La condena de por vida de la desnutrici¨®n infantil
Una alimentaci¨®n inadecuada e insuficiente durante los primeros mil d¨ªas frena el normal desarrollo cognitivo y f¨ªsico de los ni?os que sufrir¨¢n las consecuencias durante el resto de sus vidas
Ser¨¢n notablemente m¨¢s bajitos y las mujeres, al dar a luz, tendr¨¢n m¨¢s probabilidades de sufrir problemas graves durante el parto, incluso la muerte del beb¨¦, debido a su menor tama?o corporal. Su sistema inmune debilitado no podr¨¢ defenderles de muchas enfermedades. Y su menor capacidad cognitiva les dificultar¨¢ entender las lecciones en el colegio, lo que har¨¢ que lo abandonen prematuramente o tarden m¨¢s a?os de lo normal en completar un ciclo. De adultos, les pasar¨¢ lo mismo en su trabajo, si es que consiguen uno; debido a sus mermadas competencias, cobrar¨¢n menos. Este es el futuro que le espera a los 159 millones de ni?os que actualmente sufren desnutrici¨®n cr¨®nica en el mundo. Invisible y silenciosamente, la falta de nutrientes suficientes durante sus primeros mil d¨ªas ¡ªdesde la concepci¨®n hasta los dos a?os¡ª hipotecar¨¢ el resto de sus vidas que ya nunca ser¨¢n lo que podr¨ªan haber sido.
La alimentaci¨®n desde el embarazo es crucial. Tanto, que una dieta pobre durante la gestaci¨®n, debida normalmente a la situaci¨®n de malnutrici¨®n de la madre, ya condiciona el nacimiento con bajo peso y posterior propensi¨®n a padecer desnutrici¨®n cr¨®nica. No obstante, en ese momento todav¨ªa hay margen para ¡°remontar¡± los retrasos del crecimiento intrauterino que hayan podido producirse, explica Blanca Carazo, responsable de programas y emergencias de Unicef Espa?a. Siempre y cuando el beb¨¦ empiece la lactancia materna con normalidad, exclusiva durante los primeros seis meses, sea vacunado y tenga acceso a agua potable, as¨ª como a un sistema de salud en el que le puedan tratar si cae enfermo, a?ade la experta.
Pero esos son lujos inalcanzables para uno de cada cuatro ni?os del planeta, la mayor¨ªa en Asia (57%), ?frica subsahariana (37%) y Am¨¦rica Latina. Y cuando alguna organizaci¨®n internacional se instale en su pa¨ªs, su regi¨®n, su aldea, y les mida en el colegio y compruebe que son bastante m¨¢s bajitos, quiz¨¢ 10 o 15 cent¨ªmetros menos de lo que deber¨ªan medir a su edad seg¨²n el baremo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud, ya ser¨¢ tarde para ellos. Las secuelas f¨ªsicas ¡ªtalla m¨¢s baja¡ª y cognitivas ¡ªdificultades para el aprendizaje y comprensi¨®n¡ª son irreversibles.
La desnutrici¨®n cr¨®nica, tambi¨¦n llamada stunting (retraso en el crecimiento, en ingl¨¦s) por ser ese el resultado del d¨¦ficit de nutrientes esenciales como la prote¨ªna, el hierro, el ¨¢cido f¨®lico, la vitamina A o el yodo durante la primera infancia, no solo tiene que ver con la carencia de alimentos y que estos sean variados y de calidad, sino que tambi¨¦n est¨¢ causada por otros factores. La falta de agua potable es uno de ellos. ¡°Las diarreas, muchas veces causadas por beber agua contaminada, causan, perpet¨²an y agravan la desnutrici¨®n cr¨®nica¡±, explica Carazo. El estudio No estar a la altura, publicado el pasado verano por la organizaci¨®n WaterAid, destacaba que la mitad de casos est¨¢n asociados a repetidas diarreas, que son causa directa ¡ªaun cuando los ni?os comen bien¡ª del 25%, pues impiden que se absorban todos los nutrientes.
