Que el lago Poop¨® vuelva a llenarse
Los efectos del cambio clim¨¢tico y la mala gesti¨®n de las actividades humanas han dejado a la comunidad boliviana de los uru-muratos sin medio de vida
Hace meses que Braulio Maurio Flores no visita su barca. Lo que un d¨ªa fue el segundo lago m¨¢s grande de Bolivia es ahora una vasta planicie de fango y sal no comestible. El agua ya estaba contaminada por las actividades mineras de la zona y los peces mor¨ªan, pero en diciembre el lago despareci¨® por completo. ¡°Cerquita parece, lejos es¡±, dice Braulio mientras se encamina al que hasta hace poco era su segundo hogar. Se extra?a cuando le preguntan si tambi¨¦n su padre o su abuelo eran pescadores, los uru-muratos recuerdan haber vivido siempre junto el lago. Este les daba la vida y ahora tan solo se escucha la brisa y los pies hundi¨¦ndose en los cristales de sal. No quedan m¨¢s que plumas secas de flamencos, los restos de algunos barcos y otros que se pierden en esa inmensidad est¨¦ril.
¡°Uno casi muere buscando su bote porque se hund¨ªa en el fango. Tuvimos que ir a buscarlo¡±, dice Braulio mientras se sube a su vieja barca agarrando los remos como si todav¨ªa pudiera observar un horizonte de agua. Su barca no qued¨® tan lejos como para no poder cargarla entre varios hasta su casa. ¡°Tengo que venir a sacarlo un d¨ªa¡±, comenta ya sentado junto a las ollas con comida secada por el sol, un jersey grueso, las piedras gastadas que ataba a las redes y dem¨¢s utensilios que le dan al bote un aspecto nost¨¢lgico, como suspendido en el tiempo.
Aunque le cueste admitirlo, tanto como ¨¦l como algunos de los vecinos que decidieron permanecer en Llapallapani conservan la esperanza de que un d¨ªa el lago vuelva a llenarse. Eso sucedi¨® en los noventa cuando tras verse convertido en tres charcos, en parte por no recibir el aporte del r¨ªo Desaguadero y darle preferencia al lago Titicaca, recupero su caudal. Tras d¨¦cadas con este problema, los efectos del cambio clim¨¢tico, la mala gesti¨®n de las actividades humanas de la zona, el lago Poop¨® se agot¨® por fin dejando a m¨¢s de 300 familias sin modo de vida.
La mayor¨ªa est¨¢n ahora a kil¨®metros de su pueblo trabajando en las salinas o en las minas, si bien todav¨ªa quedan unas cuantas familias que se niegan a abandonar. Es el caso de Natividad que recoge los escombros de su casa mientras aguarda a que el esposo regrese de la F¨¢brica de Cerveza Huari, situada en Hauri, el pueblo contiguo. O el de Emiliana que con sus cuatro hijos peque?os aguarda al suyo que trabaja en la construcci¨®n justo en esta misma poblaci¨®n vecina, mientras realiza artesan¨ªas con la paja de la zona para venderlas en ferias. Tanto ellas como la esposa de Braulio, a pesar de que en este caso sus hijos se quedaron con ellos y han formado sus respectivas familias en Llapallapani, comentan que su tierra parece un fantasma. Muchas de las casas de adobe est¨¢n vac¨ªas y abandonadas, nadie regresar¨¢ si no tienen un tractor o ganado, un privilegio de pocos. La comunidad Uru-murato peligra, como muchas otras tan antiguas como este planeta que muestra claramente su agotamiento.
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