?Por qu¨¦ una mujer no deber¨ªa votar jam¨¢s a Trump?
M¨¢s de una docena de artistas, periodistas, escritoras, pol¨ªticas, directoras, cantantes y actrices dan sus argumentos
?Debemos descuartizar a Trump?, es el t¨ªtulo de una tribuna que hace unos d¨ªas se public¨® en este peri¨®dico. Se refer¨ªa, obviamente, a su vapuleamiento medi¨¢tico y a la conveniencia de haber dejado de lado la objetividad en la cobertura period¨ªstica de esta campa?a por la presidencia estadounidense. Parece tambi¨¦n obvio defender esa objetividad in extremis, pero la cuesti¨®n se complica cuando se trata de un hombre que alardea p¨²blicamente de denigrar y acosar a las mujeres, que las cosifica y pone en cuesti¨®n su inteligencia, que las trata y las mira con lascivia y que dijo que cuando eres una estrella puedes hacer lo que quieras: "Agarrarlas por el co?o. Lo que sea".
No es controvertido, ni pol¨¦mico, ni discutible. Ha quedado ya muy lejos de cualquiera de esos adjetivos y ha dado el salto a lo impresentable, lo inadmisible y lo punible. Todo en Donald Trump ¡ªel discurso, el tono e incluso los gestos¡ª forma parte de un imaginario vetusto y polvoriento de patrones y se?ores, de salas en penumbra donde las mujeres se sentaban sobre las rodillas de los hombres, de puros largos de humo denso y de braguetas f¨¢ciles entre piernas sometidas, de ¨®rdenes y mutismo como respuesta. Pueden elegir el siglo que quieran para esa fotograf¨ªa, incluso este, porque a pesar de todo, el candidato republicano sigue en la carrera hacia la Casa Blanca. Una situaci¨®n inconcebible que Michelle Obama reflej¨® de forma contundente en Manchester (New Hampshire), y que Hillary Clinton sintetiz¨® en un claro tuit: "Las mujeres tenemos el poder de parar a Trump".
El pasado 11 de octubre, la web de an¨¢lisis estad¨ªstico FiveThirtyEight, hizo un experimento interesante: se bas¨® en encuestas reales para crear dos mapas ficticios, uno con los resultados electorales si solo votasen las mujeres, y otro en el que se reflejaba el de los hombres. En el primer caso, Hillary Clinton arrasar¨ªa con Trump por 458 votos electorales frente a 80. En el segundo lo har¨ªa Trump con 350, y Clinton se quedar¨ªa con 188. Son preocupantes ambos resultados despu¨¦s del elevado n¨²mero de abusos, insultos, salidas de tono y barbaridades del republicano, pasados o presentes.
En esta ¨²ltima semana varios medios han publicado las denuncias por abusos sexuales de varias mujeres (Jessica Leeds y Rachel Crooks en The New York Times, Mindy McGillivray en el Palm Beach Post de Florida, Summer Zervos dio una rueda de prensa en Los ?ngeles); han corrido como la p¨®lvora v¨ªdeos donde Trump hac¨ªa comentarios sobre ni?as, que recuper¨® la CBS; otros en los que tiene conversaciones deleznables en el programa de radio de Howard Stern y que recopil¨® la CNN; The Washington Post revolucion¨® el viernes la campa?a, las redes y la indignaci¨®n colectiva con un v¨ªdeo de 2005 en la que presum¨ªa del poder de ser alguien muy conocido: "Cuando eres una estrella, te dejan hacerles cualquier cosa. Agarrarlas por el co?o. Lo que sea". Humillaciones a la ex Miss Universo Alicia Machado, a Kim Kardashian por su peso; una denuncia por parte de los empleados del candidato republicano en su club de golf de Palos Verdes (Los ?ngeles) en la que afirman que solo quer¨ªa mujeres guapas trabajando para ¨¦l?o?el intento de culpabilizar a Hillary Clinton por las infidelidades de su marido.
