Caos junto a Europa

En apenas 48 horas, entre el lunes y el martes pasados, las patrullas de salvamento que operan en el Mediterr¨¢neo rescataron a 10.655 migrantes y refugiados. Viajaban en precarias y atestadas embarcaciones. Nadie que no est¨¦ muy desesperado se hace a la mar en unas condiciones que producen pavor. Cuando los supervivientes abandonaban las naves, el suelo aparec¨ªa cubierto por los cad¨¢veres de los asfixiados, tal era el hacinamiento impuesto por las mafias. Estas cifras no solo representan el drama de una crisis humana sin precedentes; tambi¨¦n muestran la dimensi¨®n y la gravedad de la situaci¨®n de caos y destrucci¨®n que se produce en las mismas puertas de Europa.

La UE aprob¨® ayer enviar a Bulgaria el primer contingente de la nueva polic¨ªa europea de fronteras, pero de poco servir¨¢ este instrumento si no se interviene sobre las causas del ¨¦xodo. La ruptura de la tregua en Siria sigue alimentando una di¨¢spora que alcanz¨® en 2015 su punto ¨¢lgido, pero que est¨¢ lejos de concluir. Ante la falta de expectativas de poder volver a su pa¨ªs, muchas familias que llevan a?os malviviendo en campamentos de refugiados turcos o libaneses emprenden el camino hacia Europa aunque no tengan garant¨ªas de llegar a ella ni de ser bien recibidos. Mientras tanto, en Libia se concentran decenas de miles de migrantes procedentes de diferentes pa¨ªses africanos. Algunos huyen de conflictos, otros, de la miseria. Tras largos y peligrosos viajes, quedan atrapados sin posibilidad de marcha atr¨¢s. En la peligrosa situaci¨®n de desgobierno que vive Libia, muchos son v¨ªctimas de malos tratos, trabajos forzados y violaciones. Asumir el riesgo de una incierta traves¨ªa es para ellos el mal menor.

En lo que llevamos de a?o han llegado a Europa a trav¨¦s del Mediterr¨¢neo m¨¢s de 300.000 migrantes ¡ª166.000 a trav¨¦s de Grecia, 130.000 por Italia¡ª y se han ahogado o desaparecido m¨¢s de 3.500. Desde que hace seis meses se firm¨® el acuerdo con Turqu¨ªa, el flujo a trav¨¦s del Egeo se ha reducido, pero ahora es Italia la que recibe la mayor presi¨®n. Hay que celebrar la muy positiva respuesta de su Gobierno, que no ha reducido los esfuerzos y mantiene la pol¨ªtica de acogida. Lo mismo cabe decir de Grecia, pese a la insolidaridad del resto de la UE, que se muestra incapaz de cumplir siquiera sus propios acuerdos. Hace ahora justo un a?o que se aprob¨® el plan que deb¨ªa repartir entre los diferentes miembros de la UE a 160.000 refugiados llegados a esos dos pa¨ªses. En la mitad del plazo previsto, solo se ha reubicado a 5.651, apenas el 3,5%. El resto sigue all¨ª. La mala gesti¨®n de este problema hace que Europa se deslice cada vez m¨¢s hacia posiciones que contravienen no solo sus principios fundacionales, sino tambi¨¦n sus leyes. La presi¨®n sobre sus fronteras no va a disminuir por mucho que mire hacia otro lado.