son¨®metro.

"Hoy estamos viendo diferentes estilos de danza urbana: locking, popping, new style o el dancehall, de corte jamaicano", explica Loperena. Son dif¨ªciles de distinguir para el profano, en cualquier ah¨ª est¨¢n, d¨¢ndose respuesta unos a otros mediante el baile, sobre la lona. Nadie se queda K.O. pero casi, bajo los ritmos que lanza el DJ Frank da Costa. En la secci¨®n por equipos al final resulta finalista la crew W Gyals, y finalistas las Cookies, ambas formaciones de bailarinas (hay alg¨²n bailar¨ªn) de entre 14 y 18 a?os. Por el backstage un joven con extra?o sombrero parece contento, con su guante de oro y su guante de plata: es Whodar, el entrenador de ambos equipos, de la escuela Dancing Deluxe, de M¨®stoles. ?Hay mucha escena de baile en Espa?a? "S¨ª", dice el entrenador, "en febrero empiezan los campeonatos y luego estamos sin parar hasta verano, todos los fines de semana".

En la competici¨®n individual la finalista resulta una chica llamada Paloma y el ganador Cristian Mart¨ªnez, estudiante de 18 a?os de Alcorc¨®n, que se basa en el hip hop y en el popping. "Empec¨¦ a bailar en mi cuarto hace tres a?os con mi compa?ero de baile Anthony, inspirados por v¨ªdeos de YouTube. Ahora bailamos donde sea, cogiendo influencias de aqu¨ª y de all¨¢, generando nuestra propia marca", explica. El evento acaba, y no ha llegado la sangre al r¨ªo.

Cultura juvenil

The Ring se celebra dentro del festival FESTeen, en Matadero Madrid, dedicado al evanescente concepto de cultura juvenil. Los organizadores del asunto engloban dentro de este concepto la danza hip hop (como hemos visto), el skate, la bicicletas BMX, el arte urbano, el DJing y un largo etc¨¦tera. Cuando ven¨ªa de camino pensaba encontrarme el festival lleno de chavaler¨ªa, pero si me soltar¨¢n aqu¨ª sin decirme donde estoy quiz¨¢s me costar¨ªa adivinar que es un festival juvenil: las franjas de edad est¨¢n equilibradas y hay gente talludita. Hasta abunda una nueva tipolog¨ªa: el padre/madre juvenil, ese que ha tra¨ªdo a sus hijos pero vestido con su camiseta de Los Planetas, con sus tatuajes, con su long board y sus piercings, que casi podr¨ªa englobarse dentro de la misma cultura que la chavaler¨ªa. La verdad es que lo que aqu¨ª se ofrece le puede gustar a cualquiera.

Porque, ?qu¨¦ es la cultura juvenil? Habr¨ªa que empezar diciendo que la juventud no existi¨® siempre: en tiempos antiguos la transici¨®n de la infancia a la edad adulta ocurr¨ªa de un d¨ªa para otro, como en el reino animal: hoy se est¨¢ bajo el cuidado paternal y ma?ana ya esta uno buscando el sustento, procreando, cuidando a las cr¨ªas. La vida iba en serio. Los humanos, en cambio, con la llegada de los bienestares, nos hemos inventado ese creciente impasse en el que las personas se dedican a la formaci¨®n y al ocio, sin apenas responsabilidades. Hay quien estudia, quien crea, quien destaca en los deportes o quien dilapida su lozan¨ªa en los ¨²ltimos afters de la noche.

Luego llegan los a?os 60 y la aparici¨®n, de la mano de la contracultura, de la cultura juvenil: las formas m¨¢s casuales de vestir, la rebeld¨ªa heredada del h¨¦roe rom¨¢ntico, el rocknroll, incluso la radicalidad pol¨ªtica: fue en aquellos a?os cuando el fil¨®sofo Herbert Marcuse propuso que el estudiantado y las minor¨ªas tomasen el relevo de la clase obrera como sujeto revolucionario llamado a cambiar el mundo. Tambi¨¦n la juventud se convierte en nueva masa de consumidores a la que ofrecer novedosos productos, de la que extraer rentabilidad.

"La juventud, como la clase media, es un estado mental", dijo el (cada vez menos) joven fil¨®sofo Ernesto Castro en la presentaci¨®n del FESTeen, hace unos a?os. As¨ª, hoy en d¨ªa no sabemos hasta cuando dura la juventud, o si la juventud no tiene que ver con la edad sino con la forma de estar en el mundo. El s¨ªndrome de Peter Pan, la adoraci¨®n de lo joven, es cosa generalizada en estas sociedades que, por otro lado, cada vez est¨¢n m¨¢s envejecidas. En este festival se tiene por juvenil el skate, el rock, el arte urbano o el hip hop, pero con el paso de las generaciones hemos visto como ya tenemos skaters, rockeros, artistas urbanos o raperos que lucen calvas y peinan canas. As¨ª que tal vez no haya nada de espec¨ªficamente juvenil en estas disciplinas (que, por lo dem¨¢s, tambi¨¦n tienen su edad).

Los que organizan esto (un comit¨¦ de notable chavales menores de 21, el Teen Team, elabora la programaci¨®n) abogan por este tipo de cultura urbana, alternativa, para ofrecerla a los j¨®venes, en vez de productos Disney infantilizantes. Y eso hay que aplaudirlo. Pero, tal y como est¨¢n las cosas de borrosas en torno a lo joven, aqu¨ª parecen encontrarse los adultos que quieren ser j¨®venes con los j¨®venes con prisa para entrar en el mundo adulto. Si es que este mundo no est¨¢ en peligro de extinci¨®n. Bendita (y eterna) juventud.