¡°La ausencia de sistemas de salud en determinadas zonas tambi¨¦n contribuye a que se den situaciones de desnutrici¨®n cr¨®nica¡±, apunta Guila Baldi, oficial de pol¨ªticas y programas de nutrici¨®n del Programa Mundial de Alimentos. ¡°Las enfermedades como infecciones agudas, respiratorias, malaria¡ impiden que el cuerpo procese de manera normal los alimentos¡±, explica la especialista. Y viceversa. El sistema inmune de los cr¨ªos afectados es m¨¢s d¨¦bil, por lo que son m¨¢s propensos a contraer estas y otras enfermedades que agravar¨¢n y prolongar¨¢n, a su vez, la desnutrici¨®n. Y peor: ¡°Para ellos es m¨¢s probable morir de malaria, o padecer c¨¢ncer o diabetes en la edad adulta¡±, abunda Carazo.
India, donde 48 millones de ni?os pasan hambre
Un grupo de ni?as en la escuela del pueblo Ooti, en el estado de Karnataka, en India, posan frente a la pirraza que marca lo que deber¨ªan medir a los ocho a?os, seg¨²n el baremo de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. La directora de la escuela asegura en un testimonio recogido en el informe No dar la talla de WaterAid, que la mayor¨ªa de los vecinos de la zona no tiene retretes y el absentismo escolar es del 30% en cualquier d¨ªa normal, frecuentemente por enfermedades estomacales. En el centro, Manjula, de nueve a?os, es la m¨¢s bajita. Su abuela, Yellamma, de 65 a?os, reconoce que no tienen retrete y defecan usualmente tras un roca fuera de la casa. Tampoco tienen jab¨®n o un lugar donde lavarse las manos en la vivienda.
La desnutrici¨®n aguda por una falta abrupta de alimentos en un momento determinado puede causar la muerte, pero se cura. La cr¨®nica, en cambio, no es tratable. ¡°Un ni?o que la padezca ya nunca va a llegar a ser ni tan sano, fuerte e inteligente como hubiera podido ser¡±, alerta Carazo. La primera, que deja a los ni?os muy delgados, se detecta midi¨¦ndoles el contorno braquial. Cuando la cinta llega al amarillo o dos cent¨ªmetro m¨¢s all¨¢, al rojo, es la peor se?al.
Es entonces cuando los peque?os necesitan el medicamento que se come, es decir, suplementos alimenticios como el Plumpy Nut para recuperarse. ¡°Es una condena a muerte que se puede conmutar¡±, ejemplifica. La segunda solo es detectable cuando ya no hay remedio. ¡°Es una cadena perpetua sin posibilidad de recurso¡±, apostilla. El ¨²nico modo de combatirla es la prevenci¨®n. ¡°A veces, hay una vinculaci¨®n fatal entre ambas: un ni?o con varios episodios de la versi¨®n aguda es vulnerable a caer en la cr¨®nica. Y uno que padezca ¨¦sta puede tener un pico de aguda, e incluso fallecer¡±, detalla la especialista de Unicef.
Juntas, desnutrici¨®n cr¨®nica y aguda matan a tres millones de ni?os al a?o, casi una de cada dos muertes de menores de cinco a?os.
Una cadena perpetua
¡°La talla es una manifestaci¨®n, pero el problema es m¨¢s profundo¡±, advierte Giula Baldi, del PMA. La primera secuela es el retraso cognitivo. Al nacer, el cerebro ya tiene el 25% del peso que alcanzar¨¢ en la edad adulta y a los cinco a?os ya alcanza el 90% de su peso final. Que este ¨®rgano voraz reciba todo el suministro de materiales y energ¨ªa para su construcci¨®n durante los primeros mil d¨ªas es crucial. ¡°Hay evidencia de que el stunting causa baja estatura, pero tambi¨¦n da?os estructurales y funcionales en el cerebro, lo que produce retrasos en las funciones cognitivas¡±, afirman Kathryn G. Dewery y Khadija Begun en su estudio Consecuencias a largo plazo de la malnutrici¨®n cr¨®nica en la infancia, publicado en la revista Maternal & Child Nutrition. Diversas investigaciones, indican las autoras, demuestran que el retraso en el crecimiento antes de los dos a?os est¨¢ asociado a un menor rendimiento acad¨¦mico. Les cuesta m¨¢s que a sus compa?eros sanos pasar de curso, pierden a?os de escuela y pocos superan la primaria.
