Grafitis para denunciar la pobreza en Surabaya
El dibujante indonesio X-Go plasma su arte reivindicativo en las calles de los poblados m¨¢s pobres de una ciudad indonesia
En una callejuela de gallinas inquietas y mezquitas susurrantes, dos j¨®venes juegan a las cartas en un banco a la sombra, frente al graffiti de una mujer morena de ojos enormes y una frase: ¡°Kami Tumbuh Mengapai Mimpi¡± (crecemos para alcanzar los sue?os). Unos ni?os con uniformes del colegio pasan en bici. Hay maceteros con flores que adornan la orilla del r¨ªo que cruza el barrio y otros murales con mensaje.
Se trata del Kampung Kedondong de la segunda ciudad m¨¢s poblada de Indonesia, Surabaya. Los kampung son pueblos dentro de las grandes ciudades indonesias. Un entramado de callejuelas min¨²sculas peatonales, de casas bajas, ropa tendida, jaulas de p¨¢jaros, caf¨¦s de un solo banco y cantarines vendedores ambulantes de bakso (sopa de alb¨®ndigas) y pecel (ensalada javanesa con salsa de cacahuete). Una c¨¢lida comunidad, a unos metros de las principales v¨ªas de motos furiosas, salpicadas cada vez m¨¢s por edificios de apartamentos y centros comerciales.
Los graffittis en Kedondong llevan el sello de X-Go, el grafitero que embellece ¡°los barrios de los que no pueden vivir en la torre¡±. En Indonesia mudarse de la casa baja al apartamento es s¨ªmbolo de estatus. Este ilustrador de c¨®mics, que cambi¨® el cuaderno por las paredes en 2003, cuyo nombre real, es Al Fajr X-Go Wiratama, de 33 a?os, reivindica el barrio, pero con dignidad:
¡°En Surabaya cada vez hay m¨¢s torres pero a¨²n hay mucha gente que sobrevive en estos kampungs y el sistema los da de lado¡±. Dice que por eso, ¡°deben sobrevivir con la comunidad, trabajar y crecer juntos. Ese es el mensaje que trasladamos con nuestro trabajo¡±, aclara.
El graffiti es tan potente como una bomba, puede parecer solo diversi¨®n, pero penetra como la m¨²sica o la poes¨ªa X-Go, grafitero indonesio
Acompa?amos a X-Go y a su compa?ero Brian Vark, en una visita al kampung. Un corrillo de ni?os mira entre risitas. A su lado, una abuela mece un bebe y unos hombres, repanchigados junto a unas de las paredes con graffitis, saludan curiosos.
X-Go explica que eligieron este kampung por su localizaci¨®n: ¡°Se sit¨²a en pleno n¨²cleo urbano de Surabaya¡±. A solos unos metros del lujoso centro comercial Tunjungan Plaza y de varias cadenas de hoteles. ¡°Tambi¨¦n por las condiciones de sus habitantes¡±. Muy humildes, la mayor¨ªa procede del campo de Madura, la Isla vecina. Dice que es un kampung "¨²nico en Surabaya¡±.
13 artistas?
Una cuadrilla de 13 artistas urbanos particip¨® en la transformaci¨®n del Kampung Kedondong. Miembros de la comunidad de artistas urbanos de Surabaya. Tardaron tres meses en ponerlo a punto, en varias sesiones nocturnas. Prefieren trabajar de noche, ¡°porque hay menos ajetreo y pintamos m¨¢s tranquilos¡±, aclara.
Cuando tuvieron la idea de pintarlo, primero lo hablaron con los vecinos. Siempre siguen el mismo procedimiento, explica X-Go, que reconoce que es muy importante el di¨¢logo. "Al final son ellos los que viven aqu¨ª". Entre todos acordaron las fachadas que decorar¨ªan. Hubo quien incluso aport¨® sus ideas: ¡°Me propusieron hasta los colores del equipo de f¨²tbol local¡±, rememora el grafitero. Dice que eligieron tonos vivos ¡°porque en psicolog¨ªa est¨¢ demostrado que impactan de manera positiva en el estado de ¨¢nimo¡± y dibujos con mensaje. Uno de los murales reivindica la diversidad y la tolerancia entre los pueblos de Indonesia, con hombres de pieles claras y oscuras con ropas tradicionales. Otro conciencia sobre el cuidado medioambiental.
