La banda sonora de la violencia en Colombia
YA S? QUE los genios no tienen una cara particular, pero Olga Luc¨ªa Lozano tiene cara de genio. O de genia. Pelo corto te?ido de rubio y esas grandes gafas negras que enmarcan dos ojos la mar de curiosos. Pero no importa. Lo que importa es que es una m¨¢quina de reflexionar sobre el futuro de la comunicaci¨®n. Y que durante unos d¨ªas en Cartagena de Indias, invitados por la Fundaci¨®n Nuevo Periodismo Iberoamericano, me ha hablado de un proyecto innovador, brillante, que quiere pensar el conflicto colombiano como nadie lo ha hecho. Se llama En modo p.?La idea parti¨® de la teor¨ªa de los afectos y su objetivo es llegar a definir la m¨²sica emocional del posconflicto.
¡°En un a?o presentaremos la primera memoria emocional de la violencia en Colombia¡±, cuenta, ¡°con centenares de voces online que contar¨¢n sus experiencias con la guerrilla, con los militares y con los paramilitares¡±. A partir de c¨¢psulas de un minuto en que v¨ªctimas sobre todo campesinas cuenten sus experiencias en la guerra, se crear¨¢n instalaciones en los pueblos donde no hay Internet, pero s¨ª existe el h¨¢bito de escuchar la radio, para que esa galaxia oral llegue a los o¨ªdos de quienes mejor pueden interpretarla. Porque no se est¨¢ dando una conversaci¨®n p¨²blica sobre lo que pas¨®: hay que provocarla. Hasta ah¨ª En modo p es un proyecto art¨ªstico y activista m¨¢s.
Un proyecto innovador, brillante, que quiere pensar el conflicto colombiano como nadie lo ha hecho.
La genialidad viene en la siguiente fase. Susana Wappestein y ella han dividido esos testimonios seg¨²n 12 afectos. Consideran que la justicia lo es tambi¨¦n, porque lo que en fin importa es si la persona se siente o no reparada. ¡°Para nosotros los sentimientos no son buenos ni malos¡±: por eso quieren desnudar el proceso de pacificaci¨®n nacional al que se est¨¢ enfrentando Colombia de la ret¨®rica judeocristiana del perd¨®n. Son 12 los sentimientos porque esa es la cifra de los sonidos de la escala crom¨¢tica, y le han encargado a la m¨²sica brasile?a J¨²lia Alfone que cree a partir de ellos una base sonora. Ser¨¢ el punto de partida hacia una ¨®pera que se interpretar¨¢ en los pueblos m¨¢s remotos del pa¨ªs herido. De modo que la p¨¢gina web, con voces y v¨ªdeos e informaci¨®n e historias, tendr¨¢ un correlato f¨ªsico y musical, n¨®mada.
El merecid¨ªsimo Premio Nobel a Svetlana Aleksi¨¦vich ha puesto en primer plano la importancia de las voces. Ella cree en el formato del libro como archivo y como montaje de testimonios. En el mundo digital existen otras posibilidades narrativas. Como la base de datos de voces: ¡°Ser¨¢ un cardiograma sociol¨®gico¡±, dice Lozano, porque los datos solo tienen sentido cuando se pueden interpretar, y ellas han encontrado en los afectos y en la m¨²sica un modo de hacerlo. Fabulan sobre crear un traductor digital de los afectos que sea universal, que ignore los idiomas y dictamine el tono emocional a trav¨¦s del tono de voz o de la frecuencia de la respiraci¨®n. ¡°Si ya se puede traducir cualquier rostro seg¨²n si sonr¨ªe o frunce el ce?o¡±, argumenta, ¡°?por qu¨¦ no podemos aspirar a traducir tambi¨¦n todas las voces?¡±.
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