En su estudio Alimentar para la educaci¨®n, Save the Children detallaba algunas reveladoras estad¨ªsticas sobre la relaci¨®n entre desnutrici¨®n cr¨®nica y menor competencia en el colegio. ¡°Tienen un 20% menos de posibilidades de saber leer¡±, afirmaba la ONG, que analiz¨® miles de casos en cuatro pa¨ªses: Etiop¨ªa, India, Vietnam y Per¨². ¡°A los ocho a?os, tienen un 19% m¨¢s de probabilidades de cometer un error en la lectura de una simple frase como ¡®me gustan los perros¡¯ que los que est¨¢n bien nutridos¡±, conclu¨ªan los investigadores. Y m¨¢s: fallan un 12,5% m¨¢s que sus compa?eros sanos al redactar una frase sencilla y cometen un 7% m¨¢s de errores al responder preguntas num¨¦ricas como ¡®?cu¨¢nto es ocho menos tres?¡¯ que los que han tenido una dieta adecuada.
?Qu¨¦ trabajo puede conseguir alguien que tiene m¨¢s dificultades para leer, comprender y sumar? Uno peor y mal pagado. El Banco Mundial estima que un empleado que ha padecido carencias nutricionales en su ni?ez gana de media un 10% menos. Otros estudios, sin embargo, elevan la p¨¦rdida salarial al 20%. Son, adem¨¢s, menos productivos y el absentismo laboral entre el colectivo es elevado. ¡°Tienen el sistema inmune m¨¢s d¨¦bil y son m¨¢s vulnerables a contraer enfermedades infecciosas que el resto, pero adem¨¢s son m¨¢s propensos a padecer dolencias cr¨®nicas como c¨¢ncer o diabetes en la edad adulta¡±, asegura Carazo, de Unicef. Las investigadoras de la universidad de California, Dewey y Bagum, indican en su publicaci¨®n que la desnutrici¨®n infantil es un factor de riesgo de alteraciones en las funciones metab¨®licas, endocrinas y cardiovasculares.?
Tal es la ca¨ªda de productividad y ganancia que las organizaciones coinciden en alertar que cuando los actuales ni?os desnutridos sean mayores, el coste para el mundo ser¨¢ de 125.000 millones de d¨®lares (unos 115.000 millones de euros). Un precio que pagan los de siempre. Los m¨¢s catigados por el hambre, porque no pueden permitirse comer varias veces al d¨ªa, ni siquiera todos los d¨ªas, y alimentar a sus hijos apropiadamente, son los que padecer¨¢n los estragos de la desnutrici¨®n cr¨®nica. Caer¨¢n enfermos a menudo, muchos morir¨¢n, otros crecer¨¢n con dificultad. Y ganar¨¢n menos en el futuro. Y no podr¨¢n sustentar a su prole, pasar¨¢n hambre. Vuelta a empezar.?
"El hambre es a la vez causa y consecuencia de la pobreza", resume este c¨ªrculo vicioso la responsable de programas y emergencias de Unicef Espa?a. Esta organizaci¨®n estima que el 20% de la poblaci¨®n m¨¢s m¨ªsera tienen el doble de posibilidades de padecer desunutrici¨®n cr¨®nica que los m¨¢s ricos.
Una herencia envenenada
Es bien conocido el dicho de que el hambre y la pobreza no se contagian, pero se heredan de generaci¨®n en generaci¨®n como demuestran los datos. En el caso de las mujeres la desnutrici¨®n cr¨®nica les deja un legado envenenado. Solo para ellas. "Cuando de adultas se quedan embarazadas, van a tener un alto riesgo de que el beb¨¦ muera en el momento del parto, pues tienen una pelvis m¨¢s peque?a", explica Nuria Salse, de M¨¦dicos Sin Fronteras.