En total, X-Go y su patrulla han decorado una decena de kampung por toda Surabaya. Empezaron en 2011, con el Kampung Jagir. Lo hacen gratuitamente: ¡°No vamos a pedir dinero a esta gente que no tiene nada¡±, matiza sonriente. La mayor¨ªa de las veces, ponen dinero de su bolsillo para los materiales. En este caso, contaron con el apoyo del programa H¨¢bitat de Naciones Unidas, que concedi¨® pinturas. En otros barrios, reunieron el dinero entre la comunidad de grafiteros: ¡°Yo pongo algo, otro amigo pone otro poco y as¨ª¡±, explica X-Go, que calcula que suelen gastarse entre un mill¨®n de rupias (unos 70 euros) y dos millones, por acci¨®n.
Unos d¨ªas antes, en su estudio, Bunuh Diri, apoyado en un maniqu¨ª de colores y junto a un frigor¨ªfico con graffitis, X-Go explicaba que suelen elegir ¡°entornos feos o empobrecidos para transformarlos¡± y mensajes desafiantes. ¡°El graffiti es tan potente como una bomba, puede parecer solo diversi¨®n, pero penetra como la m¨²sica o la poes¨ªa¡±, sentenciaba.
H¨¢bitat en Surabaya
Surabaya acogi¨® durante el verano uno de los encuentros preparatorios,?conocido como PrepCom3, de la tercera edici¨®n de H¨¢bitat, la grande conferencia mundial sobre urbanizaci¨®n sostenible que se celebra cada 20 a?os. Hubo 3.500 participantes, entre ministros, alcaldes y funcionarios de 33 pa¨ªses. Esos d¨ªas, entre el 25 y 27 de julio, se discuti¨®, sin llegar a un acuerdo, la Nueva Agenda Urbana, que se acordar¨¢ en octubre, en Quito, Ecuador. El primer borrador del programa se public¨® en mayo, y varias modificaciones del documento se han discutido hasta ahora en encuentros informales en Nueva York.
Las ciudades ocupan solo el 2% de la tierra, sin embargo, suponen el 70% del PIB, el 60% del consumo global de energ¨ªa y el 70% de los desechos, seg¨²n datos de la ONU. Solo en Indonesia, un pa¨ªs con unas 8.000 islas habitadas, de sus cerca de 250 millones de habitantes, m¨¢s de la mitad, unos 141 millones, viven en una sola isla, Java.
Todos no pueden vivir en la torre
Indonesia cuenta con la segunda mayor poblaci¨®n urbana del Este de Asia, despu¨¦s de China. Unos 94 millones de personas en 2010, seg¨²n el Banco Mundial, que especifica que, en una d¨¦cada (2000-2010), 28 millones de indonesios, m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n de Espa?a y casi tres veces la poblaci¨®n de Portugal, se mud¨® a la ciudad. No todos pueden vivir en torres.
En un art¨ªculo de Evi Mariani, en Yakarta Post, titulado Lo que el Gobierno no dice cuando habla sobre Habitat III, la periodista critica que m¨¢s all¨¢ de la teor¨ªa, en un encuentro que lleva el eslogan ¡°desarrollo urbano sostenible y bienestar social para todos¡±, no todos cuentan con la misma suerte.
Se refer¨ªa a los 113 casos de desalojo forzados en Yakarta, en 2015, y las 8.145 familias y 6.283 peque?os negocios desplazados, registrados en un informe del Jakarta Legal Aid Institute (LBH Jakarta), el pasado febrero: ¡°Cuando las autoridades arrasan un kampung, no solo demueles casas sino tambi¨¦n el sustento y lazos sociales que puede que se hayan creado hace d¨¦cadas¡±.
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