El term¨®metro verbal del PSOE
Algunas palabras sirven para medir los cambios de temperatura en los conflictos internos de un partido
Algunas palabras funcionan como term¨®metros. Por ejemplo, las usadas por los propios socialistas para nombrar sus grupos internos.
El primer vocablo que un d¨ªa remoto denot¨® tales diferencias fue ¡°sector¡±, y se empez¨® a usar al final del franquismo. El PSOE constaba de un ¡°sector hist¨®rico¡± (encabezado por Rodolfo Llopis desde el exilio) y de un ¡°sector renovador¡± (identificado desde el interior con Felipe Gonz¨¢lez). Sali¨® victorioso este ¨²ltimo, con la ayuda del poder de seducci¨®n de la propia palabra ¡°renovador¡±.
Pero quien se halla en un sector se halla tambi¨¦n en el todo (¡°un sector de la opini¨®n p¨²blica¡±, ¡°el sector Este de la ciudad¡±¡), y por tanto ah¨ª no cab¨ªa inferir mayor quiebra.
Pas¨® cierto tiempo hasta que los integrantes del partido empezaron a hablar de sus ¡°corrientes¡±. ¡°La corriente Izquierda Socialista¡± (formada a finales de los setenta) reun¨ªa a militantes y dirigentes cr¨ªticos respecto de la ¡°corriente felipista¡±. Pero la met¨¢fora ¡°corriente¡± no iba m¨¢s all¨¢ de se?alar ciertas diferencias de velocidad dentro del mismo r¨ªo.
El sustantivo ¡°sector¡± y el adjetivo ¡°renovador¡± reaparecer¨ªan en el partido, ya renovado, para definir a quienes compet¨ªan con otro grupo llamado tambi¨¦n ¡°sector¡±: el guerrista (afines a Alfonso Guerra). Incluso existi¨® el sector de ¡°los renovadores por la base¡±.
En algunos de estos casos se citaban tambi¨¦n las distintas ¡°familias¡±, un sustantivo m¨¢s separador. El ¡°sector¡± y la ¡°corriente¡± no se conciben sin el conjunto y sin el cauce, pero la familia s¨ª se concibe por s¨ª misma.
Todos estos t¨¦rminos debieron de parecerles melifluos a algunos comentaristas, que subieron la temperatura al hablar de las ¡°tendencias¡± en el partido. L¨®gico: de ¡°tendencia¡± sale el adjetivo ¡°tendencioso¡±, que da mucho juego; pero de ¡°corriente¡± no sale ¡°corrientoso¡±. Y si saliese, provocar¨ªa m¨¢s risa que miedo. De ¡°sector¡± deriva ¡°sectorial¡±, que suena a econom¨ªa; y de ¡°familia¡± extraemos el adjetivo dif¨ªcilmente peyorativo ¡°familiar¡±.
As¨ª que para paliar eso de las ¡°tendencias¡±, la m¨¢quina oficial de enfriar el ambiente puso en marcha a principios de los noventa el t¨¦rmino ¡°sensibilidades¡±, eufemismo que asumieron incluso los diferentes sensibilizados. Hasta hoy, la locuci¨®n ¡°distintas sensibilidades dentro del partido¡± circulaba galana por radio, televisi¨®n y prensa.
?sos son a grandes rasgos los vocablos que se han usado para nombrar las discrepancias en el PSOE. Pero de repente apareci¨® uno que mostraba hasta d¨®nde hab¨ªa llegado la calentura: ¡°bandos¡±. La palabra (etimol¨®gicamente ¡°estandarte de un grupo¡±; y de ah¨ª el grupo mismo) entr¨® en el castellano con los godos (diccionario de Corominas y Pascual), como tantas otras voces del vocabulario b¨¦lico (espuela, esp¨ªa, tregua¡). Y evoca ya los dos lados de una guerra. La sembr¨® Pedro S¨¢nchez, y arraig¨® entre nosotros. Con ella, el term¨®metro saltaba por los aires.
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