Sexo no apto para mujeres
Acostarse con dos hombres tambi¨¦n es un tr¨ªo. Pero el machismo nos niega esta posibilidad
Pocas cosas tan personales como elegir qu¨¦ quieres en tu cama. Afortunadamente hemos ampliado el espectro de permisividades sexuales, de forma que cada vez son menos las pr¨¢cticas que provocan escandalera cuando se hacen p¨²blicas. Ya casi decimos sin ruborizarnos que en el pr¨®ximo tr¨ªo elegimos del todo. Cuando hablamos de tr¨ªos la mayor¨ªa considera que esa uni¨®n estar¨¢ formada por dos f¨¦minas y un macho y no solo los hombres, tambi¨¦n muchas mujeres. Si no escondes tu bisexualidad, la cosa se agudiza. En cuanto una mujer reconoce ser bisexual, muchos de los presentes varones intentar¨¢n que los invite con una amiga a pasar por su cama. Aunque no se lo crean hay mujeres que se mueren por acostarse con dos hombres. Y eso tambi¨¦n es un tr¨ªo. Pero el machismo nos niega esta posibilidad.?
La generaci¨®n que nos precede fue castrada por un r¨¦gimen fascista que meti¨® a la santa inquisici¨®n en todos los dormitorios de este pa¨ªs. Se supone que gracias a la lucha de las mujeres que pelearon por sus derechos incluyendo los m¨¢s ¨ªntimos, aprendimos a meternos en una cama con dos jugadores de rugby si triunfamos en el tercer tiempo. Ese es uno de los grandes triunfos del feminismo: Descentralizar las apetencias sexuales de la entrepierna masculina, d¨¢ndole valor a las palpitaciones que las mujeres tengan en la suya. Entiendo que a la mayor¨ªa de los hombres heterosexuales les apetezca hacer un tr¨ªo con dos mujeres. Pero exijo que no cuestionen que ese no sea el ¨²nico en el que quiero participar.?
L¨¢stima que la cosa se complique con ese sexo considerado no apto para mujeres:?como todo el mundo sabe, hay pr¨¢cticas sexuales que solo desean los hombres (aha); el bukkake es una de ellas. Hay quien sostiene que cuando una mujer lo practica es vilmente humillada y mancillada (ejem). Y por supuesto, si decide situarse entre cinco hombres a los que les baje ella misma los pantalones para hacerles felaciones hasta conseguir que los cinco eyaculen sobre su cara es porque ha vivido toda su sexualidad sometida a las apetencias masculinas de sus anteriores amantes. (?Glub!) Conozco a infinidad de mujeres y a un buen pu?ado de hombres que se permitir¨ªan el lujo de afirmar todas las anteriores sentencias haciendo gala de ser feministas.
S=EX2, la ciencia del sexo de Pere Estupiny¨¤, es algo as¨ª como la biblia de las curiosidades cient¨ªfico sexuales. El cazador de cerebros que ahora pulula por La 2 describe lo que ocurre en tu cerebro cuando te metes en faena. La lectura supone un aprendizaje de perversiones que ni te imaginas describiendo cient¨ªficamente qu¨¦ ocurre con tus neuronas cuando practicas sexo, convencional o el m¨¢s transgresor que imagines.
Algunas pr¨¢cticas sexuales se presuponen eminentemente masculinas por estar incluidas en la oferta del porno gratuito
Estupiny¨¤ sostiene que las fantas¨ªas sexuales aparecen por muy diferentes motivos, incluyendo haberlo visto en un c¨®mic de Milo Manara. Si te animas a llevar tu fantas¨ªa a cabo, descubrir¨¢s si te gusta m¨¢s o menos y la incluir¨¢s o no en tu repertorio amatorio como fetiche personal. ¡°Si la tienes mucho tiempo en la cabeza, te la proh¨ªbes a ti misma, y cada vez genera m¨¢s deseo, cuando la hagas puede darte mucha m¨¢s satisfacci¨®n, y generar un cierto grado de obsesi¨®n¡±. ?No ser¨¢ mejor que descubramos hasta qu¨¦ punto es real que nos guste semejante puesta en escena? Evidentemente, hay infinidad de mujeres que no se sienten atra¨ªdas por una pr¨¢ctica as¨ª, pero tambi¨¦n las hay que imaginan ser el centro de atenci¨®n de una eyaculaci¨®n m¨²ltiple y se siente poderosas. El problema es que se las juzga.
Si fu¨¦ramos con el libro en la mano, a nadie se le ocurrir¨ªa rechistarte lo m¨¢s m¨ªnimo, o acusarte de que tienes una sexualidad marcada por el heteropatriarcado.?
Hasta en las mejores familias en las que se pondera a la mujer, hay machismo. Lo hay desde el momento en el que presuponen que existe un sexo no apto para mujeres. El bukkake excita por tratarse de sexo no convencional. Del bukkake la mayor¨ªa solo sabemos ¡°de o¨ªdas¡±. Basta ver pornograf¨ªa en streaming (p¨¢ginas web ?por las que no pagas) para que te des de bruces con ¨¦l incluso sin buscarlo. Hay quien sostiene que la pornograf¨ªa que no es elegante no interesa a las mujeres. Sin embargo, el bukkake es un fetichismo m¨¢s. Los fetichismos dependen de los factores culturales, eso los hace tolerables o prohibidos: Se acepta la altocalcifilia (fetichismo por los zapatos de tac¨®n) pero horroriza el bukkake por una cuesti¨®n de educaci¨®n sexual. Uno no es mejor que otro; simplemente estamos m¨¢s acostumbrados a excitarnos con zapatos de tac¨®n que no pisen asfalto que con cinco t¨ªos eyaculando sobre una mujer.
El bukkake es un fetichismo sexual que pocas mujeres reconocen practicar.
Reprimir ese inter¨¦s puede generar a¨²n m¨¢s tensi¨®n sexual que m¨¢s nos valdr¨ªa resolver. Las represiones generan obsesiones. Y eso est¨¢ demostrado emp¨ªricamente. Si nos llama la atenci¨®n el bukkake pero sistem¨¢ticamente nos lo prohibimos (o nos lo proh¨ªben) es m¨¢s que probable que nos cueste quit¨¢rnoslo de la cabeza y puede que no disfrutemos de nuestra sexualidad hasta que no sepamos si nos gusta. ?Por qu¨¦ no se nos permite tener el bukkake como fantas¨ªa sexual? Y sobre todo, ?por qu¨¦ hay quien se empe?a en repetir hasta la saciedad que si una mujer practica un bukkake es porque un hombre la ha obligado, conminado o convencido para que lo haga? Esto s¨ª que es un discurso machista ?No puede ponerse cachonda una mujer imagin¨¢ndose de rodillas rodeada de vergas enhiestas que culminan su excitaci¨®n sobre ella? ?Qui¨¦n lo dice?
Nadie tiene derecho a saber lo que nos gusta en la cama sin ni siquiera pasar por ella. Menos a¨²n a imponernos qu¨¦ tipo de pornograf¨ªa o sexualidad es la m¨¢s apropiada para nosotras. Ojal¨¢ hubiera m¨¢s porno gratuito de calidad pero mientras no lo haya, paguemos por ver el que nos gusta; hay p¨¢ginas con ofertas a un euro. Practiquemos el sexo que m¨¢s nos excite sin rendirle cuentas a los que no est¨¦n invitados. Soy madre, esposa y amante y ejerzo las tres categor¨ªas en la misma desbordante proporci¨®n. Es la nueva reivindicaci¨®n de aquello de ser una se?ora en la mesa y una puta en la cama. Y me gusta.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.