Dewey y Begum, en Consecuencias a largo plazo de la desnutrici¨®n cr¨®nica en la infancia, profundizan en esta cuesti¨®n. "El raquitismo en la madre puede restringir el flujo sangu¨ªneo y afectar al crecimiento del ¨²tero, la placenta y el feto. Este retardo en la normal evoluci¨®n intrauterina esta asociado con posteriores problemas en el beb¨¦, como complicaciones m¨¦dicas serias, retraso neurol¨®gico e intelectual", detallan las autoras. Las probabilidades de que nazcan con bajo peso son elevadas, si sobreviven al parto. El menor tama?o de las caderas de las madres obstruyen el camino a la vida de sus hijos. La desnutrici¨®n que padecieran sus progenitoras muchos a?os atr¨¢s, les asfixia.
"Un an¨¢lisis de 109 encuestas de salud nacionales de 54 pa¨ªses, realizadas entre 1991 y 2008, revelaba que los ni?os de madres de menos de 1,45 metros de altura (normalmente por desnutrici¨®n en su propia infancia) ten¨ªan un 40% m¨¢s de probabilidades de morir prematuramente antes de cumplir los cinco a?os", a?aden las investigadoras de la universidad de California. Adem¨¢s, seg¨²n un estudio divulgado en el American Journal of Clinical Nutrition, las chicas con retraso en el desarrollo debido a desnutrici¨®n ten¨ªan hijos de media cuatro a?os antes que las sanas. "Y tener la maternidad temprana perpet¨²a el ciclo de pobreza y malnutrici¨®n", observaban los autores.
La prevenci¨®n como ¨²nica esperanza
"Como los factores causantes de este problema son varios, la soluci¨®n tiene que ser multisectorial: agr¨ªcola, para que se cultiven variedad de alimentos; de salud, educaci¨®n, infraestructuras para el agua y saneamiento...", sugiere Giula Baldi del PMA.
La desnutrici¨®n cr¨®nica en datos
- 159 millones (el 23,8%) de ni?os menores de cinco a?os sufren desnutrici¨®n cr¨®nica.
- En 1990 eran 255 millones (39,6%) los ni?os afectados, lo que supone un descenso de 96 millones.
- Asia concentra el 57% de los casos (solo en India hay 62 millones de ni?os afectados, el 33% del total) y ?frica subsahariana el 37% y Am¨¦rica Latina.
- El progreso en la lucha contra esta lacra es desigual: los pa¨ªses pobres han recortado su tasa un 32% frente al 77% de bajada en los pa¨ªses de renta media.
- En Asia, se ha reducido a la mitad en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas; mientras que en ?frica el n¨²mero total de ni?os con retraso en el crecimiento ha aumentado de 47 millones en 1990 a 48 en 2014.
*Datos extra¨ªdos del informe ¡®Niveles y tendencias de malnutrici¨®n infantil¡¯ de Unicef, la OMS y el Banco Mundial, de 2015.
Primer paso: formaci¨®n. Lecci¨®n uno: la lactancia. Muchas mujeres en el mundo desconocen la importancia de la alimentaci¨®n durante los primeros mil d¨ªas de sus peque?os. Millones de embarazas no reciben ning¨²n cuidado prenatal. Ning¨²n m¨¦dico les hace seguimiento ni les aconseja. Simplemente, su propia precariedad sumada a la de los sistemas sanitarios de sus pa¨ªses, anula cualquier posibilidad de acceder a tales servicios.