La lista podr¨ªa continuar. M¨¢s mujeres, m¨¢s machismo, m¨¢s misoginia. Ataques a sus compa?eros de partido, a discapacitados, a Barack Obama, m¨¢s sinvergonzoner¨ªa. Insultos a musulmanes y mexicanos, m¨¢s racismo. La acusaci¨®n de evasi¨®n de impuestos federales y beneficios fiscales. Rechazo a los homosexuales, m¨¢s homofobia. La idea de que tener a hombres y mujeres trabajando juntos legitima las violaciones, de que hay que "castigar" el aborto, de que las embarazadas son un problema en las empresas, o de que las mujeres son un peligro en el mundo laboral. Llama "zorra" a Hillary Clinton en algunos productos de su merchandising pol¨ªtico y permiti¨® que un periodista radiof¨®nico llamase a su hija Ivanka "pedazo de culo".
A pesar de ese largo historial, y del repudio que ha ocasionado no solo en la opini¨®n p¨²blica sino en su propio partido, todav¨ªa quedan mujeres y hombres que lo votar¨ªan, que lo disculpan o que concuerdan con ¨¦l. Todav¨ªa quedan medios de comunicaci¨®n y personalidades p¨²blicas que lo defienden.
La cuesti¨®n, frente a un hombre que atenta contra los cinco primeros art¨ªculos de la Declaraci¨®n Universal de Derechos Humanos, es llegar a entender las circunstancias que permiten que siga d¨®nde est¨¢, y que todav¨ªa le dan la posibilidad de ser presidente de los Estados Unidos; es pensar en los pasos atr¨¢s de una sociedad que pretende avanzar hacia la igualdad plena; es plantearse d¨®nde est¨¢n las fallas para que este comportamiento primitivo y soez tenga todav¨ªa nichos en los que triunfa.
Ante tales evidencias, no cabe preguntarse por qu¨¦ jam¨¢s una mujer deber¨ªa votar a un degenerado ¡ª"cerdas gordas, perras y gambas" son algunos de los adjetivos que ¨¦l usa con las mujeres¡ª, sino por qu¨¦ cualquiera querr¨ªa hacerlo.
Los "por qu¨¦ no" de 15 artistas, cantantes, actrices, pol¨ªticas, escritoras, directoras y periodistas
Luz S¨¢nchez-Mellado | Periodista de EL PA?S
Por machista repugnante. Por xen¨®fobo inmundo. Por zafio repulsivo. Por perdonavidas de todas las vidas menos de la suya. Por ga?¨¢n profundamente indecente. Por sobrado de test¨ªculos. Por carecer absolutamente de empat¨ªa y compasi¨®n por el pr¨®jimo. Por re¨ªrse no con, sino de todo el mundo menos de ¨¦l mismo. Por ese peinado y esa papada y ese tinte y esos trajes infames. Porque el globo no se merece semejante verg¨¹enza ajena. Por creerse la muerte en vida desde que se levanta hasta que se acuesta. Porque que ganara o ganase y presidiera o presidiese ser¨ªa la muerte, en efecto.
Heidi Steinhardt | Dramaturga y directora
Donald Trump ha salido de lo m¨¢s oscuro del infierno. Sus pol¨ªticas diab¨®licas rozan la ciencia ficci¨®n. Para m¨ª, este hombre no resiste ning¨²n an¨¢lisis. Lo escucho hablar y me parece un personaje de X-Men mezclado con T¨ªo Gilito, con todas las met¨¢foras incluidas. Lo que hay que pensar seriamente es a qu¨¦ clase de "humanoides" representa. Lo m¨¢s peligroso est¨¢ en ellos, en quienes lo voten.
