El arrepentimiento
Mientras en G¨¹rtel se hac¨ªan regalos, con las tarjetas black se satisfac¨ªan gastos. Como estos macrojuicios son simult¨¢neos, las comparaciones son inevitables
Viaj¨¦ a Madrid para presentar la entrega de los premios ICON. Dorm¨ª todo el vuelo hasta que un atractivo azafato tuvo que sacudirme poco antes de aterrizar. Para despertarme me ofreci¨® un ejemplar de EL PA?S con la foto de los arrepentidos del caso G¨¹rtel. Fue m¨¢s efectivo que un chute de cafe¨ªna. Me espabil¨¦ con la fotograf¨ªa del apuesto y arrepentido Jacobo Gordon, examigo de Alejandro Agag, el yerno del expresidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, y con su declaraci¨®n ante el juez en la que contaba como Willy El rata, apodo cari?oso del exalcalde de Majadahonda, le entreg¨® un sobre con 150.000 euros. Y Gordon fue al v¨¢ter a contarlo. De inmediato sent¨ª la curiosidad de saber si lo hizo de pie. O sentado. En cualquier caso, la cag¨®.
Da un poco de pena que el arrepentimiento vaya acompa?ado de un inter¨¦s. En el caso de los implicados en la trama G¨¹rtel, arrepentirse y se?alar otros culpables podr¨ªa restarles a?os de c¨¢rcel. Cuando te arrepientes de alg¨²n pecadillo en tu pareja, tambi¨¦n lo haces buscando algo. Restablecerla o que no te jodan mucho. Pero la cara de los arrepentidos es penosa. Jes¨²s de Galilea dec¨ªa que el arrepentimiento es el camino para llegar al reino de los cielos. En G¨¹rtel ten¨ªan otro Jes¨²s, Jes¨²s Sep¨²lveda, el exmarido de la pol¨ªtica popular Ana Mato, que tambi¨¦n te hac¨ªa llegar a un reino de regalos y comisiones.
Mientras en G¨¹rtel se hac¨ªan regalos, con las tarjetas black se satisfac¨ªan gastos. Como estos macrojuicios son simult¨¢neos, las comparaciones son inevitables. G¨¹rtel era como la feria del regalo, donde todo sorprende y huele un poquito a nuevo. Y donde hay que aprovechar la ocasi¨®n. Encontraron una caja llena de pulseritas de plata y fantas¨ªa en una de las oficinas de la trama. Si ca¨ªas bien, G¨¹rtel te regalaba una corbata de Loewe o un bolso de Louis Vuitton. En cambio, los gastos de las tarjetas black eran menos obvios y hasta deslizaban cierto morbo. Los implicados en ese caso intentaron colar como gastos de representaci¨®n compras de lencer¨ªa en La Perla. Es delicado pero, ?era para sus mujeres o para ellos?
Otro gasto de las black eran los viajes ex¨®ticos. Egipto, Punta Cana, porque siempre se dijo que viajar era la mejor manera de adquirir conocimientos y de estrenar lencer¨ªa nueva. Lo que no hay, ni se necesita, es arrepentimiento y eso marca la diferencia con G¨¹rtel, donde se trasiega con ¨¦l sin contemplaciones.
Conozco a una mujer que no se arrepiente de nada, es Alicia Machado, miss Universo 1996, a quien Hillary Clinton mencion¨® en el primer debate con Donald Trump como v¨ªctima de los malos tratos del candidato republicano. Trump se defendi¨® publicando una retah¨ªla de mensajes en su cuenta de Twitter denostando a Machado, sugiriendo la existencia de un v¨ªdeo de contenido sexual que no la dejaba a ella como ejemplo de nada. Entre el primer debate y el segundo, Alicia Machado se ha convertido en el s¨ªmbolo de la mujer latina en Estados Unidos, que ha sufrido vejaciones por ser mujer y por ser latina. Alicia estuvo en Espa?a formando parte del reality La Granja, de Antena 3, en esos d¨ªas que eran los del apogeo de G¨¹rtel. Cr¨®nicas Marcianas curs¨® una invitaci¨®n a Machado para que narrara su t¨®rrido encuentro con un periodista deportivo durante el encierro en la granja. Ese es el v¨ªdeo que quiere Donald Trump.
Alicia no ve¨ªa tan claro acudir a nuestro programa. Extraoficialmente, Cr¨®nicas me envi¨® para que la convenciera. Fuimos a mi gimnasio de Barcelona, pero Alicia no estaba de acuerdo en seguir hablando de lo que hab¨ªa sucedido en el reality. Ten¨ªa que convencerla pero decid¨ª entenderla. No se arrepent¨ªa, no sent¨ªa que hab¨ªa hecho algo malo pero s¨ª se percataba de que pod¨ªa volverse en su contra.
Subidos a unas escaladoras me explic¨® c¨®mo desde sus tiempos de miss Universo las pon¨ªa en la inclinaci¨®n m¨¢s alta, ¡°para correr casi en vertical al suelo. Es la ¨²nica forma de comer arroz con leche sin arrepentirme¡±, me confes¨®. Y entend¨ª su vida. Nos despedimos sin desvelarle mi verdadera intenci¨®n. Y eso nos hizo amigos hasta hoy. La noche antes del segundo debate me dijo: ¡°Tengo 20 a?os intentando que la gente crea en mi historia, Boris. No me arrepiento de nada porque de all¨ª viene mi fuerza. No puedo permitir que un hombre que me ha hecho tanto da?o se salga con la suya¡±.
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