Distintas ONG y agencias de la ONU como Unicef, la FAO o el PMA enfatizan en sus programas contra la desnutrici¨®n la provisi¨®n de alimentos a mujeres embarazadas y lactantes, as¨ª como la promoci¨®n de la leche materna exclusiva durante los primeros seis meses. Rica en prote¨ªna, satisfar¨¢ la insaciable demanda de energ¨ªa y nutrientes en este crucial per¨ªodo. Evitar que esos ni?os nazcan y crezcan hasta los dos a?os con carencias que condicionar¨¢n el resto de su existencia es la prioridad. La prevenci¨®n es la ¨²nica esperanza.
"Tambi¨¦n a nivel de las comunidades se puede trabajar, para que conozcan la importancia de una alimentaci¨®n saludable y que se produzcan cambios de comportamiento en la selecci¨®n de los productos que se adquieren en el mercado", se?ala Baldi. ?Y qu¨¦ pasa con los que lo saben y no pueden permitirse otra dieta? "Efectivamente, tienen la barrera del acceso econ¨®mico a los alimentos ricos en nutrientes como carne animal. Por eso, para los lugares sin acceso hay programas de apoyo social o tranferencias de dinero directas, para que los ni?os tengan alimentaci¨®n adecuada", responde. Tales esfuerzos son, sin embargo, insuficientes a la luz de los datos. Basta uno: 159 millones.
A veces, a?ade Nuria Salse, de MSF, el problema no es econ¨®mico, sino la costumbre. "En muchos pa¨ªses en desarrollo tienen dietas mon¨®tonas a base de cereales. Les sacia, pero son pobres desde el punto de vista nutricional". Es importante, dice, que los padres entiendan que eso no es saludable. Unas gachas de sorgo o mijo no har¨¢n que sus hijos crezcan sanos y fuertes.
Con el aval de la teor¨ªa, M¨¦dicos sin Fronteras ha probado en Mal¨ª y N¨ªger ese enfoque multisectorial que mencionaba Baldi contra esta lacra. Con ¨¦xito. Su proyecto preventivo ha demostrado su efectividad con la reducci¨®n de la desnutrici¨®n cr¨®nica en un 33% en las zonas donde lo han implementado. ?C¨®mo? Lo primero, promoviendo la lactancia materna hasta los seis meses, como recomienda la OMS. Despu¨¦s, la organizaci¨®n ha estado repartiendo a todos los ni?os entre seis meses y dos a?os, un suplemento nutricional a base de prote¨ªnas y l¨ªpidos. Adem¨¢s, esto ha sido acompa?ado con servicios m¨¦dicos para tratar las eventuales enfermedades.
Pero cuando desarrollaban el proyecto en Mal¨ª, se dieron cuenta de que la intervenci¨®n era muy cara. "Aunque daba resultados positivos, el Gobierno del pa¨ªs no podr¨ªa continuarla", anota Salse. Por eso en N¨ªger modificaron el plan, es decir, cambiaron el suplemento que repart¨ªan a otro m¨¢s barato, con menos calor¨ªas y los mismos micronutrientes que el que distribuyeron en Mal¨ª. Y funcion¨®. "El programa era sostenible. Lo pod¨ªan asumir los Gobiernos¡±, concluye.
Quiz¨¢, con su intervenci¨®n, la ONG haya evitado unos cientos o miles de futuros truncados. Como este, otros programas se suman a la lucha. La gravedad de la situaci¨®n apremia a que las sabidas? soluciones, se apliquen. El mundo tiene un mandato. El Objetivo 2 de la Agenda de Desarrollo Sostenible ratificada por todos los pa¨ªses de las Naciones Unidas, es bien claro: "Para 2030, poner fin al hambre y asegurar el acceso de todas las personas, en particular los pobres y las que est¨¢n en situaciones vulnerables, incluidos los lactantes, a una alimentaci¨®n sana, nutritiva y suficiente durante todo el a?o". Y su apartado dos especifica: "Para 2030, poner fin a todas las formas de malnutrici¨®n, incluido el logro, a m¨¢s tardar en 2025, de las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciaci¨®n de los ni?os menores de cinco a?os [reducir 40% el retraso en el crecimiento (talla baja para la edad)], y abordar las necesidades de nutrici¨®n de las adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad".
As¨ª sea.
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