Laura Freixas | Escritora
Nadie partidario de la igualdad deber¨ªa votar a un hombre que quiere prohibir el aborto, no tiene ning¨²n plan contra la brecha salarial, acosa sexualmente a diestro y siniestro, y ha ido formando parejas cada vez m¨¢s desiguales, lo que no deja de ser un s¨ªntoma. Aparte de eso, no tiene ni idea de nada. Sus entrevistas son penosas: duda, se contradice, no entiende la pregunta... Que semejante zopenco haya llegado tan arriba solo puede deberse a que se beneficia del capital simb¨®lico patriarcal: en Trump no vemos solo a Trump sino, inconscientemente, a los h¨¦roes, los premios Nobel, el Papa y Superm¨¢n. Si no, no me lo explico.
Mabel Lozano | Directora, guionista y productora
Me resulta completamente incomprensible que Trump, machista y mis¨®gino, pueda gobernar Estado Unidos. Un pa¨ªs con una poblaci¨®n de mas del 50% de mujeres, por tanto tambi¨¦n del talento de ese pa¨ªs, este cerdo, gordo y perro ¡ªseg¨²n sus propias palabras dirigidas a mujeres¡ª piensa anular, machacar, insultar e incluso castigar a la mitad de los ciudadanos de su pa¨ªs, en un claro retroceso tanto en lo social como es la ley del aborto, como en lo econ¨®mico con la desigualdad salarial. En qu¨¦ mundo vivimos, donde tiene cabida este hombre que odia a las mujeres y se jacta abiertamente de ello.
Montserrat Dom¨ªnguez | Directora de 'El Huffington Post'
Dice Robert de Niro que Donald Trump es un cerdo. Yo a?adir¨ªa que, adem¨¢s, es muy listo, porque ha sabido aprovechar sus dotes de showman para poner patas arriba al Partido Republicano, que ahora anda desquiciado tratando de evitar el desastre en las elecciones de noviembre. Los medios tenemos nuestra cuota de responsabilidad: nos re¨ªamos tanto con el payaso, nos daba tanta audiencia, que le hemos dedicado demasiado espacio. El famoso audio en el que se pavonea de lo divertido que es acosar mujeres confirma algo importante: que Trump es, en privado, tal cual le vemos en p¨²blico. Un mis¨®gino, un racista, un xen¨®fobo, un mentiroso compulsivo. Un cerdo, vaya. Cualquiera puede visualizarle como ese vecino del que huyes en el portal: lo que resulta inimaginable es que sea presidente de los EE UU. Nada es descartable: por eso a los periodistas nos toca dejarnos de chorradas y tratar de averiguar por qu¨¦ millones de mujeres y hombres estadounidenses est¨¢n dispuestas a votar a un tipo as¨ª.
Leonor Watling | Actriz y cantante
Quiz¨¢ parezca una obviedad, pero conviene recordar que machismo no es lo contrario de feminismo. El machismo defiende la superioridad de un g¨¦nero (el macho) sobre otro, mientras que el feminismo defiende la igualdad de derechos y deberes entre las personas sean del sexo que sean. El machismo que despliega Trump es tan agresivo que no se habla de otra cosa en la campa?a electoral. Estas elecciones no son un concurso entre hombres y mujeres, no son una guerra de sexos. Nadie con un m¨ªnimo sentido com¨²n (del g¨¦nero, color u orientaci¨®n sexual que sea) votar¨ªa como representante suyo a esta persona.
Concha Mayordomo | Artista pl¨¢stica, investigadora y comisaria de exposiciones
El pasado mes de julio el fot¨®grafo Spencer Tunick organiz¨® una performance en la que cien mujeres desnudas, portando grandes espejos redondos, posaron ante su c¨¢mara a modo de alerta, ya que todos los pron¨®sticos indicaban que en la convenci¨®n del Partido Republicano en Cleveland (Ohio, EE UU) que se celebraba en esos momentos, Donald Trump saldr¨ªa como candidato a la presidencia de Estados Unidos. Desde entonces, el movimiento social y cultural no ha parado de advertir sobre el peligro que representa la declarada misoginia del candidato. El poder que desde la cuna puede ostentar la privilegiada clase de los multimillonarios, se demuestra en casi todas las facetas de su vida, especialmente en las que relaciona sexo y dinero. Si adem¨¢s puede llegar al pol¨ªtico obtendr¨¢ entonces los pocos privilegios que a d¨ªa de hoy aun le son vetados. Pongan todo ello en una coctelera y a?¨¢danle grandes cantidades de insensatez, cinismo, engreimiento y cierto sadismo, obtendremos entonces el retrato de un verdadero monstruo. Las rubias anglosajonas, las latinas, las de raza negra, las asi¨¢ticas, las obesas, las que abortaron, las que ostentan alg¨²n tipo de poder¡ es decir todas, estar¨¢n/estaremos gobernadas por un gran mis¨®gino dispuesto a cosificar a m¨¢s del 50% de la poblaci¨®n para desposeerles de derechos fundamentales que, con mucho sufrimiento y gracias a Eleanor Roosevelt, fue posible conquistar.
Mercedes Hern¨¢ndez | Experta en derechos humanos y violencia de g¨¦nero y Presidenta de la Asociaci¨®n de Mujeres de Guatemala
Pocas veces el fascismo y la misoginia han encontrado un defensor tan coherente con sus postulados como este sano hijo del patriarcado ¡ªsano hijo del patriarcado es una expresi¨®n que usamos las feministas cuando se dice de un mis¨®gino que es un enfermo. No son enfermos, son hijos sanos del patriarcado¡ª. Una fortuna construida sobre la base de actos criminales que van desde lo pol¨ªticamente m¨¢s desaprobado en EE UU, la evasi¨®n de impuestos por d¨¦cadas, el invisibilizado esclavismo, as¨ª como una masculinidad construida sobre la cosificaci¨®n y denigraci¨®n de las mujeres, debe poner en cuesti¨®n el ideal de hombre de ¨¦xito y del mismo american dream.
Cristina del Valle | Cantante y embajadora de la ONU
Nadie deber¨ªa votarle por mis¨®gino, por racista, por hacer apolog¨ªa de la violencia contra las mujeres, por cosificarlas y tratarlas como objetos, por tratar a las mujeres como seres no portadores de derechos, por alimentar el odio y la discriminaci¨®n. Porque su modelo ideol¨®gico supone toda una degradaci¨®n moral y ¨¦tica que el mundo no puede permitir.
M? ?ngeles Cabr¨¦ | Escritora, cr¨ªtica literaria y directora del Observatorio Cultural de G¨¦nero
Votar a Trump en este agitado a?o 2016, entre otros graves retrocesos en materia de libertad de expresi¨®n, inmigraci¨®n y otros asuntos nada balad¨ªes, es votar contra todo aquello por lo que las mujeres hemos luchado desde que tenemos la fuerza de decir no colectivamente a la tiran¨ªa del patriarcado, que nos ha querido convertir en seres sin derechos y sin voz. Mr. Trump, ese fantoche que da verg¨¹enza ajena y cuya carrera pol¨ªtica resulta inexplicable, cree que las mujeres somos objetos de usar y tirar. Votarlo es pues como lanzar un bumer¨¢n destinado a golpear nuestras propias cabezas, algo altamente desaconsejable.
Amparo Rubiales | Feminista y socialista
Michelle Obama le ha dicho al macho Trump: ¡°Puedo decir que los hombres de mi vida no hablan as¨ª sobre las mujeres¡±. Rechazar los ¡°valores¡± de la sociedad patriarcal, de la que es uno de sus m¨¢s deleznables representantes, no es estar contra los hombres. Justificar sus conductas y palabras contra la dignidad de las mujeres, afirmando que son ¡°lenguaje de vestuario¡±, insulta tambi¨¦n a los ¡°hombres decentes¡± y pone el dedo en la llaga de los arraigados problemas de los machos, esos que ante una violaci¨®n preguntan: ¡°?Apret¨® bien las piernas?¡±. Acabar con los machos est¨¢ costando sangre, sudor y l¨¢grimas.
Clara Serra | Responsable del ?rea de Igualdad y Feminismos del Consejo Ciudadano Estatal de Podemos, diputada en Madrid y profesora de Filosof¨ªa
Alguien para quien las mujeres somos ¡°en esencia, objetos est¨¦ticamente agradables¡±. Que opina que ¡°la mejor parte de cualquier pel¨ªcula es cuando hacen callar a las mujeres¡±, o que dice expl¨ªcitamente que con nosotras ¡°¨¦l puede hacer lo que quiera¡±, es alguien que usa su posici¨®n privilegiada para ejercer el poder contra las mujeres. Si llega al poder lo usar¨¢, seguro, contra el resto de colectivos a los que tambi¨¦n, como a las mujeres, desprecia. La historia nos ense?a que los modelos sociales y pol¨ªticos basados en la intolerancia nunca nos han beneficiado, ni a las mujeres ni al conjunto de la sociedad. Trump representa el pasado, y el pasado m¨¢s peligroso, el que destituye el pluralismo y la igualdad y hace a la historia retroceder a tiempos muy oscuros.
Carmen G. de la Cueva | Periodista y editora en La tribu de Frida y La se?ora Dalloway
No solo deber¨ªan no votarle por sus pol¨ªticas conservadoras, racistas y hom¨®fobas, sino por su misoginia. Solo encuentro razones para no votarle. Mujeres y hombres. En el caso de las mujeres, por los denigrantes comentarios que hace sobre nuestros cuerpos, por restarle valor a nuestra ambici¨®n y capacidades. Y esa seguridad de que ¨¦l como hombre poderoso puede hacer cualquier cosa que le apetezca con una mujer, como si no fu¨¦ramos nada, como si no cont¨¢semos. Puede acosar a sus empleadas, besarlas, tocarlas y poseerlas como si fueran eso: una propiedad m¨¢s, un juguete al que manosear. Y aun haci¨¦ndose p¨²blico, ¨¦l lo reduce a ¡°conversaciones de vestuario¡±. Ese es otro problema que me preocupar¨ªa mucho si fuera hombre: ?qu¨¦ clase de g¨¦nero representa Trump poniendo a todos los hombres en el mismo saco mis¨®gino y machista? Me preocupa la cultura de la violaci¨®n, que la sociedad vea como algo normal lo que sucede en las fiestas, en los campus universitarios, hasta en los programas de televisi¨®n: los hombres son as¨ª, no arruinemos sus vidas, ocult¨¦moslo, silenci¨¦monos. No. Hasta se lleg¨® a popularizar en Twitter #RepealThe19th, que hace referencia a la enmienda 19 de la Constituci¨®n de Estados Unidos que garantiza el derecho al sufragio femenino. ?Estamos locos? Jam¨¢s votar¨ªa a un candidato que no luche por garantizar mis derechos.
Beatriz Jurado | Presidenta de Nuevas Generaciones
Salvando las diferencias culturales y la realidad de cada uno de los dos pa¨ªses, Espa?a y Estados Unidos, Donald Trump ha tenido manifestaciones y hechos que agreden el respeto a la mujer. Es m¨¢s que evidente que al frente de un pa¨ªs tan importante tiene que haber una persona que por encima de todo respete. Y la suerte que tenemos en nuestro pa¨ªs, pese al dif¨ªcil momento que vivimos, de que el tema de la igualdad no sea un tema en cuesti¨®n, sino algo que todos tenemos en nuestro ideario.
Asunci¨®n Bern¨¢rdez Rodal | Directora del Instituto de Investigaciones Feministas de la Universidad Complutense
Las mujeres no deben votarle simplemente porque es muy peligroso dar poder pol¨ªtico a individuos que no creen en la igualdad y en la democracia.
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